Te enseñaré a amar

Capítulo VII

"Pensé que te había olvidado

Pero no.

Porque ahí estabas.

Grabada a fuego en mi piel;

Tallada en la piedra de mi alma"

Sebastián Rushmore

 

Presente

 

—Si es el gran Sebastián Rushmore. ¿Pensabas no visitar a los amigos? —dijo Lucien Ross apenas se sentó Sebastián frente a él.

 

El aludido llamó al camarero y le pidió un Whisky. — ¿Que te puedo decir? Soy un hombre ocupado. —respondió arrogante.

 

—Uff. Perdón. Señor ocupado. —Le dio un sorbo a su bebida. —Todas esas cosas son patrañas. Pienso que tienes otra cosa.

 

Perfecto.

 

La guinda que necesitaba el pastel.

 

También Lucien había percibido algo improbable. Justo lo que le faltaba. Un detective de Bow Street detrás de su nuca, inventándole historias que no existían.

 

Porque no existían.

 

—Cómo te fijé al principio. Negocios. Por eso rijo mi vida.

 

—Ya sé. —este dio una mirada de soslayo. Mientras tomaba un trago de su whisky. —Algo relacionado con una fémina. —Estuvo a punto de escupir el whisky. Pero se resistió.

 

— ¿Qué pasa con los hombres de Londres? —hizo una pregunta retórica. —Los más chismosos. No. No tengo un problema de faldas.

 

Su amigo lo miró fijamente. Muy fijamente.

 

—Entiendo. —fue lo que dijo y Sebastián no aceptaba esa respuesta. Sentía que le faltaba algo.

 

— ¿Qué entiendes qué? —pidió exasperado.

 

—Nada. Tú mismo me has respondido.

 

¿Qué?

 

Carajo.

 

La había cagado.

 

¿Cómo hacía que un detective dejará de convertirlo en un caso cada vez que se vieran?

 

A él no le pasaba nada y listo.

 

"Mentiroso" gritó una voz de su cabeza.

 

Y un carajo fue lo que le respondió a su idiota cerebro.

 

—No tengo absolutamente nada. —expresó casi al borde de la histeria.

 

—Está bien. Pero hagamos una partida de esgrima.

 

Una partida de esgrima sonaba bien.

 

Podría liberar molestia con ella.

 

"Y después dices que no tienes nada" susurró de nuevo su conciencia.

 

Ugh.

 

Se había convertido en El loco de Londres.

 

Empezó con pelear consigo mismo, ¿que seguía? ¿Besar a Harmony?

 

Su cuerpo reaccionó de manera positiva a ello.

 

¿Por qué reaccionó de manera positiva?

 

Debería encerrarse en un manicomio y no salir jamás.

 

Eso sería lo mejor. Estaba pensando cosas fuera de lugar.

 

Bedlam sería un destino seguro, si continuaba por ese camino.

 



#1751 en Novela romántica
#624 en Otros
#117 en Novela histórica

En el texto hay: poesia, amor

Editado: 25.05.2018

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.