Te quiero Celia

Capitulo 3: Él

Edan Pov:

—Cuando entres a la escuela serás la niña más inteligente de todo el mundo —alenté a mi hermana menor Jovanna de tan solo cinco años.

—¿Y yo igual? —mi otra hermana, Clarisa, se cela, siempre le dije lo mismo a ella hace tiempo, de tan solo ocho años.

—Las dos, siempre y cuando hagan sus deberes, para ser personas que llegan hasta lo más alto del mundo, famosas, exitosas y siempre hablen de mi —les sonrío y ellas mi.

—Edan, eres tonto —Jovanna besa mi mejilla y deja un poco de gloss que puso en sus labios en mi mejilla.

—La chica de al lado fue muy buena —Clarisa ve sus útiles nuevos y sonriendo muy alegremente.

—Sí, realmente.. —digo y suspiro a lo que Clarisa mal piensa.

Se escucha la puerta abrir.

—Vayan a sus cuartos a dormir.. y así serán profesionales —les sonrió, sabiendo que cuando se vayan a sus cuartos habrá una discusión entre mis padres y yo.

Malditos alcohólicos.

—Si, ¡vamos Clarisa! —le dijo Jovanna a Clarisa, estaba tan sonriente, ella casi no sabía lo que pasa con mis padres en la noche cuando recién llegaban.

—Cuidado... —se le ve la cara triste a Clarisa, pero le sonrío.

—Estaré bien —susurré —. Cuida a Jovanna, por favor... —ella asintió y se llevó a mi hermana menor a la habitación, cerrando la puerta.

Entra a la casa mi padre.

—¿¡Esta la comida hecha!? —apenas llegó mi padre y ya está gritándome, así, como de costumbre.

—Sí, está en la cocina, ¿Acaso quieres que te sirva...?

—Sí —ríe, estaba cerca de él, y su aliento olía a pura cerveza.

Que asco —digo en mi mente—.

Le sirvo la comida, pero como siempre me grita, aunque esté buena la comida, todo estaba mal para él, todo.

—¡Te he dicho que sin sal!

Cuando le ponía sal se enojaba de que tenía, y viceversa.

—Papá, está bien, te haré otro...

—Te apuras... Bueno para nada —se le escucha decir en voz baja, y me enojo, era bastante molesto solucionar las cosas en la casa para que me dijera que soy un bueno para nada, pero no le dije absolutamente nada.

Si no fuera por mis hermanas ya me hubiera ido desde el principio, hace ocho años, no me importaba quedar en un orfanato solo para ya no estar cerca de este hombre.

—Tienes veinte años y no sabes hacer ni una mierda, ¡eres un mantenido! ¡Bueno para nada! —me regaña.

—Ya está tu comida.. —se la entrego.

Realmente ni se la cambie, solo simule que lo hacía pero no iba a desperdiciar comida por culpa de este... Señor.

—Perfecto, ¡al fin haces algo!

—Sí papá, no se hacer nada —quiero preguntar por las cosas de casa, aún no paga la luz hace dos meses, el agua no la ha pagado y mucho menos la renta.

Lo veo comer y llega mi madre, también ebria.

Lo sirvo la comida.

—Papá, mamá, debemos el agua, la luz y la renta, ¿Cuándo la pagaran..? —mi padre golpea la mesa muy molesto, me señala.

—¡De nuevo con el puto tema! ¡Si quieres ponte a trabajar! ¡ya eres un hombre adulto! —empuño las manos.

No trabajo por estar con mis hermanas, si no fuera por eso iría a trabajar, pero no confiaría en nadie para dejar a mis hermanas, ellas son mi todo, y con la situación que estamos viviendo con la trata de blancas, o las menores...

—Si Edan, ya cállate, apúrate y tráeme otra cerveza.. —mi madre me chasquea los dedos.

Voy rápidamente por la cerveza.

Mi madre me ve la cara.

—¿¡Que tienes en la mejilla!?

—Nada mamá..

—¡No me mientas Edan! —se levanta y me da una cachetada —. Alguien te beso, ¿¡Quién!?

La miré a los ojos, sin tratar de fruncir el ceño, se ponía celosa como si de verdad, aunque ya tengo VEINTE AÑOS, ya debería al menos tener una novia, pero, casi no salgo de aquí, de casa

—Fue Jovanna, tranquilízate mamá..

¥¥¥¥

—Ve por azúcar, ya se acabó —mi padre me dijo mientras estábamos en la cocina.

—No tengo dinero, ¿con qué la compro? —mi madre ríe a lo que se recarga con una de las sillas.

—No vas a comprar, los vecinos de al lado siempre nos regalan cosas, rápido, ve a pedir.

—Mamá, ya pedimos muchas cosas, no es decente pedir y pedir —hasta me daba pena pedirle siempre cosas a Celia, y cuando no le sonreía como ella a mí, se enojaba conmigo.

—¡Aparte de arruinar mi vida te atreves a responder! Yo te di la puta vida Edan, ¿y así me pagas?

La típica manipulación que no le sirve de nada, yo a este punto desearía no estar vivo, a qué mi madre tratara de manipularme con la típica cosas de siempre.



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En el texto hay: parejas, romance, corto amor

Editado: 28.08.2024

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