-No me dejes, por favor- Cameron me toma del brazo tan fuerte que casi me lo arranca, no puedo dejarla, no puedo dejarla sola, no puedo dejarlo solo, no puedo dejar solo a Chema, está en esa casa herido y solo uno de nosotros puede contar esta historia, puede cambiar esto.
-Lovue- coloco mi mano en su mejilla para limpiar sus lágrimas, esta suelta poco a poco mi brazo, nunca le gusto que la llamara por sus segundo nombre- cuenta hasta trecientos y estaré aquí con Chema.
-Pero…
-Vamos- alejo mi mano de sus mejilla y empiezo a alejarme, primero despacio, después acelero el paso hasta correr, la casa se me hace cada vez más lejos, logro escuchar los números hasta que simplemente mis pasos es lo único audible para mí. Esta mierda no debió acabar así.
-Uno, dos, tres…- Lovue.
Despierto agitada, otra vez el mismo recuerdo, es como si todos los santos se pusieran de acuerdo de joderme todas las noches; solo debo tener paciencia, Garret prometió ayudarme y hasta ahora lo ha cumplido perfectamente.
Levanto un poco la persiana para ver donde estoy, los arboles están llenos de hojas verdes y el pasto se ve mojado, saber en qué temporada estoy no me vendría mal.
-Estamos en julio por si te lo preguntabas- volteo hacia la puerta, Meder esta con una charola y comida- en lo personal es la peor época del año.
-¿No te agrada la lluvia?- le pregunto mientras me siento en la cama.
-En realidad no mucho, ayuda a que mis plantas crezcan pero mojarme mientras voy de camino a casa es detestable.
-Vaya- deja la charola encima de la cama- Mate a un cactus junto con mi mejor amigo, la jardinería no se me da bien.
-¿La regaste?
-Todos los días- digo orgullosa por mi esfuerzo, en respuesta Meder echa una carcajada que me hace pensar que la cague buenísima- Bueno ¿De qué te ríes?
-Los cactus no se riegan, y si los riegas yo diría que una vez al mes- pone su mano en la boca intentado no reírse.
-Ríete lo que quieras, ¿Qué me trajiste de comida?
-Lo mejor para su majestad- alzo una ceja a su comentario y observo lo que me trajo.
-Un zumo de naranja, una tostada con jalea y ¡Oh! Gelatina- tomo la gelatina y empiezo a comerla- supongo que no tienes rompope o ¿Si?
-Rom… ¿Qué?- no puede evitar reírme de la situación.
-Tratare de hacerlo después- me dirige una sonrisa y sale de la habitación.
-Pondré a llenar la tina- dijo mientras entraba a otro cuarto.
Terminando de comer me acerque al cuarto donde Meder me había dejado el baño listo para sumergirme en él. Tenía tanto que no tocaba el agua, es increíblemente relajante. No sé cuánto tiempo paso, pero después de un rato salí de ella y me tape con la toalla. Me acerque al espejo empañado y lo limpie para ver en qué condiciones estaba.
-Estoy hecha un asco- la duche mejoro mi estado, mi cabello era casi un color lila con gris, mi cara era más fina, más delgada, estaba casi en los huesos, tenía ojeras y moretones en los brazos y las piernas- si Chelo me viera.
Salí del baño y me fui a mi habitación, había ropa limpia en la cama, una blusa de cuadros y unos jeans azules, también habían calcetines negros.
-Se puede- la voz de Meder hizo que me sobresaltara.
-Me cago en- tiene los ojos tapados con su mano y en la otra ropa interior.
-Perdón, no sé qué, ya sabes, que copa eres y eso y pues estos los dejo mi prima, están lavados- los agarro mientras me rio.
-Gracias eres un amor- le digo mientras le doy un empujoncito- Anda tira.
-Hablas muy raro- sale del curto y cierro la puerta.
Me quedo con dos sujetadores y tres braguitas que me do Meder y me pongo la ropa. Bajo a la cocina donde esta Meder con libros y cuadernos.
-¿Qué haces?- le digo mientras me siento enfrente de él.
-Tarea- dice mientras continua anotando cosas.
-¿Qué día es hoy?
-Ah, domingo, y como soy tan responsable hago la tarea ahorita.
-Bien no te moles… tienes hecho un asco esto- me levanto y tomo las cosas que compro Garret para que puede sobrevivir por un mes.
-Si bueno, ¿Te podrías encargar de eso?
-A la orden.
Me considero una persona muy perfeccionista, busco algunas cosas para limpiar la cocina y toda la casa. Coloco los vasos por tamaños, los paltos por colores, ordeno los cuchillos, tenedores y cucharas y lavo la pila de platos que tiene este hombre, aspiro la sala y quito las sabanas que están sobre los muebles.
-Meder, puedo bajar al sótano- casi se ahoga con el agua que estaba tomando por lo que dije.
-De preferencia no- dice con una sonrisa- esta horrible.
-Puedes mirar a tu alrededor- la casa casi brillaba.
-Bajo tu responsabilidad dice mientras se voltea hacia el lavabo.
Abro la puerta que lleva al sótano y prendo la luz.
-Coño.
Subo de inmediato.
-Eso fue rápido- dice Meder mientras escribe en su ordenador.
-Lo dejo para otro día.
-Bueno, creo que ordenara pizza.
-Me parece perfecto.
A pesar de que al principio tenía miedo y mis dudas con Meder, en realidad es un chico bastante tranquilo y majo, saca temas de conversaciones realmente interesantes, no he querido preguntarle sobre su pasado, creo que todavía no estoy lista para escucharlo.