Teach me to love (libro #1)

Capitulo 14

Destruyó la nota en mil pedazos y, la arrojó en la basura. Tenía que abandonar a ese lugar antes de que alguien la viera. Se fue corriendo de la habitación secreta y presionando el botón, la biblioteca se volvió a cerrar. Apago las luces, y después salió al pasillo. Dejó la puerta como la había dejado y bajó a la sala, donde se encontraba Ares y Michael.

 

 

“¿Dónde estabas Liz? Te estaba buscando.” Preguntó frunciendo el ceño.

 

“Trataba de encontrar lo que usaría esta noche.” Mintió. Pareció que Ares la creyó. “¿Y Erika donde esta?”

 

“Está preparando la cena. Ah, y antes de que lo olvide, me dijo que tienes que vestirte porque los invitados vendrán pronto.”

 

 

Ella asintió y después de darle un beso en la frente de su sobrino, subió al segundo piso para ir a su habitación.

 

Por suerte, sabía exactamente que vestido ponerse, y en treinta minutos estaba lista. Cepilló el pelo y ya que puso un maquillaje simple, se miró en espejo de cuerpo entero. El largo vestido negro de encaje que llevaba enfatizaba a sus curvas, mientras que la parte baja de su vestido no dejaba nada a la imaginación. Además, el corte en la pierna izquierda seria el golpe final para su hermano cuando la viera. Se puso los tacones de color negro y luego cubrió los hombros con un abrigo del mismo color para bajar de nuevo a la sala en el momento en que el timbre de la casa sonaba.

 

“¡Ni siquiera lo piensas!” Gritó Ares furioso cuando vio a su hermana llevar un vestido que no cubría casi nada. “Sube inmediatamente a tu cuarto para cambiarte.”

 

Lizbeth lo ignoró y continuó para abrir la puerta. Ares la siguió mientras le daba constantemente comentarios negativos sobre su aspecto provocativo. Esperaba que su cuñado no viniera.

 

“¡Lizbeth Heat, no volveré a repetirlo!” Dijo entre dientes.

 

“No tengo tiempo para cambiar hermanito, los invitados han llegado y debo darles la bienvenida.” Le respondió y ahogó una risa al mismo tiempo en que abrió la puerta.

 

 

En su campo de visión aparecieron dos familias, quienes se conformaban de siete personas cada una.

 

 

“¡Bienvenidos!” Les dijo Liz con una sonrisa en los labios.

 

“Gracias mi niña.” Respondió la tía, Andriana Freezer.

 

“Pasen.” Ares los dejó entrar en el interior de la mansión y cerró la puerta.

 

Se sentaron en la sala de estar y conversaban de varios temas hasta que Erika les informó que la cena estaba lista. Cuando llegó la hora de comer, todos se fueron al comedor. Lizbeth se sentó a la silla que estaba al lado de Erika y le preguntó.

 

“¿Han llegado todos los invitados?” Lo que realmente quería preguntar era si vendría su hermano.

 

“Si Liz, todos están aquí para la cena.” Respondió con una sonrisa y la chica bajó la mirada enfocándola en el mantel rojo de la mesa.

 

Eran las once y media. Treinta minutos antes de que recibieran el Año Nuevo. Nicholas no iba a venir, ya estaba segura de ello. ¿Pero porque? ¿Tanto no quería estar cerca de ella que perdería la cena familiar?

 

Este hombre era increíble…

 

Jugaban juegos de mesa alrededor de la mesa redonda de la sala cuando el timbre sonó. La chica miró el reloj de su celular con una expresión rara. Once y cuarenta. ¿Era posible que Nicholas haya venido? Volteo la cabeza para mirar a Erika, y ella sonriente le guiñó un ojo. Fue en ese entonces que se dio cuenta que quería darle una sorpresa. Nicholas había venido y estaba fuera de la casa, tocando el timbre impaciente.

 

Se divierten con canciones y no escuchan el timbre, pensó Nicholas.

 

La puerta se abrió y, frente a él, vio a Lizbeth, a la que tanto necesitaba. La chica sin querer ocultar la alegría que sintió al verlo, le dio una amplia sonrisa.

 

 

“Pensé que no vendrías.” Dijo sintiendo su corazón latiendo a mil dentro de ella.

 

“No me perdería una cena así.” Rió.

 

Entraron en el interior y Lizbeth al cerrar la puerta, se puso a su lado.

 

“Llegué tarde porque la pequeña dormía.” Le explicó colocando el carrito de bebe junto al sillón, donde estaba sentada la abuela de Ares.

 

Liz se acercó al carrito y la pequeña Alina al verla empezó a reír moviendo las manos.

 

“Te adora.” Dijo mirando con admiración a la chica que tenía a su lado.

 

“Soy adorable.” Rió y él hizo lo mismo.

 

Diecinueve minutos después, las familias Heat y Freezer se encontraban frente a la televisión esperando el cambio del año.



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En el texto hay: peligro, mafia, secretos

Editado: 28.09.2019

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