Capitulo 1

―¿perrrdón? ―los ojos de Katherina parpadearon varias veces con incredulidad antes de reaccionar y responder el mensaje de su quinto jefe.

En el último año desde que se marchó de su país no podía creer su mala suerte, solo porque ella no tenía hijos o estudiaba le habían quitado prioridad.

Había viajado sola con un familiar lejano quien le había prometido estar juntos por lo menos el tiempo suficiente para que ella se adaptara, pero muy dentro de ella sabía que las cosas saldrían mal.

Y dicho y hecho salieron muy, muy mal. Apenas llego su familiar la dejo sola apenas unos días después de llegar.

El cambio de clima la mantenía con ropa abrigada y la nariz roja por el frio mientras caminaba por las calles de aquella ciudad confusa.

Apenas llego a la habitación donde vivía se dejó caer en la cama mirando el techo, tendría que volver a salir a buscar trabajo de nuevo.

Una notificación en su celular la hizo volver a la realidad.

N: buenas tardes linda, como va tu día?

Apenas leyó aquellas palabras sus ojos se llenaron de lágrimas, pero no de tristeza, solo eran lágrimas de frustración.

K: bien, supongo…

N: que paso?

K: debo buscar trabajo de nuevo.

N:porque? Que paso?

Katherina tampoco quería indagar del todo en aquello, pero sabía que era por un familiar del dueño del local, la chica de apenas 19 años necesitaba trabajo para mantener a su recién nacido y a pesar de que ella era buena en su trabajo había sido de nuevo desplazada a un lado.

K: no lo sé, y no quiero saber

Fue todo lo que respondió antes de volver a dejar su celular a un lado de la cama. Pero su tranquilidad no duro mucho cuando el celular volvió a sonar con ese típico sonido de notificación, al ser todos los mismos sonidos Katherina pensó que sería Nicholas respondiéndole, pero se sorprendió al darse cuenta que solo era una notificación de correo electrónico, apenas lo iba a ignorar cuando noto el nombre de la oficina de tramites de su pasaporte.

―está listo…está listo ―susurro para sí mientras leía la pantalla una y otra vez.

Sin poder evitarlo comenzó a dar salitos y gritar por toda la habitación por la emoción, había estado esperando una respuesta desde hacía un mes, pensó que tendría que esperar más de seis meses para obtener su pasaporte y su visa, pero allí estaba.

…

Cuando salió de la oficina con su pasaporte en mano lo sostuvo con fuerza sin poder evitar llorar cuando estaba sola en el autobús de regreso.

Le tomo una foto al documento cerrado y se la envió a la única persona que sabía se podría feliz por ella.

A las pocas horas recibió una respuesta de esa persona.

N: entonces? Cual es el siguiente paso?

La pregunta la hizo morderse el labio inferior.

K: ir por ti. Claro si quieres.

Espero una respuesta muchos dolorosos segundos donde la ansiedad estaba por hacerla vomitar.

Ir a Estados Unidos no era algo que ella deseara con el alma, pero allí vivía Nicholas, el único que parecía ayudarla a la distancia, aunque algo dentro de ella sentía que no debía confiarse del todo en ese hombre que apenas tenía conversaciones largas y profundas y a veces húmedas, demasiado húmedas.

N: Aquí te espero.

La repuesta llego después de dos minutos que parecieron eternos.

Katherina no pudo evitar contener un grito de emoción.

K: comenzare con las maletas entonces

Sin que esas mismas palabras la seguirían como una sombra oscura.