Te enamoraré (versión nueva)

Extra 13 "Una pequeña propuesta"

Una pequeña propuesta

14 años atrás

Un risa infantil resonaba en medio de toda la tranquilidad del bosque, y la pequeña que la producía solo hacía de correr evitando que su padre la atrapara. Se escondía detrás de los pequeños arbustos, hasta que finalmente se escondió detrás del vestido largo de su mamá.

—Shh, mami, shh —dijo riendo mientras tiraba del vestido para que su padre no la viera.

Belinda rio y ayudó a su hija en aquello, le salió fatal, porque cuando Holden la miró de inmediato soltó:

—No sé dónde está.

Holden se rio, y Belinda avergonzada vio como se acercaba hacia ellas. Tomó las manos de su pequeña y le hacia caminar hacia atrás. La pequeña fue rápida captando que había sido descubierta, así que retrocedía junto a su madre, al menos hasta que Holden les dijo que se detuvieran y corrió para tomar a Belinda de la cintura y a su pequeña de la mano, evitando que se chocaran contra los invitados.

—Veo que siguen siendo una pareja que arroja miel ¿eh? —dijo la mujer sonriendo —Mucho tiempo sin verlos, Holden, Belinda y…oh, es la pequeña Abigail, me alegro que se encuentren bien.

Una pequeña cabecita salió detrás del vestido de Belinda y unos ojos azules se enfocaron en la presencia de una pareja y un niño. Este parecía igual de tímido que ella, pero por alguna razón le eran conocidos. Oh, ¡lo eran!

—¡Tía Nadia y tío Ismael! —gritó la infante señalándonos, esperó la confirmación de sus padres y cuando ellos asintieron, río acercándose hacia ellos —¡Tío, tía, soy Abigail!

De inmediato Nadia la alzó en brazos y empezó a besar su mejilla, la niña río encantada de la atención.

—¡Holden, dios! ¡Es más linda que en las fotos! ¡Tan adorable! —exclamó encantada Nadia —¡Una mini Martins!

—Sí, ella solo tomó prestado mi vientre —mascullo Belinda haciendo que Holden riera y la abrazara.

La niña fue dejada en el suelo, saludando a su tío, mientras, escuchaba como sus padres parecían prestarle atención a un niño. De forma curiosa, se acercó hacia sus padres y cuando vio quién era el niño, lo señaló emocionada.

—¡Es el bebé, mami! ¡Es mi bebé!

La pareja del niño se sorprendió por sus palabras, mientras Belinda solo podía carcajearse mientras escuchaba a Holden decirle a su hija que no era así.

—¡Pero es el bebé de la foto, papi! —le replicaba.

—Sí, cariño, lo es, pero él solo puede ser tu amigo, nada más, ya lo hablamos.

—Pero…mami me dijo que él debía decirme que no, no tú, papi.

Belinda solo pudo reírse más fuerte al ver como Holden parecía querer regañarla, así que fingió demencia mientras jugaba con la canasta en sus manos.

—Cariño, Alan es solo un nuevo amigo —insistió.

—Yo no quiero ser su amiga —refunfuñó enojada y se viró hacia el niño —Él es lindo, me gusta, papi.

—Sí, cariño, la gente que te gusta es tu amiga.

La niña arrugó la nariz, no pareciendo estar de acuerdo con lo que dijo su padre, y se dio la vuelta dejando a Holden en una rodilla hablando solo. La pareja se rio por esto y fue Belinda, quién le extendió la mano divertida para que se levantara.

—Eres un monstruo —le dijo Holden haciendo que la sonrisa de ella creciera.

—Oh, cariño, solo es una nena, no tiene importancia eso ahora, pero mientras más le digas que no, más encaprichada estará con él, así que solo déjalo estar.

Holden suspiró y negó para luego buscar a su hija, al no verla empezó a llamarla, y la pequeña no tardó en aparecer con hojas en el vestido y cabello, mientras en sus manos sostenía unas flores recién arrancadas.

—¿Sí, papi? ¡Espera un momento!

—¿Qué vas a hacer con eso? —preguntó, sin realmente querer saberlo, ya que Holden sentía que con cada cosa que hacía su hija, envejecía.

—¡Sorpresa! —gritó la pequeña y luego corrió hacia el niño —¡Me llamo Abigail! ¡¿Cuál es tu nombre?!

El niño miró a sus padres, quienes asintieron y con más seguridad se acercó a la pequeña.

—Alan…

—Bien, Alan, toma —le dijo extendiéndole el ramo de flores haciendo que Holden empalideciera.

—¿Gracias?

—No, no gracias, es una propuesta —todos los presentes la miraron sin comprender, hasta que fue la misma chiquilla quién pronunció —¡Crece y cásate conmigo!

—¡Estefanía! —gritó Holden sintiendo que se quedaba sin aire y se le subía la presión —¡¿Quién te enseñó esas cosas?!

Al mismo tiempo que hacía esa pregunta, miraba a Belinda, quién alzaba las manos diciendo que era inocente. ¡Y de verdad! ¡Hasta ella misma se había sorprendido por el atrevido movimiento de su criatura! Solo Nadia empezó a carcajearse por la situación, ya que sin duda era algo que esperaba de la hija de Belinda, una propuesta terca y directa.

Ismael solo pudo reír levemente mientras le explicaba con calma a su hijo que era normal recibir cumplidos, ya que el niño no parecía comprender la seriedad de las palabras “casarse”. Y al otro lado, en un mar de gritos y quejas, estaba Holden perdiendo una batalla contra la terquedad de Abigail, quién insistía que iba a casarse con Alan.

Entre tanto escándalo que no parecía terminar, Alan miró a la pequeña terca que discutía con su padre, y luego bajo la vista a las flores, eran todas de diferentes colores, arrancadas solo porque se veían bonitas, y sin darse cuenta, sus mejillas se sonrojaron.

Bueno, a él también le parecía realmente linda la niña.




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