Te reconquistaré

Capítulo 38 "Devolver un corazón (parte 1)"

Devolver un corazón (parte 1)

 

—¡Así te quería atrapar desvergonzada! —grita Sara apenas cruzo la puerta de casa.

—¡Shhh, Sara!

—¡No hay nadie en casa, es día laboral!

—Eso explica porque solo tú estás aquí y no el resto.

Me da un pequeño piquete en el estómago, pero empiezo a reír.

—¡Solo bromeaba!

—Pronto conseguiré trabajo, solo déjame gastar todos mis ahorros con tranquilidad.

—Tus padres van a matarte.

Rueda los ojos.

—Lo dudo, ellos me trajeron de la muerte. Ahora ¿quieres desayunar?

Niego.

—Ya desayuné.

Recordarlo me hace sonrojar. Esta vez no escapé de una casa, y fue agradable compartir la mesa con Cooper.

—Oh, te dio de comer después de comerte.

—¡No, Sara! No ha pasado nada —niego sonrojada y ella empieza a reírse —Pero te acompañaré a desayunar.

—Gracias.

No bromeaba, a Sara no le gustaba comer sola y desde que nos mudamos ella comía conmigo. Rara vez comía sola y solo era cuando me atrasaba a trabajar.

 

***

 

Toso cuando abro la puerta de mi guardia y el polvo me recibe. Muevo la mano tratando de dispersarlo de mi alrededor y Sara me imita.

—Esto parece una tumba.

—¡Hey! Más respeto para mi sarcófago —se ríe por mis palabras y yo sonriendo muevo unas cajas que estaban delante —Además, eres la segunda persona con la que he venido aquí.

—¿Alan fue el primero?

Hago una cara se sorpresa.

—¡¿Cómo supiste?! —empieza a reírse y yo también —Sí, él fue el primero a quién invité.

—¿Era su nido de amor?

—¡No! Ya te dije que nunca fuimos a más.

—No era para que te sonrojes de esa manera —comenta divertida —Es asombroso este lugar. ¡Incluso tienes una televisión!

—Ya es vieja, no sé si funcione todavía.

—Lo veremos al limpiar —sigue examinando y evitando cajas cuando llega a mi escritorio. Al ver muchos papeles se cubre los ojos y me pregunta —¿Puedo ver?

—Te traje aquí Sara —enmarca una ceja y río —Sí, puedes hacerlo.

Se destapa los ojos y voltea para ver mi pared llena de fotos y escritos.

—Tienes muchas fotos —murmura y toma otras que faltan colocar —es asombroso. ¿Y estos escritos?

—Son pensamientos que tuve, no son tan agradables de leer —se tapa los ojos de nuevo, sonrío —Puedes leerlos.  

—Todos tienen un lado oscuro que ocultar, no te aflijas —murmura y luego de leerlos señala—¿Puedo escribir algo?

—¡Claro!

Se acerca y toma una hoja con un esfero, al principio no raya, así que prueba con otro y sonríe. Cuando acaba lo coloca en una esquina y me quedo quieta al leerla.  

“¿Estará bien utilizar la palabra “soledad” para expresar todas mis heridas?”

—Sara…

—Es parte de una canción.

—¿Broken?

Niega.

—Un cover de Kobasolo. La manera en la que canta también hace latir mi corazón. Bueno, ella y Mafumafu.

No digo nada y solo leo una vez más lo escrito para escucharla que empecemos a limpiar.

 

***

 

Estornudo de nuevo y Sara se ríe de ello, al menos hasta que estornuda ella y yo me río. Le paso la caja con pañuelos desechables y lo toma.

—Esto no parece tener fin —se queja sonándose la nariz.

—Nunca sabes lo que tienes hasta que limpias.

—Creí que era hasta que te mudas.

—Estoy limpiando, así que modifiquémosle un poco.

—Aunque si nos mudaremos pronto.

—Sí, bueno, por alguien debo volver sola y ver qué hacer con el departamento.

—No iba a quedarme ahí, y sabía que podías no volver.

—No iba a dejarte.

—Que dulce, eso ha hecho mi corazón acelerarse.

Ríe mientras pestañea continuamente pretendiendo ser tierna, y como respuesta ruedo los ojos. Tose de nuevo y niega levantándose.

—Maldita rinitis, saldré unos minutos, estoy tragándome mucho polvo y moriré.

Le digo que esta bien y ella no pierde tiempo en volver a la cafetería, aunque todavía puedo escucharla estornudar y maldecir. Río un poco por ello y continúo botando las cosas en la funda.

Me acerco al escritorio e inevitablemente leo los papeles. No me gustan, muchos de ellos incluso me lastiman leer. Palabras que fueron mías, que no son vacías, y que me hacen preguntarme que sentía en realidad.

Dudo en arrancarlas, pero luego de temblar un poco las tomo y las retiro. Tenerlas se siente extraño, este peso en mis manos, se siente como pedazos de mi corazón. Aprieto mis manos y tomo aire antes de guardarlas en mi bolsillo.

Tomo el trapo y con cuidado lo paso por las fotos polvorientas y las apilo. La nostalgia me invade de manera inevitable y al vernos en diferentes eventos me pregunto cómo hubiera sido el resto del año.

Me perdí mi propia graduación.

Y es divertido porque yo la había estado planificando.

La puerta es abierta y de manera distraída pregunto por quién ha entrado, al no tener respuesta me acerco a la puerta.

—¿Sara?

—Equivocado.

Me volteo sorprendida y veo a Cooper acercándose mientras evita pisar las cajas.

—¿Qué haces aquí?

—Quería verte. Así que pase por tu casa y dijeron que estabas aquí.  

—Tenía que limpiar este lugar… no lo he tocado desde que volví.

—¿No has entrado?

Lo hice, días después de volver, pero solo pude entrar y salir por las mismas. No pude quedarme más tiempo. ¿Cómo lo haría si en todas partes estabas tú?

—No.

—Ya veo… ¿estás usando la artillería pesada?

Sonrío ante su pregunta y niego divertida.

—No, yo estaba limpiando y tú viniste. No sabía que vendrías.

—¿Lo hubieras hecho a propósito?

—Puede ser.

—Se siente como la primera cita —murmura y mis ojos se abren cuando recuerdo eso.



#3061 en Novela romántica
#948 en Chick lit

En el texto hay: secuela, secretos, reconquistar

Editado: 10.05.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.