EMMA
Mi nana nos despertó muy temprano con la noticia que nos mudaríamos ya que unos huéspedes especiales y no era adecuado que dos señoritas solteras estuvieran en la casa con tantos hombres; no nos dio tiempo de preguntar o refutar.
A las cinco y media de la mañana llegaron Alonso y Diego con un sequito de hombres vestidos como en la antigua Grecia o Roma, me mordí la lengua para evitar un comentario mordaz y preguntar el motivo de que estuvieran acá; pero no era el momento.
Llegamos a la casa de ellos y me sorprendí de ver lo ordenados que son para ser varones, nos dejaron instalarnos tranquilas y la típica de frase “están en su casa”. Había dos camas que parecían una gigante ya que el espacio de separación era casi invisible.
-. Esto es raro – Yuli observaba cada detalle, porque, aunque no tuviera el típico rosa que “define a la mujer” el color beige claro le daba la sensación de ser más grande de lo que imaginábamos. Nuestra ropa la colocamos en el closet y nos dimos cuenta que el baño tenía una tina la había visto en películas; y era la primera vez que a veía en la vida real.
En el baño había lo necesario y demás para realizar nuestro aseo, había una mesa no tan pequeña que supongo es en donde ellos sutilmente sugieren hacer nuestros deberes; lo bueno de todos estos cambios en mi vida es que no voy a tener que dejar de estudiar lo que en realidad amo y llena mi vida
-. Se preocuparon por hacernos sentir cómodas – me gusta vivir con ellos
-. Pero lo que dijo tu mamá – me paralice al escucharla – no tiene sentido igual vivimos con dos hombres solteros que están más buenos que el chocolate – eso si era raro
-. Ella confía en ellos así que nosotros debemos hacer lo mismo – asintió – y ahora yo deseo una buena taza de café para poder despertarme por completo – sonrió y bajamos hacia la cocina que vimos cuando ingresamos
-. Tienen sus electrodomésticos nuevos, ni siquiera parece que los usaran – asentí y trague saliva con dificultad ya que ellos eran vampiros de seguro no comen nada humano solo… sangre
-. Bien la cafetera nos ahorrará tiempo – gracias al cielo sabíamos usarla – y de paso hay que preparar de más para preguntar si se les ofrece
-. Claro – sonrió era extraño verla tan tranquila ya que cuando la llevamos a casa estaba tan asustada por estar en un lugar nuevo
-. Bueno este es nuestro nuevo hogar y debemos ser unas buenas compañeras de “casa” – reímos y seguimos bromeando sin darnos cuenta que una visita había llegado, el hombre de unos cuarenta o tal vez cincuenta con una complexión atlética muy parecido a Alonso nos saludó y nosotros nos quedamos estáticas apenas realizamos un movimiento de cabeza.
Salieron y Diego dio a entender por gestos que no sucedía nada y no está segura de que tan cierto era eso, ambas nos miramos rojas como un par de rocotos cuando ellos entraron en un estudio u oficina la verdad que no sabía que estaba ahí.
-. Esa no fue una muy buena primera impresión – comento Yuli
-. Ni que lo digas – le respondí tratando de volver mi ritmo cardiaco a la normalidad, esta es una de las vergüenzas que deseo borrar de mi memoria
-. Le quieres llevar tres cafés – la mire mal y ella solo se encogió de hombros – solo digo para tratar de cambiar lo que en este momento el que creo será el padre del profesor Alonso debe estar pensando de nosotras – no me puse a pensar que quizá es su padre y puede pensar que somos unas alumnas que…
-. Prepara las tazas debeos llevar ese café – ella hizo una señal como el saludo de un militar que me hizo sonreír y empezamos a buscar las tazas, una charola, el azucarero y cucharas.
NARRADOR
Alonso intentaba explicar lo que sucedía y con la mirada le pedía ayuda a Diego quien estaba totalmente divertido con la escena.
-. Vayamos al grano – dijo para intentar ayudar a Alonso – ellas son nuestras parejas destinadas – vieron como Melvin estaba realmente sorprendido – y aun no lo saben
-. Pero ¿por qué? – Melvin dio un golpe en su muslo
-. Padre – Melvin se tranquilizó al escuchar la voz tan serena de su hijo – no quiero ponerla en peligro y menos me atrevo a decírselo sabiendo que puedo acabar con su vida en mis propias manos; intentare buscar una solución y la tendré cerca hasta que sea capaz de protegerla y no herirla
Melvin comprendía sus palabras y la tristeza lo invadió, ni siquiera él pudo ser capaz de hallar una solución para la maldición de su hijo y eso lo hace sentir el peor padre del mundo.
-. Comprendo – unos suaves toques en la puerta los distrajo
-. Adelante – Alonso percibía el olor de Emma, su padre pudo notar la aceleración de su corazón y comprendió que esa adorable joven de pelo como el fuego era la pareja de su hijo
-. Les traje un poco de café – dejo la bandeja en el escritorio y trataba de no temblar mucho
-. Gracias – respondió Melvin al recibir la taza
-. No te hubieras molestado – dijo Alonso a la vez que con la mirada suplicaba que su padre se comportara – terminando acá
-. Yo los iba a invitar a desayunar – Melvin se adelantó y dejo a todos sorprendidos
-. No hace falta – trato de calmarse – yo sé cocinar y puedo preparar el desayuno dado que ahora viviremos juntos
-. Hace mucho que no veo a mi hijo – se excusó Melvin mientras Diego y Alonso trataban de entender que planeaba - y quisiera que nos acompañen
-. La verdad – Emma se atrevió a hablar – no quisiera que hubiese rumores en la universidad – ahora Melvin no comprendía nada y le hizo una señal para que prosiguiera – ellos son unos docentes muy respetados en mi universidad y no desearía malos entendidos o habladurías
-. Comprendo – Alonso sabía que le esperaba un sermón
-. Por favor permítame prepararle el desayuno y de paso comparten tiempo juntos aquí en su casa – Emma hablaba muy rápido por lo nervioso que se encontraba – mi amiga y yo nos iremos a clases y no los molestaremos