Teach me to love (libro #1)

Capitulo 15

A pesar del intento que hacia Nicholas por alejarse de ella, no podía. Se sentía débil cerca de ella, era como si estuviera absorbiendo todos sus poderes. Mientras sus labios besaban a los suyos, más se crecía el deseo de hacerla suya. No debía quererla, eso lo sabía, pero el corazón no escuchaba la razón. Un grito lo obligó a empujarla lejos.

 

“¡Te mataré! ¿Cómo te atreves a tocar a mi hermana?” Gritó Aris corriendo hacia él.

 

Lizbeth permaneció ahí, incapaz de moverse. Miraba a Nicholas persistentemente buscando algo en su mirada que le diera un pensamiento positivo acerca del beso. Pero, sus ojos no mostraban nada, todo lo que pensaba lo estaba escondiendo muy dentro de él. Su contacto visual no duró mucho, ya que su hermano agarró al hombre del cuello de su camisa. La chica se sorprendió al ver a su hermano delante de ella, fuera de control. Seguramente los ha visto besarse, por eso se puso furioso.

 

“No me importa si eres mi cuñado Freezer, te quiero a mil metros de distancia lejos de Liz.” Dijo y luego lo soltó. Giró para ver a su hermana. “¿Y tú en que pensabas? ¿De nuevo lo mismo Lizbeth?” Se había molestado y ella sabía que tenía razón, que no debía tomar alcohol.

 

“Aris, lo siento. Había bebido, no…” Comenzó a justificarse, pero Aris la interrumpió levantando su mano.

 

Durante varios segundos había un completo silencio entre ellos, aunque se escuchaban los susurros a su alrededor. Todos los invitados observaban la escena y hacían comentarios. Hasta que la voz de Aris obligó a ambas familias callarse.

 

“¿Cuánto tiempo va a continuar esto? ¿Cuánto tiempo seguirás destruyendo la reputación de los Freezer? ¿Seguirás humillándote de esta manera?” Levantó la voz a su última pregunta.

 

Los ojos de Lizbeth se nublaron por las lágrimas. Aris nunca le había gritado, por ninguna razón. Si lo hizo ahora, seguramente fue porque lo ha llevado al límite. Pero esta vez era diferente, aunque Aris no lo sabía, a pesar de que la chica había bebido, estaba sobria. Su primer beso lo ha dado queriendo hacerlo y no a causa del alcohol. Pero Nicholas esto no lo sabía. Se convenció de que Liz cedió ante el beso porque simplemente no tenía idea de que estaba haciendo en ese momento. Hace un rato había incluso una posibilidad de que Nick creyera que ella lo deseaba, pero cuando Liz le confesó a su hermano que había bebido, ya había comprendido que lo besó bajo la influencia del alcohol.

 

Erika se acercó a ellos.

 

“Mi amor, ponte en su lugar un poquito. Ha pasado por mucho, es lógico que…” Dijo Erika para calmar la situación, pero su esposo la interrumpió.

 

“Basta de cubrirla Erika, mi hermana debe comenzar a depender de ella misma y no de los demás. Ya no es una niña.”

 

“¡Detente!” Gritó con los ojos llenos de lágrimas. “¡¿Depender de mi misma?! ¿Crees que no puedo Aris? ¿Qué estaba haciendo todos estos años? Eso mismo, porque no había nadie para darme protección, amor…antes de que tú salieras del internado, sabes, estaba sola. Si no fuera fuerte, no soportaría las cosas que me pasaron. ¿Tú podrías soportar escuchar a tu padre hacer un trato con un mafioso para venderte a él? ¿Podrías soportar ver a tu tía quemarse y no poder hacer nada para ayudarla? ¡¿Dime, lo soportarías?!

 

Aris no respondió. Además, ¿Qué podía decirle? Su hermana tenía razón. Se le fue de las manos un poco, pero era demasiado tarde. Lizbeth salió corriendo de la sala de estar y subió a su habitación. Quería estar sola, dejarla todos en paz. No aguantaba más la presión de su hermano. No le era fácil olvidar todo lo que había pasado desde los seis años.

 

Entró en la habitación y, después de cerrar la puerta, se dirigió al vestuario para ponerse la ropa adecuada para la ocasión. Bajó el cierre del vestido después de que se haya quitado el abrigo y el vestido negro cayó al suelo. Escogió ropa deportiva y zapatos. Cuando se preparó, tomó su bolso grande y puso algo de ropa dentro. Puso su cálida chaqueta y luego se acercó a la ventana. Esta noche se iría. Ya no podía quedarse en este lugar, sentía que se ahogaba. Sacó la sábana de la cama, haciendo a un lado las mantas y las ató a la perilla de la puerta. Agarrando el borde de las mantas salió de la habitación. Envolvió sus piernas alrededor de ellas para que no cayera al suelo porque sus manos se deslizaban. Cuando pisó la hierba, sonrió. Lo había conseguido.

 

Sintió la brisa fría soplando en su cara. Hacía mucho frio. ¿A dónde iría ahora? Cuando salió a la calle, caminó durante media hora, hasta que no podía más, estaba cansada. Cometió un gran error cuando pensó salir de casa y ahora empezó a llover, era imposible regresar con una tormenta que pronto parecía estallar.



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En el texto hay: peligro, mafia, secretos

Editado: 28.09.2019

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