Noche de brujas y magia (parte 3)
En las historias de fantasía romántica los besos suelen ser portales a algo más, son la salvación, una esperanza, incluso la respuesta. Todo ello lo atribuyen al poder del amor, un sentimiento que por alguna razón, en aquel mundo no parece ser reluciente, pero que, cuando finaliza la obra, puede salvar al héroe, y al mundo con él.
Sin embargo, aunque en la vida real para muchos un beso no significa nada, siempre he creído que es una hermosa expresión del amor. Besar la frente, las mejillas, la punta de la nariz y los labios…cada una de ellas tiene su significado. El anhelo que hay en ese pequeño contacto, uno que a veces no se satisface.
A mi ya no me bastaba con solo besar sus mejillas, así que cuando por fin pruebo sus labios, unos que tanto ansiaba tener…me es imposible no aferrarme a más. Quiero más, todo lo que quiera entregarme lo recibiré, porque me gusta, lo quiero tanto que fingir que no lo hace, duele.
Por fin, después de tanto tiempo, de tantas mentiras y enredos…puedo expresar lo que siento por ti.
Un todo, para ver si se logra algo o nada.
La música termina y todos los gritos nos traen a la realidad por lo que nos separamos lentamente. Sé muy bien que el programa continúa, que el resto seguirá sin mí, así que sin dudarlo, tomo su mano y empiezo a llevarnos a la salida. Él no pregunta, lo sabe como yo.
Hoy se cumple el plazo.
Ya es un mes.
Y pese a que quiero dar la vuelta y fingir que no es real, no puedo hacerlo, me prometí que no lo haría, que entregaría todo mientras estuviera aquí y luego lo soltaría.
La música queda solo como un leve susurro cuando llegamos al jardín del colegio. Y es en medio de esa soledad, que suelto su mano y me volteo tomando distancia.
—Hoy es el último día del mes…—pronuncio con cabeza baja para luego alzarla —dime, Cooper, ¿cómo debería tomar ese gesto?
Las preguntas de: ¿qué somos? ¿Esto está bien? ¿Qué sigue? ¿Qué pasará con nosotros?, quieren escapar de mi boca, pero en su lugar me reprimo para no hacer una escena, para cumplir con su única condición.
» ¿Es lo que creo que es? Puedo atribuirlo a que tú…tú…
—Martins, nunca he dicho ni he hecho algo contradictorio. Lo que dije, es real.
Pero…¿entonces que sigue después?
Estoy tan aturdida que me alegra que sea él, quién da un paso al frente en la situación.
—En-entonces yo…
—Sí, Abigail, perdiste, porque ha pasado un mes y no te amo.
Mi respiración se detiene y el corazón se me estruja por sus palabras, pero lo acepto, es real, incluso yo misma sabía que enamorarse en un mes es imposible. Sin embargo, eso no quiere decir que no duela escucharlo.
—Lo entiendo…yo…
Mi voz tiembla, mi visión se nubla, pero cuando voy a llorar, me da un pequeño golpe en la frente que me hace quejarme y verlo.
—Niña tonta, no te amo, pero me gustas, no sé si te amaré en un futuro pero…—sus manos toman mi rostro y besa mi frente —me gusta estar contigo.
Se aleja para ver mi reacción, pero es que dentro de mí todavía está la tristeza, el enojo, la vergüenza y la felicidad, son tantas emociones mezcladas que tomo el cuello de su leva y lo acerco para besarlo.
Muevo mis labios sobre los suyos furiosa, pero a la vez emocionada y con cariño. No lo dejo ponerse al corriente porque de inmediato, muerdo de forma suave su labio inferior haciendo que jadee de la sorpresa y me alejo sonriendo ante la escena que puedo presenciar.
—Eres lindo —me río.
Sus mejillas están sonrojadas mientras niega la cabeza y trata de colocarse la máscara.
—Cállate.
Me río más fuerte, al menos hasta que toma mi rostro para dejar un beso en mi mandíbula. Cierro los ojos tratando de disfrutar este momento, pero no es posible porque alguien menciona mi apellido y tengo que abrirlos de golpe. Siento que los colores se me suben al rostro.
¡Mierda! ¡Me convertí en lo que tanto odiaba ver! ¡Una pareja amorosa en público!
—¡No, no soy ella! —grito tapándome con mi capa el rostro y pegándome al pecho de Cooper —¡Estás equivocado!
De cierta manera era verdad. En unos segundos me volví una criatura fruto de las hormonas y sentimientos. ¡Qué horror!
—Claro, claro...yo...
—Tú no viste nada —completa Cooper, y subo levemente la mirada para ver su sonrisa divertida.
—Sí...no vi nada.
Escucho como se aleja y me tapo el rostro suspirando. ¡Dios mío! ¡El amor es muy peligroso!
—Eres linda —imita mis palabras y ríe.
—¡Oh, cállate!
Se ríe de nuevo, así que me doy la vuelta indignada para caminar hacia otro lado, ¡cualquiera!, para poder tomar aire y que mi cara vuelva a su color natural.
Es tan extraño.
Mientras camino tratando de que el frío regule mi cuerpo, Cooper me sigue y enlaza sus dedos con los míos mientras me acompaña en silencio.
Perdí la apuesta, pero…¿por qué se siente que en realidad he ganado?
***
“No hay lobo sin su Caperucita, y no hay baile sin una buena anfitriona”
Como todos saben, hace unos días fue el tan esperado Halloween, las casas se decoraron, las personas se disfrazaron y nuevas parejas se han formado. ¿Qué? ¿Lo último no se lo esperaban? ¡Bueno, nosotros tampoco!
Al parecer las fiestas últimamente son el nuevo cupido, ¿no nos crees? Lamento informarte que tenemos pruebas, incluso tal vez pudieras verlas tú mismo en la fiesta. Oh, ¿no asististe y preferiste quedarte en casa viendo películas de terror? ¡Querido amigo mío! ¡Te has perdido de mucho! Pero no importa, ¡para eso estamos nosotros, déjanos ponerte al corriente!
Ya hemos visto algunas demostraciones algo “amistosas” entre el misterioso Alan Cooper y la dulce Abigail Martins que han llevado a la creación de varios rumores, pero ninguno ha sido confirmado ¿salen? ¿no lo hacen? ¿Son solo amigos? ¿O tal vez algo más?