Te quiero, de Vuelta

Capítulo 5

Me parece increíble que hoy mi princesa cumpla seis meses.

 Ser madre, ha sido la experiencia más hermosa de mi vida y he procurado ser una madre presente, el mayor tiempo posible. También le he echado ganas al tema de la especialidad, hace un mes uno de mis tutores me hizo una atractiva propuesta y si todo sale bien, se convertirá en una realidad, muy pronto. No ha sido fácil, pero sé que el esfuerzo valdrá la pena, no lo he comentado con nadie, así que será una sorpresa para todos, cuando se los comunique.

Una semana después del nacimiento de Delaila, Mario y yo; recibimos los resultados de la prueba de ADN, me hubiese encantado ver la cara de la tal Susana, al leer el resultado positivo con un margen de error de 0.00%, jajajajajajajajajaja. La muy hija de la madre suya, insinúo en varias ocasiones que Delaila no era hija de Mario, eso lo supe por la nana, que estuvo con ella largo rato, en la sala de espera.  Pero bueno, era necesario hacer la prueba, por los antecedentes pocos convencionales a raíz de los cuáles nació mi bebé.

Mario ha estado viajando todos los meses a Londres, una vez al mes a ver a Delaila. Cuando sé que viajará, procuro no estar o llegar cuando ya no esté en casa. Decidí olvidarme de él y la mejor manera es no verlo, no hablar con él, para así matar con la ausencia ese amor, que por mucho tiempo ha estado  ardiendo, en mi corazón.

Él continúa su relación con Susana, por el tiempo que ya tienen, me imagino que deben estar pensando en casarse. Me preocupa un poco porque es inevitable que se relacione con mi hija, pero bueno me tocará ponerme los guantes, para defender a mi muñeca, si es necesario.

Cuando Mario recibió la prueba de ADN, me escribió para disculparse, yo solo respondí su mensaje con un emoji, de "Esta bien", esa es la única interacción que hemos tenido en todo este tiempo. Tania piensa, que soy extremista, pero para mí, todo ha sido mejor así.

—Señora Marshall, el rector la espera—Pase por favor.

La voz de la chica, que está de pie frente a mí, me saca de mis pensamientos. Tomo mi bolso, mientras la sigo por el largo pasillo que nos lleva hasta la rectoría. 

—Pase por favor—Me indica la chica.

El hombre mayor, se pone de pie para estrechar mi mano, mientras que yo lo saludo de manera cortes.

—Hanna Marshall—Es un placer conocerla, déjeme decirle, que su nombre trasciende, ha sido usted muy mencionada por estos lares.

—Espero que haya sido, de manera positiva, señor—Contesto, algo nerviosa. 

—Por supuesto que si—Responde.

—En los Estados Unidos, específicamente en New York—Se nos ha brindado la oportunidad de abrir una especialidad, similar a esta. Hemos estado buscando los candidatos, para encargarse de dicho proyecto y la persona más indicada para hacerlo, parece ser usted—Dice el hombre en tono, educado. 

—Para mi seria un honor, señor—Pero lo que me preocupa, es el hecho de que yo aún no termino mi especialidad—Respondo—Me faltan seis meses. 

—Eso no sería inconveniente, usted seguiría tomando sus clases de manera virtual, mientras que se encarga de las etapas iniciales del proyecto, en Estados Unidos—Responde.

—Para mi sería un honor hacerlo—Respondo.

—Pues bien, no se diga más —  Hagamos los arreglos pertinentes, cuadremos horarios y firmemos los contratos—Responde el hombre, en tono animado —En quince días, deberá estar en New York, para iniciar el proyecto allá, bajo su dirección.

La alegría invade mi ser, volveremos a casa, junto a mis amigos, a mi trabajo, a mi hogar. 

Me despido del Rector y regreso a casa, animada para compartir la noticia con todos. 

—Te tengo una noticia amiga—Digo al escuchar a Tania, contestar el celular.

—Yo también te tengo una noticia amiga—Responde.

—Dime la tuya primero—Digo intrigada.

—Me voy a casar en un mes y tú serás mi madrina y mi dama de honor, así que ve organizándote porque tendrás que venir a mi boda. —Dice emocionada.

—En serio, felicidades cariño y tranquila que lo que quiero decirte es que en dos semanas, regresamos a vivir a New York—Digo, entusiasmada.

—¡¿Qué?! ¡¿En serio?! —Dice gritando, mientras al fondo, escucho a Dani, preguntarle ¿Qué pasa? —Mi frijolita y mi Hanna, regresan—Dice mi amiga, en medio del llanto.

Los gritos de alegría de Dani, se unen al llanto de mi amiga. Mientras yo, de este lado de la llamada, lloro de la la alegría, de saber que van a casarse pronto. 

Cierro la llamada, luego de llorar a moco tendido con mis amigos.

Miro el celular y con algo de temor marco, ese número que hace tiempo quise borrar de mi celular, pero que no pude. 

              ❤❤❤❤

Estoy en medio de una importante reunión con unos accionistas de un nuevo hotel, de repente mi celular empieza a vibrar y cuando veo el número del que me llaman, me quedo de una pieza. 

Ella no me llamaría si no fuera algo importante. Me pongo de pie y me excuso, antes de salir de la sala de reunión, bajo la mirada incrédula de los presentes. Deben estar pensando que estoy loco o que soy un irrespetuoso, pero bueno ya luego les explicaré.

—¿Está todo bien? —Pregunto, apenas abro la llamada.

—Hola Mario, si está todo bien—Responde.

Suelto el aire que tengo retenido y siento como el alma, me vuelve al cuerpo.

—¿En qué puedo servirte Hanna? — Digo de forma amable.

—Solo te llamaba para informarte, que en dos semanas estaremos regresando a  New York, para quedarnos a vivir definitivamente allá, te lo digo porque siendo el padre de Delaila, consideré importante que estuvieras informado—Termina diciendo.

—Esa, es una excelente noticia— respondo—Podre ver a Delaila, más seguido—Digo emocionado—Gracias, mil gracias por esto Hanna.

—No tienes porque darme las gracias, yo también quiero lo mejor para mi hija y estar cerca de su padre, será bueno para ella—dice seria—Bueno, eso era todo lo que quería decirte, hasta luego Mario.




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