Félix se disculpó con Jeongin ya que no iba poder trabajar toda el mes, eso fue algo verdaderamente preocupante para el menor, ya que no deseaba tener que estar en su casa, menos con el imbécil de su esposo, sin embargo; Chan fue su salvador.
—¿Hoy tampoco vas a ir a trabajar? —preguntó su prometido terminando de vestirse.
—No, quiero quedarme —le dijo con aburrimiento.
—Somos una pareja, vamos a casarnos en dos semanas y-
—De hecho, quería hablar contigo de eso, creo que debemos casarnos al próximo año.
—¿Cómo?
—Si, podemos retrasarlo un año y nos casamos en abril del año entrante.
—No Félix, yo no quiero retrasar nada, quiero saber que tienes, porque de repente no sales de casa, no vas al trabajo, te encierras todo el día, duermes todo el día.
—Es cosa mía Chan, no te metas.
El pecoso estaba a la defensiva, no le había dicho nada de su embarazo, al contrario, lo había estado alejando una y otra vez, tenia tanto miedo de que, al tocarlo, sintiera algo o ya o viera gordo.
—No es cosa tuya, estás conmigo.
—Vete Chan, solo vete a trabajar y no me molestes —se acobijó entre las sábanas.
—No te molestaré más —lo vio con frialdad— ¿Sabes algo? Me largo, no puedo contigo, así que haz lo que desees, mandaré a alguien para que recoja mis cosas y tendrás mi presencia.
—Haz… haz lo que quieras —intentó no llorar, pero se contuvo.
—Hoy tengo que viajar a Incheon, así que cuando me necesites, búscame, adiós.
Chan se fue la casa que compartía con el pecoso, dejándolo triste, claro que necesitaba a su prometido, pero ellos habían prometido no tener hijos hasta después de 3 años de casados, pero tampoco quería perder a su bebé.
Tenía miedo, nadie podía culparlo ¿O sí?
Llamó a su migo de más confianza, Hyunjin, quien no dudó en visitarlo de inmediato cuando escucho la voz desesperada del pecoso.
—Lixie ¿Qué paso? —se acerco a él con rapidez.
—Chan se irá de la casa y… se ira de viaje, él va a terminar conmigo.
—No claro que no, él te ama demasiado, solo esta dolido por que tu lo alejas más y más.
—Es mi culpa, lo sé, pero tengo miedo de decirle de mi embarazo y que me deje.
—Pero él siempre ha querido ser padre, no se va a enojar, mucho menos te va a dejar.
—Voy a engordar, estaré todo flácido… no, no.
—Hablas como si lo conocieras —lo abrazó por los hombros— Chan te adora, eres todo para él, claro que no te va a dejar.
Sin premeditarlo, comenzó a llorar con desesperación en el hombro de Hyunjin, quien solo lo abrazaba y acariciaba su espalda para calmarlo un poco.
Félix era muy inseguro por su físico, nunca pensó que alguien se fijaría en él, hasta que conoció a Christopher Bang, un abogado que fue a darle una charla a la universidad y desde el momento en que sus ojos se conectaron supo que ese hombre iba a ser suyo.
No había día o momento en el que Chan no le diera, regalos o le demostrara que no lo amaba, pero a pesar de todo ese amor, la inseguridad seguía ahí.
—Soy tan mal novio, mal jefe y mal amigo, soy un pésimo abogado.
—Lixie no digas eso por favor.
—Jeongin me necesita y lo estoy abandonando.
Hyunjin hizo una mueca, pues últimamente había sentido celos al ver a Jeongin tan cerca de Chan, siempre sonriéndole y hablando en secreto con él ¿Alguien podía culparlo?
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Los gritos en la casa de Park Seonghwa aumentaron, pero nuevamente nadie iba en su auxilio. El mayor había estado forzando a Jeongin a tener intimidad, pese a que él se negaba varias veces, pero ese día en la mañana, el menor accedió, no fue por gusto, sino porque en medio de ese forzoso acto, Jeongin cometió el terrible error de llamarlo “Chan”.
—¿Cómo me llamaste? —golpeó su mejilla por quinta vez.
—Basta Seonghwa, me duele —suplico con lagrimas cayendo por sus mejillas.
—Estas enamorado de otro ¿No es así?
Otro golpe sonó por la habitación.
—No… te juro que no.
—Estás enamorado del imbécil que te dejo la otra vez, del prometido de tu jefe.
—¡No es así! —grito desesperado.
—No vas a salir a trabajar nunca más, maldito infeliz —un golpe más.
Seonghwa salió tirando un portazo, no se despidió de su madre ni nada, porque Jeongin era suyo, solo suyo y de nadie más.
Pero esta vez Jeongin no iba a quedarse de brazo cruzados, espero unos segundos acostado, sintiendo como sus mejillas estaban calientes. Sabia que su suegra no lo iba a ayudar, sabia que su esposo se iría a algún burdel y no volvería hasta la noche.
Se vistió rápidamente como pudo salió de su casa, tomó un taxi y fue a “BANG FIRM”, pero justo cuando bajó del taxi, aún llorando vio a Chan saliendo de la empresa, se dio media vuelta para volver a subir al taxi, más este ya se había ido.
—¿Jeongin? —preguntó con el ceño fruncido.
—Mmm… hola —se rió con suavidad— Debo ir a trabajar.
—Espera —tomo su brazo cuando vio cómo se cubría el rostro— ¿Qué te paso en el rostro?
—Seonghwa… me golpeo otra vez —suspiró.
—Maldito infeliz.
—Al menos se fue a tomar a algún burdel y no me molestara el resto del día.
—Innie —tomó sus manos— Hoy al medio día voy a viajar a Incheon, acompáñame, no me voy a quedar tranquilo si te dejo con ese hombre.
—Pero-
—¿Aceptas? —le sonrió.
El menor no pudo caer ante los encantos de Christopher Bang y aceptó, porque había algo que era cierto, sentía una fuerte atracción por él, aunque fuese el prometido de su jefe, la culpa se lo comía vivo, pero no estaba haciendo nada malo.
Un gusto era un gusto, solo eso, un simple gusto.
¿O se estaba enamorando?
—Supongo que no has desayunado.
—No, pero no importa, en el almuerzo lo compenso.
Editado: 11.01.2024