Te reconquistaré

Capítulo 51 "Retroceder para avanzar"

Retroceder para avanzar

 

Tomo aire y lo suelto de nuevo mientras siento como mi estómago empieza a contraerse. Papá a mi lado no deja de moverse y jugar con su corbata, la ajusta, la afloja, mira el ramillete y se vuelve a ajustar la corbata, en un segundo la ajusta de más y jadea asustado.

Sonrío por su torpeza y le detengo cuando va a volver a tocar la corbata. La aflojo lentamente y acomodo. Cuando está hecho sonrío.

—No estes nerviosa —dice y sonrío divertida.  

—Papá…tú te ves nervioso.

—¿Y tú no lo estás?

Me lo pienso. Me iba a casar con el amor de mi vida… ¡obviamente lo estaba! Pero más que ello me sentía con expectativas altas y mi corazón latía como loco por ello. Así que con mejillas sonrojadas asiento.

—Por la luna de miel, claro.

¡Eso no lo he dicho yo!

Pero provoca que mi persona y mi padre tomemos color ante las palabras de Hailey, quien entra sonriendo junto a Ben.

—¡Hailey! —le regaña papá —¿Qué estás diciendo?

—¿Luna de miel? —pregunta Ben —¿Qué es eso?

Mis ojos se abren cuando la boca de Hailey vuelve a abrirse, así que corro y le alejo a Ben de ella.

—Es un viaje que realizan las parejas —respondo —Cuando seas más grande entenderás a que me refiero.

—Soy grande —Ben parece ofenderse y Hailey se ríe.

—No dirás lo mismo cuando empiece la pubertad —acaricia la cabeza de Ben —Luego de que tengas la charla de las tías te diré todo el mundo que te ocultan Ben, solo ahí tal vez me pidas filtro como Abi.

—Me da miedo saber tu literatura.

Hailey sonríe.

—Reírme del romance actual es mi pasión. Volviendo al tema de Ben, papá también puede ayudarte, eso será algo incómodo de oír, así que suerte muchachotes —palmea la espalda de papá y ríe ante la incomodidad de él —Veré como manejan las hormonas en primera plana. Claro, mientras me río por eso.

Voy a pedir que la saquen de la iglesia cuando llega mamá y dice su nombre deteniendo su parloteo.

—Mami —Hailey sonríe y la abraza —¿Si trajiste tus pañuelos?

—Compórtate Hailey Martins.

—Pero me estoy comportando. Solo te sugería amablemente que trajeras unos pañuelos y le explicaba a Ben de manera informativa sobre su pubertad.  

—No me lo creo —murmuro y ella sonríe.

—¿No vas a sacarme de iglesia verdad?

—Me lo estoy pensando.

Su boca se abre pretendiendo estar ofendida, pero mamá se ríe y pese a que ella se queja, le pide que salga junto a Ben y papá. Intercambian una mirada y salen de la habitación dejando un silencio extraño.

—¿Mamá?

Pongo la mano sobre su hombro, el cual se estremece y al darse vuelta me deja ver como sus ojos están cristalinos.

Oh, mamá…

¡Haces que los míos hagan lo mismo!

La abrazo sin esperarlo y puedo sentir como toma respiraciones lentas tratando de calmarse. Eso me saca una sonrisa y aumenta cuando la escucho regañarse sobre que no debe hacer eso.

—Puedes llorar mami.

Con suavidad acaricia mi cabello y sonríe.

—Pero no vine para eso cariño. Además, Hailey no pensaría lo mismo —suspira y besa mi cabeza —Algo nuevo, algo viejo, algo prestado y algo azul —le miro confundida y ella sonríe haciendo una seña a la puerta —Adelante.

La puerta es abierta por segunda vez y por ella entran Katy, Darwin, Sofía y Cristina. La primera mueve las manos de manera efusiva mientras que las otras dos parecen removerse nerviosas.

Mamá es la primera en acercarse y abrir un pequeño cofre de madera, el cual contiene un peculiar broche, lo toma y con cuidado me lo coloca en el cabello.

—Algo viejo —pronuncia con voz dificultosa —De verdad Abi, no sabes lo viejo que es esto.

Miro de reojo mi reflejo en el espejo y se me hace ligeramente conocido. Lo había visto entre las joyas de mamá, pero ciertamente no sabía la historia detrás de ese broche.

Ella si lo sabía, por ello y por mi situación, sus ojos se volvieron de nuevo brillosos y tomó distancia tratando de respirar lentamente.

De segundo se acerca Darwin.

—Algo prestado —me entrega mi ramo de flores —Ya que caerá en nuestras manos es más mío que tuyo.

Ante mi cara desconcertada por su descarada afirmación se ríe, eso le dura poco por Sofía.

—¡Darwin!

—Es broma —sonríe y Sofía me extiende un pequeño ramo de flores —Nosotros ya tuvimos el nuestro. Cuídalo bien pequeña Abi.

Reconozco ese ramo de flores hechas con tela, Sofía atesoraba aquel regalo. Fue con el ramo que Darwin se le declaró.

Sonrío por el detalle y aseguro que se los devolveré vivo después de la ceremonia.

De tercero, Cristina, que movía sus manos de manera temblorosa, abre una cajita de terciopelo y me deja ver unos pequeños aretes de color azul.

—¿Me los vas a colocar tú?

—¿Has visto mis manos? Te perforaría una oreja.

Río por sus palabras, pero me lo tomo muy enserio y me los coloco yo misma. Cuando termino ella sonríe.

—Estás muy nerviosa —murmuro y ella se sonroja ligeramente.

—Sí, bueno, y eso que no sabes cómo estoy sudando —masculla, pero luego abre los ojos —Ah… olvida mi boca, por favor, sí, muy nerviosa.

—No quiero pensar las tonterías que diría en su boda —dice Katy —Seguro balbucea sobre dos cosas, sus nervios y McFly.

Las mejillas de Cristina se colorearon por completo. No reputa nada, pese a que quiere hacerlo solo manda a callar a Katy y le dice que esperará afuera.

—Eres increíble —murmura Darwin y sonríe —No la dejas tranquila ni un segundo.

—Solo quería confirmarlo yo misma.

—¿Eh? ¿Qué cosa? —pregunto y veo como su sonrisa maliciosa aparece.

—McFly le ha hablado de matrimonio.

Todos le vemos y negamos sin creerle, ella grita que es cierto.

—¡Solo miren su reacción! Es muy obvia.



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En el texto hay: secuela, secretos, reconquistar

Editado: 10.05.2022

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