Te Quedas Conmigo

Capítulo 11: "Work Hard To Earn Daily Bread"

Trato de no entretenerme mucho mientras reviso todo el contenido que hay en la nevera, esté día me propuse a hacer las compras, lo cual es algo nuevo luego de que le suplique a Caitlin que me dejará hacer además de sacar los huevos que dejan las gallinas en sus corrales, darle de comer a  sus animales de granja y cepillar tanto a Sunny como a Fall antes de sacarlas del establo para que puedan pastar un poco cerca del pequeño arrollo que tiene su terreno a unos metros.

Las tareas que recibo de parte de Caitlin suelen ser muy sencillas, demasiadas que a veces creo que lo hace con la intención para que no proteste o evada tener más obligaciones de las cuales podría ofrecerme con el hecho de obtener días libres y sin tareas hogareñas; la verdad me suele resultar incómodo que a veces no dejé que haga ciertas cosas en su casa, tales como limpiar o pulir objetos porque piensa que no los dejaré en su sitio, como entrar a su oficina aunque sea para sacar la papelería que con frecuencia tiene durante la semana luego de pasar unas horas más sometida a su trabajo.

Ahora, resulto un poco más fácil decirle que iría al supermercado a comprar algunos alimentos luego de convencerla que también haría la cena, ofreciéndole un buen platillo luego de enterarme que sus días se volverán más agotadores luego que la ascendieron de puesto en el ayuntamiento, lo cual es una gran alegría con el fin de celebrarlo aunque ella no se anima para hacer ese tipo de cosas a pesar que se haya esforzado mucho para que su cargo ahora sea el que ella ha soñado por un largo tiempo.

Por otro lado, tengo a Gigi, quien considero que ella me deja con más libertad hacer cosas que en ocasiones su prima me prohíbe, pero con el pasar de los días, Gigi solo ha hecho que nuestra amistad cada vez vaya creciendo y a través de ello, que tenga más confianza en dejarme la casa para mí sola, no es que antes no lo hicieran pero tanto ella como Caitlin se aseguraban que la mantuviera ordenada, que no infligiera en ninguna de sus reglas y por supuesto, que no intentase quemar la cocina.

La verdad es que poco a poco me ido adaptando a esta vida, tanto que no me molesto por tener que levantarme más temprano de lo que antes no hacía en mi casa, como también, en ir a los graneros para ver a las vacas, ver la camada de pequeños cerditos que han nacido y sacar a pasear por unas horas a las dos yeguas que ellas tienen, las cuales han sido el obsequió de sus padres. Nunca he estado acostumbrada a esta vida, ni siquiera para tener que estarme cuidando por mi propia cuenta luego que decidí irme de la casa de mis padres, quienes hace tres días les envié un correo con el fin de dejarles saber que me encuentro bien pero que me den el suficiente tiempo para poder explorar mi propia vida; por lo menos la independencia que tengo aquí me hace sentir útil en muchas partes.

— ¿Quieres que te ayude con las compras? —preguntó Gigi luego de sacar una botella de leche de la nevera.

—No, puedo sola —le digo entregándole un bote de café con una cuchara.

Ella me agradece mientras que abre el bote de café y con menos de la mitad de una cucharada, le echa un poco a su vaso de leche pura; dejo el listado de las compras encima de la mesa del comedor para ir a cambiarme de zapatos, así que luego de ponerme unas zapatillas Vans, termine por recoger de nuevo la lista pero en vez de encontrarla, observo como Gigi la tiene en manos pero en vez de tener un rostro tranquilo, es más uno de extrañes, como si hubiera anotado cosas que si hay dentro de la nevera.

— ¿Sucede algo? —Le preguntó a ella.

—Es que todo lo que has escrito, tiene algunas letras que están inversas o está unido en una sola oración —enarqué la ceja para acercarme a ella y ver si eso es cierto.

Me quedo a su lado para ver la hoja del listado de alimentos que hacen falta en la nevera o en el almacén, pero en vez de poder entender todo lo que he escrito, es todo lo contrario… No sé en qué momento he perdido la noción del tiempo al creer que todo lo que fui anotando estaba correcto, pero la realidad es que Gigi no sé equivoca, hay letras que las he escrito a la inversa, otras las he sustituido, como también algunas oraciones en vez de tener su espacio de por medio, todo va seguido como si hubiera anotado todo a la carrera con el fin de no olvidar algo o salir corriendo de la casa para ir rápido al supermercado.

No dejo de leer la frase de: «Comprarunabolsadenaranjasfrescas». Siento una insatisfacción interna al creer que mi dislexia no sería un problema si no seguía entrenando mi mente durante este tiempo que no estaré en tratamiento o terapias, pero en vez de eso, he comenzado a pensar que aunque sea debo de continuarlas por mi propia cuenta si no quiero que con el paso de los días se desarrolle poco a poco más el problema hasta ser visible; no es que el conflicto tuviese que engrandecerse en menos de seis a ocho meses pero debo de ser conciente, responsable y constante con mis entrenamientos de lectoescritura para seguir prosiguiendo con los planes que he abordado hace más de diez años con el fin de que la dislexia no se desarrolle al punto de causarme algo mucho más grande.

—Deberías enseñarme cómo hacer eso, ¿no te diste cuenta el momento que estabas escribiendo? —Dejé de estar en mis pensamientos al escuchar a Gigi.

—No, es que voy tarde… Pasare al taller de Jackson para ver mi auto —finjo mirar el reloj.

—Ah, bueno. Pero debes de arreglar esa lista o ¿la entiendes? —Asiento tomando mi cartera.



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En el texto hay: secretos, amor, dislexia

Editado: 06.05.2022

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