“Te vi. Te vi en mi …”
Mogwai – Take Me Somewhere Nice
Dicen que hay un poder infinito llamado Amor, el cual puede salvarte hasta de una dolorosa muerte.
Pero antes de hablar de muerte, hablemos de la vida. No sé que se suponga que tenga que ser eso, tengo solo 16 años encima y pues se podría decir que no he vivido mucho que digamos. Sé que la vida se centra en cumplir un montón de etapas y en cada una conseguir u obtener algo provechoso para después; yo hasta ahora solo he conseguido una pequeña, pero a la vez gran escala de corazones rotos y cicatrices.
Mi primera cicatriz si me lo preguntas, fue cuando tenía tan solo tres años. Era un día como cualquier otro, bueno no tanto que digamos, ya que ese día me quedaba sola en casa con mi más grande héroe, mi padre y mi prima Gianina, recuerdo perfectamente esos minutos, estaba saltando en la cama, siempre hacía eso, era algo que amaba, me creía un pequeño canguro, amaba sentir lo blando de una cama en mis pequeños pies; mi hermana, Kathleen, se dirigía con mi mamá al supermercado, siempre le pedía que me trajera un dulce y ese día no fue la excepción, ella con una sonrisa en la cara se despidió de mí, era una hermosa sonrisa… (Kathleen, si en algún momento lees esto, déjame decirte que tienes una hermosa sonrisa, desde pequeña quise ser así de hermosa como tú), un momento después seguía saltando hasta que de pronto estaba en el suelo y en otro, ya estaba siendo cargada en los brazos de mi padre, veía mucha gente, estábamos en el supermercado y se escuchaba una voz, ¿que era esa voz? Ahora que soy más consciente de ello, creo saber que era el micrófono, estaban llamando a mi madre y a Kathleen; minutos después (aunque estoy segura que horas quizás) estaba entrando a sala de operaciones, vi una gran luz y de pronto todo se oscureció.
Los días pasaron rápidos a mi parecer pero para mi familia no lo fue, recuerdo que vi a mucha familia que no veía tan seguido, estuvieron ahí. Esa caída ocasionó mi primera cicatriz, la que llevo en el brazo izquierdo, tiene una forma peculiar, como si fuera un cuarto menguante, es curioso, tanto que me hace sonreír a pesar de ser algo tan trágico en mi vida pues el destino me tenía algo preparado desde entonces.
Ese año, nació mi pequeña hermana, Alessia, una niña tan diferente a mi, creo que por eso no nos llevamos tan bien pero la amo con todo mi corazón, tampoco quisiera que fuera igual a mi porque estoy segura que no la soportaría, soy una jodida en todo el sentido de la palabra, soy jodida en los estudios, en casa, con mis amigos y con… con alguien del cual ya les hablare.
Y aquí viene el primer corazón roto, el primero de toda mi colección. Mi abuelo tenia cerca de 80 años cuando falleció, dicen que fue un dia muy extraño y que todo paso rápido, yo estaba en casa con mi mamá, ella ya con su barriga grande a causa del embarazo, mi abuelo decía sentirse muy mal, sufria de asma si no me equivoco, lo llevaron al hospital pero jamás fue atentido, murió sentado en la sala de espera a causa de neumonía severa. Fue un golpe muy fuerte para todos aunque quizás no tanto para mi, lo recuerdo poco, pero lo quiero mucho, es mi abuelo, ¿Quién no quiere a su abuelo? Fue el primer hombre en dejarme, dicen que era renegón, apuesto a que conmigo no lo hubiera sido, siempre me dicen algo de alguien, de sus actitudes hacia los demás pero al final resulta que actúan diferente conmigo.
Hablemos un poco del nacimiento de mi hermana menor, Alessia. Tenía tres años, ya lo dije anteriormente, mi madre viajo, no entiendo por que me dejo pues era muy pequeña para estar separada de mi mamá, me quede con mi papá, recordar eso me hace reir, mi padre no cocinaba nada bien, solo sus sopas de diferentes tipos eran muy ricas pero no podía vivir de solo caldo de pollo o de carne de algun otro tipo, en fin, esas cosas pasan a algo secundario pero no quiero privarme de hablar sobre todo de lo que me acuerde en este preciso momento. Como sea, me quede tan solo con él y mis dos hermanos mayores, ya mencione a Kathleen, déjenme mencionar a Paulo o como todos le dicen Pilo o como yo le decía hasta hace algunos años Piloncito, Piloncito porque lo veía como mi pequeño hombrezote, por cariño, siempre uso diminutivos para hablarte con cariño. (Acabo de golpearme la rodilla, para que me conozcan más permítanme decirles que soy muy torpe conmigo misma, hoy tengo pequeños cortes en la mano y un moretón en la rodilla y lo peor, ni siquiera sé por qué.)
Un día de esos, mi padre me llevó a Everglow, la ciudad donde se encontraba mi madre, somos provenientes de allá para ser más específicos, era la fiesta religiosa o digámoslo como lo dicen acá, era la Fiesta Patronal de una Virgen llamada Virgen de Everglow, era el día culminante, un domingo por la noche, sería la procesión, íbamos caminando cuando mi madre se quejaba de su gran barrigota, sentía fuertes dolores pero continuó caminando, llegó un momento cuando no soportó el dolor y se la llevaron de emergencia al hospital. En ese momento no tenía ni la menor idea de lo que pasaba, ahora de 16 años me cuentan que mi madre pudo haber muerto, sufrió lesiones y se desangró al dar a luz a mi hermana, es increíble, estuve a punto de tener otro corazón roto pero por alguna especie de milagro mi madre vivió, es una mujer admirable, quisiera ser así de fuerte como ella, yo suelo ser débil aunque no lo demuestre, quizás tenemos diferentes formas de mostrar fortaleza. Mi padre lloraba demasiado por ella, a pesar de las cosas que pudieron pasar antes, se amaban y mucho, mi padre entre lágrimas decía que si mi madre moría, entonces él también lo haría; si eso no es amor entonces no sé que es lo que sea, solo sé que quiero ser así como mi padre, y lo soy, daría la vida por quién amo, si no lo llego a salvar entonces moriré con el, así de rotunda es mi decisión.