NARRADOR
La luna lloraba con amargura porque reviviendo el pasado ella había cometido demasiados errores y muchos de ellos habían sido por simples tonterías o por dejar que el orgullo le ganara, golpeo su mesa con rabia porque esos “errores” hubieran evitado miles en tragedia y ni que decir de cuántas vidas no estarían destruidas como ahora.
Luna llamó a Armando necesitaba a alguien que conociera a Drago muy bien y saber si él estaría dispuesto a ayudarla. Él era su más antiguo guerrero y amigo (al menos algo así esperaba), este entro enfundado en su traje de guerrero medieval y movió la cabeza en señal de saludo.
-. ¿Para qué me ha mandado llamar? – su tono era grave y algo casual
-. Necesito de tu ayuda y consejo – eso lo descoloco por algunos minutos y volvió a su postura de “cara de póker”
-. No comprendo – estaba confundido como él podía ayudara a alguien que tenía un poder más elevado que el suyo
-. Necesito que me ayudes con Drago – él estaba a punto de reír, pero al ver que era en serio… rio con ganas
-. No veo la gracia – se sintió hastiada por la indiferencia que este mostraba
-. Todos saben de esas rencillas con Drago y que a menudo viven en una lucha de constantes ataques indirectos – Luna se sorprendió creyó que no se les notaba tanto
-. Pues bien quiero arreglar las cosas – Armando la miro como si esta tuviera alguna mancha en aquel vestido blanco tan pulcro o como si le hubiera salido otra cabeza
-. Sí esta es otra de sus “bromas” – hizo comillas en el aire – yo no quiero tener nada que ver
-. Por favor – ella se acercó a él – quiero terminar con esto
-. ¿Por qué ahora? – era un guerrero astuto y necesitaba recabar información que le asegurara no sería tan solo un peón en un tablero de ajedrez al cual quieren sacrificar para una victoria.
-. Porque mis errores ya han costado demasiadas vidas y ya han hecho suficiente daño – Armando busca algún indicio de mentira o quizá una burla y solo encontró sinceridad y una tristeza profunda
-. ¿Cómo deseas que te ayude? – finalmente se rindió para que ambos pudieran hacer las pases
-. Tú lo conoces mejor que nadie – sonrió tomó su mano y lo llevó a sentarse a su lado, aunque dudo que haya sido cómodo sentarse con esa armadura – y quiero que me digas como poder hablar con él sin que piense que esto es una mentira o una treta más
Armando lo pensó por varios minutos y no lograba identificar que hacer, se habían hecho tanto daño a través de estos años que incluso él entendía la desconfianza de Drago para con ella
-. Sinceramente – suspiró – no lo sé, a mí me costó creerte, imagínate a él – Luna sintió una opresión en el pecho al recordar el rostro triste de Lea
-. Por favor – pidió con desesperación - debe haber algo que yo pueda hacer
-. Dame unos días y ver si él también está dispuesto a escucharte o sacar algo de información – miró a Luna con solemnidad – solo espero que esto sea en serio y no un juego más porque te habrás ganado muchos enemigos
-. Te juro por la vida de cada una de mis hijas e hijos – coloco su mano derecha en el corazón – que deseo arreglar las cosas
-. Confío en ti – se puso de pie y antes de girarse – solo espero no me defraudes
Luna negó y estaba feliz de tener, aunque sea una mínima esperanza de poder arreglar los desastres que ocasiono simplemente por ser egoísta y no pensar en los demás… debía agradecer a Lea por haberle abierto los ojos.
Fue a las habitaciones en donde descansaban para poder brillar durante la noche, ella no estaba en su habitación quizá salió a dar un paseo para despejar su mente recorrió todo su hogar y ni rastro de ella; preguntó a sus hermanas y ninguna de ellas daba una pista sobre su paradero hasta que Lucero una de las más pequeñas
-. Ella fue a declarar su amor porque quería morir – eso puso en alerta a Luna acaso la tristeza empujó a su hija para quererse suicidar, los murmullos no cesaron ya que en toda su historia muchos se sacrificaron por amor y habían muerto
-. Madre - hablo una de las mayores – debes detenerla – suplico – te lo ruego ella morirá
-. No si puedo evitarlo – dijo severa – cuiden de sus hermanas – ella sabía quién era aquel que había logrado llenar de amor el corazón de Lea y en este momento debe estar en camino
EN EL CASTILLO DE LA PAZ EN LAS HABITACIONES DEL CIELO
Armando estaba nervioso e inseguro si debía intervenir o no; pero bueno podía perder la vida si se equivocaba como también traer grandes alegrías si era lo correcto
-. El señor te espera – anuncio un joven en entrenamiento quien salía de la oficina de Drago. Este asintió y trago saliva
Mientras esperaba el transporte especial que lo llevaría al hogar de Drago, estaba nervioso y ni siquiera viendo las nubes cual algodones de azúcar logro relajarse… caminaba a paso lento tratando de retardar más su visita
-. Amigo – Drago lo recibió con una sonrisa - ¿Qué extraño verte?
-. Vaya espera un recibimiento más caluroso – exclamó en tono de broma
-. Tienes razón – Drago se acercó y lo abrazó – es que hace tanto que no tengo ninguna visita social ¿o tema de trabajo? – él negó y su amigo se relajo
-. Hace tanto que no conversamos – primero debía ser su amigo – porque has elegido estar solo y aislado
-. Mi linaje a muerto – Armando sabía que la mayoría de guerreros tenía una pizca de dragón; pero eran insignificantes ya que predominaban los otros linajes sobre este – y en el amor no vuelvo a creer
-. Esa herida nunca sanará – negaba triste – han pasado nueve siglos y llevas el rencor en tu corazón
-. Tú sabes que estuve al borde de la muerte por esa burla y me niego a volver dejar que alguien entré en mi corazón – Armando asentía acongojado porque él también tenía algo de culpa
-. No soporto ver que te sigas mintiendo – Drago lo miro confundido