Te enseñaré a amar

Capítulo XXXI

“Mi amor, eres todo para mí. Mi protector, mi amante, mi amigo. No puedes dejarme. No puedes abandonarme. No ahora que podemos estar juntos, pues mi vida no tiene sentido sin ti. Te amo y te amaré por siempre.

No aceptaría mi vida si tú, no estás a mi lado. No podría dejar que nadie me amara como tú lo haces, no podría dejar que nadie me tocara como tú lo haces, no dejaría que nadie me besara como tú lo haces.

Sebastián, me siento tan culpable, por mi culpa estas así. Todo por mi maldita culpa.

No sé cómo resistiría sin ti en mi vida. Tú le das luz a mi alma y sin ti, mi corazón sería abrazado por la oscuridad, los colores se volverían tinieblas. Mis noches se volverían un infierno, donde las llamas me acunarían e incinerarían mi ser.

Debes vivir, por ti, por mí y por la vida que crece dentro de mi”

Carta de Harmony a Sebastián en la espera de que su esposo despierte.

 

 

Harmony miraba como el féretro donde se encontraba su esposo era colocado bajo tierra. No podía creer que él ya no estuviera a su lado. Su amor. Su único amor.

 

Los sollozos llegaron y corrió hacia el hoyo esperando poder quedar enterrada junto su amado. Un grito desgarrador salió de su garganta.

 

Despertó.

 

Había soñado todo. Sebastián todavía debía estar vivo.

 

Cuando abrió los ojos, vio a un hombre que reconoció como el médico que la había atendido varias veces. No entendía que tenía que estar haciendo allí, en vez de estar cuidando a su marido. A menos que…

 

NO

 

— ¿Dónde está Sebastián? —preguntó preocupada. Tenía que estar vivo.

 

El médico que se veía muy joven para llamarlo de ese modo, tomó la palabra. —Su esposo está estable. Afortunadamente la bala no tocó ningún órgano vital, pero si perdió mucha sangre y puede que le dé fiebre, eso es lo preocupante. Sin embargo hay muchas posibilidades de que sobreviva.

 

Estaba vivo y es lo que importaba. —Déjeme verlo, por favor.

 

El galeno negó. —Primero debemos hablar, Milady.

 

Lo miró tratando de entender lo que le decía. — ¿hay algo más?

 

—Sí. —tenía su rostro impasible, sentía miedo de preguntar otra cosa. —Como usted sabe, se desmayó en el lugar donde su esposo fue agredido. —solo asintió viendo los ojos grises de este. —Y es muy grato para mí darle esta noticia. —ahora si no entendía nada. —Felicidades, usted está en estado.

 

El aire se salió de sus pulmones.

 

Eso era imposible.

 

— ¿Cómo dijo? No eso es improbable. Yo no puedo tener hijos.

 

El doctor alzó una ceja desconcertado. — ¿Por qué es improbable? Usted es una mujer joven y tiene los síntomas de una mujer embarazada. Sé que es difícil la noticia por lo que está viviendo en estos momentos con su esposo, pero estoy seguro de mi diagnóstico.

 

Negaba repetidas veces con lágrimas en los ojos, si esta era una broma era mejor que ya la dejaran, porque en su mente ya estaba emocionada ante esa idea.

 

Un hijo

 

De ella y Sebastián.

 

Tenía vergüenza de contarle lo que había ocurrido en su pasado, pero no podía esconderle eso a un médico. —Porque yo tuve un aborto hace mucho tiempo, y el médico que me atendió me dijo que yo no podría volver a fecundar.

 

Sus ojos la miraron llenos de rabia. No hacia ella, más bien a el diagnóstico. —Pues estaba equivocado. Eso es algo obsoleto. Eso ha cambiado con los años. Usted está embarazada, le ausculté su vientre y pude notar los latidos cardiacos de su bebé. —sonrió emocionado. —Y déjeme decirle que estoy muy feliz por ello. Me encanta ver que este tipo de casos puede terminar de manera tan feliz. Ahora si puede ir a ver a su esposo. —ella casi se cayó de la cama por la rapidez de su levantada. —Eso sí, con mucho cuidado o si no la dejo de reposo hasta que nazca su hijo.

 

Harmony asintió y antes de salir, abrazó al médico, emocionada. —Gracias doctor… —no sabía cómo se llamaba.

 

—Doctor Alessandro di Giacomo —le dio las gracias de nuevo y fue al cuarto de su esposo,

 

Pasó a la habitación y vio que su amado esposo, estaba acostado en la cama. La piel un poco sudorosa y aunque le dolía verlo sufriendo, él estaba vivo.



#367 en Novela romántica
#127 en Otros
#25 en Novela histórica

En el texto hay: poesia, amor

Editado: 25.05.2018

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.