Te quiero Celia

Capitulo 5: Que se repita

Un mes después de entrar a la escuela ya tenía bastantes amigos, algo que no tenia en el colegio.

Pero sin olvidar a mi queridísimo Edan, mi primer amigo, a fuerzas, pero es mi amigo. Se que él igual me considera como una amiga, aunque haga lo que haga.

Ya le falta poco para no tener gastos, unas mil quinientas libras, pero ya es menos que antes.

Estaba en una pijama extra corta cuando abro la puerta del departamento.

—Celia tienes... —ve mi pijama y levanta la mirada rápidamente muy sonrojado —. Mejor no, gracias —se va, dejándome hablar sola, este chico se sonroja más que yo cuando hablo en público.

Voy detrás de él, tocó su puerta y me ve con mala cara, pero con el mismo rojez en su cara.

—Déjame en paz Celia —dice mientras se tapa los ojos.

—Eres tan penoso, ya ni yo que soy así me comportó como tú, tienes veinte años, no sabia que existían hombres de tu edad como tú —pongo mis manos en mi cintura.

—Lo se, pero ya déjame en paz, esas pijamas son muy cortas —veo mi pijama, que si me doy vuelta se me ven un poquito las nalgas —. Deberías ponerte una pants, o algo... No eso...

—¿Por qué? Si yo tengo nalgas bonitas —se sonroja más, me doy la vuelta para que vea que es cierto pero me cierra la puerta —. ¡Grosero!

¥¥¥¥¥

Edan Pov:

Dios mío, que pena con ella..

«Tengo nalgas bonitas.»

Que bueno que le cerré la puerta.

Pero me distraje de esa pequeña conversación por mi hermana.

—¡Edan! —Jovanna me grita —. ¡Tengo hambre! ¿Qué comeremos?

—Arroz de ayer y un poco de carne que sobró —se queja ella, era un poco asqueroso comer siempre lo mismo que días anteriores, pero no hay más.

—¡Pero hay mucha carne!

—Es para papá y mamá, sabes cómo se ponen cuando no hay comida —la cargo.

—Te van a pegar si nos comemos la comida, ¿Verdad, Ed?—hace carita triste y asentí "triste", casi no me importaba si me golpeaban —. Hago la comida y luego te ayudo en la tarea, háblale a Clarisa y para que me ayude.

—También a Celia, ¡porfis! —me puse a negar pero ella hizo un gesto, con las pocas veces que se hablan cuando nos vamos a la escuela juntos, se encariño con ella.

—Apenas si ajusta la comida para nosotros, solo nosotros comemos —la acaricié por su cabello y ella sonrió con su pelo revuelto —. Ve por Clarisa, mejor, y después de comer las ayudo en sus tareas.

Aunque no sepa nada de la escuela las ayudo. Me salí de la escuela muy joven solo para cuidarlas a ellas...

¥¥¥¥¥

Celia pov:

—¡Edan es pésimo para ayudarnos a hacer las tareas! —se queja Clarisa conmigo, mostrándome las hojas—. Casi me regañan por no hacer los ejercicios de matemáticas bien.

—¿En serio? —ella asiente, veo las hojas anteriores de matemáticas y están muy mal hechas —. Ya veo, pero yo te puedo ayudar, si es que quieres.

Cuando ellas se van, y él viene conmigo.

—En vez de enseñarles a ellas, te voy a enseñar a ti, ¿¡Cómo es posible que no sepas hacer nada!? —pongo mis manos en mi cintura y pasa una mano por su cara rápido.

—No me alces la voz, no soy un tonto —se cruza de brazos ceñudo, mirando para el piso, sin mirarme a los ojos

—No sabes hacer fracciones, lo más fácil, a ver, dime las tablas de multiplicar —duda —. Eso te lo enseñan en primaria Edan, como no vas a saber.

—Se me olvidaron ¿okey? se hacer buenas sumas sin calculadora, se leer.. —lo interrumpo como siempre.

—No es suficiente, ocupas saber matemáticas, mínimo para que no se equivoquen tus hermanas o no las regañen, Clarisa tiene puros sietes en fracciones y divisiones.

—Es difícil..

—¿Qué estudiaste tú?

—Solo la primaria.. —lo miro impactada, cómo que no llego a la secundaria —. Era salirme del colegio o perder a mi hermana, y elegí a Clarisa ¡Dios!

—Cuéntame —me mira enojado, lo agarre del brazo y el se soltó fuerte, yéndose de mi casa.

¥¥¥¥

—Papá, ¿tú hasta que estudiaste? —mira confundido.

—Hasta el bachillerato, de ahí un años a la universidad, la iba a acabar pero después naciste tú, tuve que estar con tu mamá, hasta que me dejó por tu padrastro, solo porque él si tenía dinero.

Me empezó a contar todo de la nada.

Lo agarro de la cara y beso su mejilla, es tan triste, aunque no estábamos hablando de eso, pero mi mamá lo abandono de la nada, y luego me llevo con ella por doce años, hasta hoy vuelvo a estar más cercana a él, lo veía dos veces la semana o una, a veces ni una porque mi mamá no quería que lo viera.

—¿Por qué...? —él me preguntó después de haberme contado su historia completa.

—Edan, el vecino me dijo que solo estudio la primaria, no estudió lo demás... —me senté a un lado —. Se me hace raro que no haya acabado.



#6125 en Novela romántica
#2721 en Otros
#396 en Novela histórica

En el texto hay: parejas, romance, corto amor

Editado: 28.08.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.