Te encontré en la oscuridad

Capítulo 13

John

Lo veo en cámara lenta.

Cassandra y Oliver se besan frente a mis propias narices. 

No puedo creerlo. ¿Por qué me hace esto? 

Mis ojos se llenan de lágrimas. Caigo al suelo de rodillas y lloro frente a ellos. 

Ambos me miran y se ríen a carcajadas. Me observan como si fuese un bicho que pueden pisotear a su antojo. 

El pecho me duele, me duele tanto el corazón. 

Siento que caigo en agua. No hay nadie a mi alrededor. Únicamente vacío y oscuridad. 

No pretendo batallar, simplemente me quedo quieto mientras mi cuerpo cae más y más en un inquietante abismo. 

Mis ojos se abren de golpe. Respire, y me pareció que la bocanada de aire llegaba desde mi estómago. Toco mi rostro húmedo, mojado por las lágrimas.

Una pesadilla. Una terrible pesadilla. 

Pero…. No lo fué. Recuerdo la cena, y lo que mis ojos vieron. 

Siento que el suelo se abre bajo mis pies. 

La manilla de la puerta gira y quién entra es Thomas. Al verme se precipita sobre mí —. John, gracias a Dios despiertas, has estado inconsciente desde anoche.

—¿Desde anoche? —pregunto confundido. Lo último que recuerdo es la traición de mi novia y mi mejor amigo. 

—Si, la señora Lisbeth me llamó alarmada. Según Cassandra intentaste levantarte de tu silla y caíste desmayado al suelo. Te golpeaste la cabeza y terminaste así. ¿Qué sucedió?, Te dije que no debías realizar movimientos bruscos ni repentinos. ¿En qué estabas pensando? 

Mi mente vuelve a recordar lo que vi, mi corazón está partido en mil pedazos.

No entiendo nada, pero tengo tanto miedo del vacío que siento por dentro. Han robado una parte de mi alma. 

Estoy muriendo de dolor. 

Lágrimas vuelven a caer por mis mejillas, quiero gritar, quiero arrancarme esto que me deja sin aliento. Quiero arrancar el amor que siento por ella. Las ilusiones, los sueños, quiero olvidarlo todo. 

Cubro mi rostro con mis manos y sollozo fuertemente.

Thomas me rodea con sus brazos. Por largos minutos lloro sin parar. 

—Amigo, ¿Qué pasa? ¿Me puedes contar? ¿Necesitas ayuda? 

Se separa de mí, y me entrega un pañuelo. Debería darme vergüenza la vulnerabilidad que ahora mismo he mostrado, pero llorar no me hace menos hombre, o un cobarde. Soy una persona que se enamoró, que lo dió todo y le pagaron con una infidelidad, y no cualquiera, sino que con mi mejor amigo. 

Sonrío con pesar, limpio mis ojos, y confieso —. Mi abuelo tenía razón. 

Su mirada no denota sorpresa. ¿Él lo sabía?

—¿Fue con Oliver? —pregunta frunciendo los labios. 

Mis ojos amenazan con salir de sus cuencas. ¡No!. Estoy rodeado de traicioneros, mentirosos. Me engañan y yo ni cuenta me doy. 

—Aléjate de mí. Lo sabías ¿Verdad?. 

Ahora entiendo el presentimiento de que él estaba enterado de algo que yo no. No me equivoqué, ¡maldita sea!

Thomas se levanta mirándome aterrorizado

—¡Que dices John!, no lo sabía. Soy tu amigo, jamás te mentiría. He estado a tu lado desde el inicio, falte a mi juramento de médico por apoyarte, y ¿Crees que yo te ocultaría la verdad si la supiera? —me mira fijamente.

Tiene razón, es verdad. Se ha comportado como un fiel amigo, en las buenas y en las malas. Se merece un voto de confianza. Pero algo no me cuadra. 

—Entonces, ¿Por qué me mirabas como si supieras la verdad? 

Caminó alrededor de la habitación cuál león enjaulado, se paró frente a mí y suspiró —. El primer día de la visita de tu familia, baje a la cafetería, y los ví. Vi a Cassandra y Oliver riéndose a gusto, y demasiado cercanos para ser solamente amigos. 

De pronto pensé que Cass nos podría oír.

—Baja la voz, no quiero que nos escuche. 

—¿Cassandra? —pregunta —. Ella se fue de compras. 

—¿Me estás jodiendo?

No debería sorprenderme es una arpía, de tomo y lomo. 

—Ojalá lo estuviera pero no —su mirada hacia mi carga una mezcla de compasión y rabia.  

—¡Maldición! Esto no se va a quedar así, juro que me voy a vengar. 

Jugó dos años con mis sentimientos. Me enamoró hasta el punto de tenerme en las palma de sus manos.

Le di todo lo que necesitaba. Le compré esta mansión, pague las deudas de la empresa de su padre, le compré el automóvil que quería e incluso tiene una tarjeta de crédito Black Centurión de American Express. La tarjeta más exclusiva y codiciada del mundo. 

Prácticamente le hice un altar, y la dejé en lo alto mientras yo movía cielo, mar y tierra por y para ella. 

Que tonto me siento, que iluso e ingenuo. 

Esperaba, anhelaba, un amor, una familia. 

Una esposa, mi compañera, pequeños niños revoloteando por el hogar, alegrando e iluminando nuestras vidas. 

Nunca fui un mujeriego como Oliver, si he tenido un par de novias, pero jamás me gustó jugar con las mujeres. No cuando yo buscaba algo real….algo llamado "Amor".

La luz que llega un día sin buscarla y que te cambia la vida.

Tal vez mi corazón sabía y sentía que no era amado, sin embargo la esperanza me mantuvo engañado y ciego.

Siempre quise ser feliz en los brazos, en el corazón y en la vida de alguien. 

Lo único que deseaba era un amor verdadero, uno que me amara sin barreras, sin límites, sin importar mi rostro o mi cuerpo, o en mi desafortunado caso, los millones en la cuenta bancaria. 

Que me aceptara por quién soy, con mis virtudes y defectos, con mis logros y mis derrotas. Que amara cada cosa de mi. 

Ahora he perdido toda esperanza. 

Me vengaré, lo haré por mi, y por mi familia. Porque muchas veces discutí con ellos a causa de una mujer maliciosa y malvada. Todos han sufrido por la venda que al fin ha caído de mis ojos. 

Gracias a Dios por mi abuelo Arthur, él fue quien inició todo esto. Y aunque en su momento creí que era una auténtica locura, ahora veo que no podría haber sido de otra manera.  




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