Aliz
No me di cuenta cuando alguien me hablaba, hasta que lo escuché otra vez.
—¿Qué haces?
No quería decirle por qué vine, así que respondí algo al azar.
—Nada, solo viendo el mar.
—Pensé que una persona como tú no vendría aquí ni en mis peores pesadillas —dijo con una risa sarcástica.
¿Ese idiota no sabe leer el silencio o qué?
—Pues ya ves, estoy aquí.
—Ya que estás aquí, mejor me voy.
Ahora sí me sacó de mis casillas.
—Oye, ¿por qué te portas así?
—No sé, tú dime. Tal vez sea porque eres la persona que me ha hecho la vida imposible —dice con sarcasmo.
Nunca pensé que el nerd me hablaría. Y si supiera que lo hago porque no quiero estar sola...
—Si supieras por qué lo hago, me entenderías —digo alzando las manos.
Me mira, y no entiendo por qué... hasta que recuerdo que lloré. Tal vez se me corrió el maquillaje. Intenté limpiarlo, pero creo que lo arruiné más.
—Oye, ¿por qué está regado tu maquillaje?
—Eso no te importa.
—Ok, mejor me voy —dice el muy idiota, dejándome hablando sola.
—Espera... acompáñame a algún lugar.
—¿Quién me dice que no eres una secuestradora?
Ja, ni loca lo secuestraría. No pagarían nada por él.
—Si fuera una secuestradora, ya lo hubiera hecho.
—Ok, vamos.
Empiezo a caminar sin decir nada escuchando sus pasos atras de mi, por sorpresa no discutio nada.nos subimos a mi auto y nos fuimos de ese lugar. El camino fue un completo silencio, y agradecí que ya habíamos llegado.
—¿Qué hacemos aquí? —dice confundido.
—Pues, ¿qué más se hace en una cantina?, ¿Rezar? —digo sarcástica.
Pido una cerveza. El nerd no pide nada.
—¿No piensas tomar?
—Yo no tomo.
—Uy, qué santo me saliste...
no me responde y solo me ignora mientras yo le doy un sorbo a mi bebida.
Agh, qué complicado es sacarle conversación.
...
...
...
—Vamos a bailar.
No sabía lo que hacía, ya había perdido la cuenta de cuánto había tomado.
—Ya estás muy borracha.
—No, solo... —no pude terminar porque me tropece al intentar caminar a su direccion y por error me caí encima de él... chocando nuestros labios.
¡Mierda!