Seonghwa llegó furioso a la mansión de Hwang Hyunjin, iba a encarar al maldito que le había robado a su marido y volvería a tener a Jeongin a su lado, lo cuidaría y lo amaría, esta vez como era debido, iba a dejar el alcohol, no más golpes, no más sufrimiento, intentaría hacerlo feliz.
Empezó a mover las enormes rejas de la mansión, hasta que una de las mucamas apareció a través de ellas.
—¿Diga?
—Busco a Hwang Hyunjin.
—El señor Hwang se fue de viaje, no regresará hasta dentro de tres semanas.
—¡Mentiras! ¡Dígale que tengo que verlo!
—No puedo hacer nada más por usted, le pido que se retire.
—¡Exijo verlo o juro que entraré a la fuerza a este maldito lugar!
—Si no se retira, me veré obligada a llamar a seguridad.
Los ojos del mayor irradiaban puro enojo y odio, sabia que le estaban mintiendo, pero no se iba a dar por vencido, él quería su esposo y lo tendría cueste lo que cueste, pase lo que pase, así tuviera que matar a Hyunjin, así tuviera que espiar la maldita empresa, pero no iba a dejar que otro estuviera con Jeongin.
Sin darle más vueltas al asunto, se alejó de las rejas y se fue, con la ira invadiendo todo su ser, hasta que una idea loca y desquiciada paso por su retorcida mente, ir a la empresa y quedarse esperando por si Jeongin aparecía o por si ese imbécil lo hacía.
Tomo un taxi y le pidió que lo llevara a “Bang Firm”, pero lo detuvo abruptamente cuando pudo identificar al jefe de su esposo, al lado de Chan y otro hombre más alto y con traje, estaba seguro de que ese era Hyunjin.
Observó como los tres se subieron a un auto, dos de ellos con cara de preocupación, Park no se tuvo ni dos segundos a pensar lo que haría, seguirlos.
Grande fue su sorpresa, cuando después de 20 minutos el carro se detuvo en una enorme institución de protección para personas maltratadas, sus ojos no podían dar crédito hasta el punto de que había llevado a Jeongin ¿Él le había hecho eso?
Era consiente que no podía acercarse más, de lo contrario, seria llevado directamente a prisión y si estaba en prisión no podría rehacer su vida con su esposo, así que no hizo nada más que estar unos minutos allí antes de irse.
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Hyunjin se había ido de su casa cuando Giselle lo alertó sobre lo que hizo Seonghwa, por suerte Changbin fue el primero en irse con Jeongin, para mantenerlo a salvo, por cerca de Hyunjin y con Park rondando nadie estaría a salvo.
No había problema por Hyunjin, el fácilmente podría alquilar una habitación de hotel, pero lo importante en ese momento para el pelinegro era ir a la empresa y hacer algo bueno por el menor, hacer que reconcilie con uno de sus mejores amigos, Félix.
—¿Y Jeongin como esta?
—Está bien, para nuestra suerte Changbin lo puso a salvo.
—¿Seguro? No quiero ni pensar en que el maldito de Seonghwa le haga daño otra vez.
—No te preocupes, ahora estará unos días en el albergue, porque ya pondremos la denuncia contra ese monstruo.
—¿Y que va a pasar?
—No sé, pero no me voy a detener hasta que le den mínimo 25 años en prisión.
—Lo amas mucho ¿No? —el pecoso bromeo.
—Claro que lo hago —sonrió bobamente— Ahora tú me debes acompañar, debes arreglar las cosas con él.
Félix suspiró.
—No estoy seguro de que me perdone.
—Su corazón es demasiado grande, él lo hará.
Bang Chan puso una mano en el hombro de su prometido dándole las fuerzas necesarias para volver a encontrarse con el menor, luego de que lo despidió sin darle oportunidad a que le explicara lo que pasaba, la culpa lo atormentó desde ese momento y aunque quiso hablarle en el hospital, se acobardó.
Se paró de la silla donde estaba y asintió con la cabeza viéndolo, se colgó del brazo del rubio y caminó hacia afuera de la empresa, claro sin darse cuenta de que cierto psicópata los vigilaba.
Cada vez que el auto se acercaba más y más, su miedo creció enormemente.
—¿Y si mejor no entro?
—Félix te equivocaste, debes asumir las consecuencias de tu error, debes hacer frente a todo —dijo Chan.
—Tengo miedo.
—Amor, nada malo va a pasar —le sonrío y beso su frente antes de ayudarlo a bajar del auto, mientras que Hyunjin compraba un ramo de rosas.
—Si quieres entramos después de ti —sugirió Chan.
Hyunjin asintió con un poco de temor, mientras entraban a la institución donde se encontraba Jeongin, encontrándose en la puerta con Changbin, él frunció el ceño confundido, pero luego sonrió y se acercó.
—¿Te dijeron algo los encargados de aquí? —preguntó Hyunjin, ante la mirada expectante de los otros dos presentes.
—Jeongin no podrá salir de aquí hasta que tenga una red de apoyo, amigos, familia.
—Somos sus amigos, Hyunjin es su novio —se apresuró en decir Félix.
—No soy su novio, no lo he cortejado como se debe.
—Voy a tener que buscar a su hermana, quizá a su madre, aunque dudo de su apoyo ¿Alguno sabe cómo se llama?
—Yuna, Yang Yuna —respondió el pelinegro.
—Vaya Hyunjinnie, estas bien informado.
Hyunjin miró de mala forma a Changbin cuando se burló.
—Perdón —se rió— Eso es todo, espero contactar con su hermana, mientras voy preparando la demanda, porque ese tipo es peligroso.
—Ve a reconciliarte con tu amigo, Lixie —alentó Hyunjin.
—¿No vas a ir tu primero?
Negó y Changbin le señaló donde estaba el menor, en una silla leyendo un pequeño libro, a pasos temerosos el pecoso se fue acercando, parándose cerca de él.
Jeongin levantó su mirada, sorprendido al ver al pecoso delante de él, sus ojos se cristalizaron inmediatamente y se levantó quedando delante suyo.
—Perdóname —fue lo primero que dijo Félix— Jeongin, perdóname por favor.
—No Lixie… perdóname tú a mi —susurró.
Editado: 11.01.2024