El fin de una flor- Violet.

Camino por el césped al lado de mi hermano, mientras mi hermano canta que por fin tenemos seis años.

-Violet, Charlie, es hora de comer- nos llama Madre por la puerta de la cocina que da a nuestro patio junto al rio.

-Vamos-grita Charlie mientras me toma de la mano, entramos, Mamá sirve los platos y Charlie se apresura a ayudarle.

-Violet- sentado en la mesa esta Padre leyendo el periódico- ¿Te gusto el vestido?, seguro que sí, les traje un regalo a ti y Charlie- le da unos golpecitos con sus dedos a una caja roja, me acerco y la abro.

-¡Galletas!- dice Charlie.

-Después de la cena Charlie.

-Gracias Papá- Papá estrecha en sus brazos a Charlie al igual que a mí.

-Lávense para poder disfrutar de la comida de su bellísima madre.

Después de la cena solo logro bostezar.

-Parece que alguien tiene sueño- dice Mamá mientras me pellizca dulcemente mi mejilla.

-Vamos a la cama niños- Papá me carga en uno de sus brazos y con el otro toma de la mano a Charlie.

Subimos a la segunda planta y llegamos a nuestra recamara, a mi recamara, solo para mí, está pintada de color azul, con muñecas alrededor y una cama con forma de mariposa. Padre me acomoda en mi cama y me cobija.

-Descansa mi cielo- me da un beso en la frente Papá y se acerca a la puerta con Charlie- Piensa y sueña en algo bonito mi florecita- y apaga la luz.

-Violet despierta- la voz de Charlie me despierta, es diferente ya es mayor- Oye dormilona ¿En serio te dormiste después de la comida? ¿En nuestro cumpleaños?, vamos te estamos esperando.

Me miro en el espejo de mi habitación, llevo un vestido lila largo y Charlie un smoking de color oscuro

-Vamos Vi- Toma mi mano y bajamos por las escaleras, la casa esta iluminada con velas.

En el comedor esta Madre con un vestido purpura oscuro y su cabello suelto, Padre lleva un traje negro y en el centro…Noa, su cabello esta suelto y corto de color rosa pastel, lleva un vestido negro de terciopelo largo.

-Hasta que bajas dormilona- dice Noa mientras se acerca- Te vez perfecta con ese vestido- dice y me da un beso en los labios.

-Noa nos comentaba de su plan de irse a vivir juntas-dice Papá mientras me guiña el ojo- pero luego hablaremos de eso, ahora Violet sopla las velas.

Me acerco al pastel, antes de que sople las velas puedo leer perfectamente en el pastel.

-Fe…feliz cumpleaños… Corderito- digo con la voz entre cortada y alzo la mirada y no esta nadie, estoy sola.

-Nunca estas sola- dice una voz a mis espaldas mientras acaricia mi clavícula- siempre estaré ahí, en la oscuridad de tu cuarto, durmiendo tranquilamente mientras te observo.

Volteo y el rostro de Meder está manchado de sangre, a lo lejos está Charlie con una escopeta, Padre con una botella, Madre en el piso y Noa en la sombra de Meder evitando mi mirada con su rostro golpeado.

-Meder…- este pone un dedo sobre mis labios en señal de silencio.

-Shhhh, solo tienes que cerrar los ojos y pensar algo bonito- las lágrimas en mi rostro las retira- solo puedo ver a Noa, está por fin voltea a verme y empieza a susurrar algo, tarda u rato hasta que me es audible y solamente puedo cerrar los ojos.

-No te mueras Violet.

Regreso a la realidad, mi pecho me arde, el olor a metal me asfixia, no logro escuchar a la perfección lo que grita Noa, Jack se acerca a mi lado me toma de la cara y después de poner fuerza en mi pecho, después de todo ese cabron si tenía puntería.

¿Así se siente morir?, todavía no estoy lista, todavía puedo escapar con Noa, todavía tengo que empezar una carrera, casarme y tener hijos, trabajar y envejecer, lo más común pero yo quiero vivir eso, toda mi infancia sufrí abusos psicológicos y fui tolerante, lo aguante todo y fui paciente, soporte la muerte de mi primera novia y después de lo de mis Padres pensé que esto sería un cambio, pero caí en otra cosa, algo peor, un chico me secuestro y me ato en su ático por dos meses y lo aguante, fingí amarlo por casi un año mientras me besaba y teníamos sexo, no podía decir nada, no podía hasta que llego mi ángel, Noa, pensé que ella era otro monstruo, pero ella me ayudo y me protegió, me cuidaba en el día y en la noche dejaba que llorara en su hombro y podía desahogarme con ella y aun así, después de todos los secretos que le dije, los guardo en un cajón con llave y esta la tiro al océano.

Jack buscaba ayudarme, no fueron los mejores métodos pero pudo darse cuenta que ella no era un monstruo, sino una chica que la paso mal, porque a pesar de todo eso, yo siempre me decía, alguien la está pasando peor a fuera y esto solo es una piedra en un camino muy largo, ¡Vaya forma de animarme!