Te enamoraré (versión nueva)

Extra 14 "El corazón y sus tontas decisiones"

El corazón y sus tontas decisiones

Un estornudo salió de Galena y de inmediato maldijo al amante de las arañas. Agradeció la manta que la cubría, pero esto no pudo evitar que se encontrara tiritando de frío. Sin embargo, en medio de sus maldiciones, Thomas se acercó y le extendió una bolsa de agua caliente con una funda de un monstruo tierno de color azul.

Enmarcó una ceja.

—¿Qué es eso? —preguntó examinándolo.

—Solo tómalo, me cansé de escucharte estornudar todo el tiempo.

—¿De quién crees que es la culpa?

—Bueno, claramente tuya, tú iniciaste esto.

Soltó un bufido, pero acepto la bolsa y la abrazó. De inmediato su cuerpo pareció dejar de tiritar y eso, por alguna extraña razón le irritó todavía más. Ella solo había hecho una obra de caridad y salió tan desafortunada. Al ver que la princesa Disney estaba por besar a Alan, empujó con fuerza a Thomás al agua para que no se fijara en esa escena.

Pero, ¡¿qué recibió a cambio?! ¡Un malagradecido que la metió en el agua!

Sin embargo…ahora le había dado una bolsa de agua caliente, ¡no podía perder y verse malagradecida!

—Toma —le dijo extendiendo la cobija hacia Thomás —Cúbrete, no quiero tener que ir a cuidarte porque estás enfermo.

Thomás ignoró sus palabras y se cubrió con la manta, al principio con cuidado de no tocar sus hombros, sin embargo, ese contacto entre ellos no resultó tan incómodo como pensaba, era cálido, y ambos estaban que morían de frío por lo que parecieron acordar no mencionar nada al respecto.

Sin embargo, mientras pasaba el tiempo, Galena volvió a recordar cómo le quemó la nariz por inhalar el agua y sentía que volvía a enojarse. Poco se dio cuenta que está era la primera vez que estaban sentados ambos juntos, hombro a hombro, sin matarse entre sí ni burlarse del otro.

Ambos, cubiertos por unas mantas, esperaban que los vinieran a retirar y se encontraban perdidos en sus pensamientos.

¿Por qué no dolió? —se preguntó él, pensando cuando vio a Abigail besarse con Alan.

¿Por qué me dolió? —en cambio se preguntó ella, cuando vio que Thomás ponía una mirada de bobo al ver a Abigail.

¿Por qué hice eso? —se preguntaron ambos al recordar que jugaron como niños en el agua y se divirtieron.

Tan extraño —pensaban, Galena abrazando con más fuerza la bolsa y Thomás apretando la cobija que compartía Galena con él.

Y es que, el corazón siempre tiene razones tontas.




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