Te Quiero a Ti {toxic1}

Capitulo 6

Las cosas en aquella gran mansión se habían puesto algo complicadas.

Luka y Baltazar vivían peleando por asuntos en los cuales no me voy a meter pero al parecer era por qué Baltazar se cedía bastante con el maltrato a las mujeres las cuales serían vendidas.

Me parecía repugnante que hablaran de algo así pero era sumamente importante el aspecto físico de las mujeres a la hora de la venta. Los hombres no desean viejas ni marcadas, ellos quieren carne fresca para devorar.

Por otro lado hoy comenzaba mi entrenamiento físico para cualquier fin de Luka. Nunca había intentando pelear enserio con alguien ya que lo único que hacía era dejarlos incapacitados para que no me siguieran.

Cuando llegue a la sala de entrenamiento está tenía un gran espacio en el medio lo cual parecía como un ring. Varios objetos de actividad física pero lo que más llamada mi atención era la enorme mesa con diferentes tipos de arma.

Desde la más chica a la más grande.

—Estas serán las armas que usaras con mayor frecuencia — Aclaro Dominico sin ni siquiera mirarme a la cara. 

Parecía totalmente concentrado con su trabajo, admiraba eso de el aunque la mayoría del tiempo se tomaba muy enserio el trabajo de comportarse como un completo idiota. 

Al empezar el enteramiento no sabia que esperar pero para mi suerte Dominico fue severo con todos los ejercéoslos que me asignaba y mucho mas a la hora de mejorar mi puntería con las armas. 

Fuimos desde la sala de entrenamiento hasta un lugar oscuro y frio, en donde se encontraban varias figuras de cartón a lo lejos. Quiero creer que esos son mis tiro al blanco. 

—Comenzaras con las armas y luego seguiremos con los cuchillos — Me informo dejando una de calibre 9. 

—No creo que pueda hacerlo — Comente sintiendo el peso del arma en mis manos. 

—Deja de tener esos pensamientos negativos en tu mente — Ordeno tomando me de la cintura, dejando mi cuerpo delante del suyo. 

Tener su cuerpo pegado al mío me hacia sentir extraña y no podía concentrarme en lo que tenia que hacer. 

—¿Qué haces? — Pregunte como estúpida. 

—Tienes que mantener tu pulso el mayor tiempo posible con tu mirada fija en tu objetivo — Hablo ignorando por completo mi pregunta. 

El tenerlo  respirando sobre mi nunca me provocaba un sentimiento demasiado confuso pero el sentir el tacto de su piel en mi cintura me hacia perder la poca condura que me quedaba en aquel momento. 

Sin pensarlo le quite el seguro al arma disparando contra aquella figura de cartón sin piedad. 

Al terminarse las balas Dominico me paso un nuevo cargador lo cual me permitió seguir disparando.

Mientras disparaba mas me acercaba hacia la figura, no veía un simple pedazo de cartón si no a Luka arruinando cada sueño y metas que me había propuesto para mi misma. Veía a mi madre abandonándome en un lugar de mala muerte dejándome a mi suerte.  

Mi guardián me tomo del brazo ayudándome a bajar el arma, la cual ya no tenia balas. 

—Lo siento — Dije en voz baja. 

—No hay nada que perdonar — Contesto guardando el arma en su pantalón de la manera mas sexy posible —Has pasado muchas cosas durante estas semanas — Concluyo para luego clavar su mirada en mi. 

Carajo, no me había dado cuenta lo hermoso que eran sus ojos. 

—Gracias por entender — Exprese intentando no hacer contacto visual con el pero era totalmente en vano ya que terminaba encontrándome con sus hermosos ojos sin importar cuando quisiera que eso no pasara. 

—¿Acaso no quieres que te mire fijamente? — Pregunto con una sonrisa en su rostro. 

—¿Qué te hace pensar eso?

 —Intentas desviar la mirada cada vez que miro — Defendió riendo. 

—Estas loco — Concluí queriéndome ir de aquella sala pero me tomo con fuerza del brazo obligándome a mirarlo. 

—El señor Luka esta en un viaje de negocios y me pidió que no la dejara sola ni un momento — Me comunico con una mirada que expresaba absoluta frialdad. 

—Dile a tu jefe que no necesito a ningún perro detrás mío — Respondí con odio.  

En cuestión de segundos Dominico me acorralo contra la fría pared de esa habitación quedando a pocos Centímetros  de mi boca sin dejar de mirarme a los ojos. 

—Este perro solo hace su trabajo — Contesto enojado. 

—No creo que tu trabajo sea estar tan cerca de mis labios — Exprese clavando mi mirada en sus carnosos labios. 

—A veces pierdo el control — Dijo entre dientes. 

Fue en ese instante cuando nuestras miradas se cruzaron que entendimos lo que pasaba en aquel momento y lo que iba a pasar seria algo mucho peor. 

La poca distancia que había entre ambos se deshizo envolviendo nuestros labios en un apasionante y violento beso, sus manos bajaron por mi muslo apretándolos con fuerza  provocando que de mi saliera un gemido. 

Mis piernas rodearon su cintura. 

Me llevo hasta una de las mesa que se encontraban en aquella habitación dejándome caer sobre ella. Sus beso comenzaron a recorrer por todo mis pechos provocando que gimiera un poco mas alto. 

Le quite su remera con rapidez pudiendo observar la magnitud de su torso perfectamente tallado, pase la palma de mi mano sobre el sintiendo su delicada piel sobre la mía. 

En aquel momento no podía controlar mi cuerpo ni mucho mi deseo, estaba por acostarme con el hombre que se encargaba de mi seguridad aun estando casada con Luka no podía negar que este hombre en frente mío tenia una poder increíble en mi. 

Mientras sus besos recorrían cada parte de mi cuerpo ni siquiera vi que ya me encontraba desnuda encima de esa fría mesa pero el calor que soltaban nuestros cuerpos me reconfortaba. 

Sus movimientos dentro mío eran magníficos, su voz gimiendo era como un canto de aves por la mañana y su firme agarre a mi cuerpo era bestial. 

Ambos terminamos exhausto encima de esa fría mesa mirándonos como si no hubiera un maldito mañana pensando que nuestras acciones resientes posiblemente nos lleven a nuestra muerte segura. 




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