A la mañana siguiente KyungSoo se despidió únicamente de BaekHyun pues MinHo seguía durmiendo. Su mamá se sorprendió de verlo fuera de casa y él le contó la verdad, no era un buen mentiroso, prefería no arriesgarse. Pasaron los días con tranquilidad y armonía entre los Do y los Byun. La imagen de bestia se le iba cayendo a BaekHyun y volvía a recobrar la imagen del príncipe encantador. Sí, KyungSoo realmente estaba enamorándose.
Era sábado y KyungSoo despertó con el sonido de mensajes. Achinando los ojos por la luz de la pantalla, vio los miles de mensajes de Irene y llamadas perdidas. Oh, era sábado. ¡Hoy irían a una cita en la clínica! KyungSoo se sentó rápidamente y lo más rápido que pudo le escribió que se encontraba en camino.
—¿Por qué sacaste la cita tan temprano? —Kyung se tiró sobre las sillas, cansado luego de tremenda maratón que se había metido para llegar a tiempo.
—Así no veremos a los demás pacientes. —Irene, se veía hermosa como siempre, ¡ni siquiera tenía ojeras! —Me contaste que los demás pacientes también vienen a ver a BaekHyun, así que, ¡que mejor que ser los primeros que él vea! Te tendrá en su mente a lo largo del día.
Soo puchereó. —En este momento solo quiero dormir.
—Ya me lo agradecerás. —Canturreó.
—¿Te gusta jugar a ser Cupido?
—Es emocionante, pequeño Soo.
—¿Qué pasó con tu hilo rojo?
Irene se alzó de hombros. —Se rompió, supongo. No todos tenemos suerte en el amor. —Colocó su muñeca sobre su frente haciendo una pose dramática.
En la pantalla apareció el nombre de Bae Joohyun, y ambos se dirigieron hacia el consultorio. Tocaron la puerta y entraron al escuchar "pase". Solo MinHo estaba en la habitación recibiéndolos con una gran sonrisa de oreja a oreja. KyungSoo no se creyó esa farsa, hace unos días lloraba a moco tendido y ahora estaba sonriendo como si nada hubiera pasado, le resultó poco creíble, pero razonable. MinHo no podía faltar al trabajo solo por tener el corazón partido. Entonces, él tendría que ir a clases con el corazón roto y fingir que Byun no lo había lastimado.
Do sacudió la cabeza, desapareciendo los pensamientos negativos. ¡No ha ni empezado una relación!
—¿Estás bien, Didi? —susurró cerca de su oído, provocando que sus latidos se dispararan. —¿Me dejas pasar?
Soo asintió, no se había percatado que se había quedado parado en la puerta.
BaekHyun ingresó.
—Traje tu café. —Informó y lo colocó sobre el escritorio.
KyungSoo se sentó en el sillón de la esquina.
BaekHyun se retiró su cubrebocas para beber su propio café.
Irene dejó de observar a MinHo y quiso ver mejor a BaekHyun.
Y pudo entender porque Kyung decía estar atraído por el mayor. Si bien había visto a Byun varias veces, nunca lo miró con cautela, pasaba por alto sus finos rasgos, su cabello sedoso y la simpatía que irradiaba. No parecía una bestia, para nada.
—¡Enfermero Byun, usted es muy guapo!
BaekHyun se atragantó con su café.
—Todos creen eso. —Habló MinHo. —Pero, ¿y yo? ¿Yo también soy atractivo? —Se colocó los guantes. —Quizá no tuve que haber aceptado ser su tutor.
Byun le dio un golpe en el hombro. —Amigo, tú me adoras.
MinHo viró los ojos. —Todos te adoran, Baek. ¿Saben? Él ha cambiado las reglas de este hospital.
—Eso no es cierto. —susurró.
—Al inicio en la clínica no había cargos por los brackets que se caían y teníamos que volver a colocar, sin embargo, desde que llegó Byun BaekHyun el número de brackets caídos comenzó a incrementar y pegarlos tomo tiempo. Deducimos que, algunos pacientes se desasían deliberadamente de sus brackets para poder verlo más. La clínica decidió empezar a cobrar por cada bracket caído.
—¿De verdad? —Bae miró a Byun.
—Es falso, ¡no le creas a MinHo! Es solo una coincidencia, tuvieron cambios de políticas cuando me uní a la clínica.
—Tsk, no seas modesto, Baek.
—¿No deberíamos empezar?
MinHo rio. —Bien, bien, comencemos.
KyungSoo había escuchado atentamente, ¡BaekHyun debería tener muchos pretendientes! Se puso nervioso, ahora que creía entender sus sentimientos, ¿podría alcanzar a BaekHyun antes que éste decidiera irse? Soo hizo puños con su mano, ¡eso no lo permitiría! No aceptaría haber sido seducido por Byun solo para jugar, ¡el mayor debía de hacerse cargo de sus sentimientos! Y si era necesario, Do estaba dispuesto a dar el primer gran paso; confesarse.
—¡Bien, eso sería todo por hoy! —MinHo ayudó a Joohyun a levantarse del sillón estomatológico.
—Perdón por la indiscreción, pero, ¿ustedes cómo se conocieron? Parecen ser muy cercanos.
—Lo somos. —Comenzó Choi. —Nos conocimos en Canadá y desde entonces hemos estado juntos, somos como un matrimonio. —Rio. —¿Qué sería de mí sin ese idiota?
—¡Hey!
—¿Y por qué...? —Joohyun calló, no quería verse chismosa.