Teach me to love (libro #1)

Capitulo 17

Aris comenzó a preocuparse. Tenía un mal presentimiento. ¿Por qué su hermana estaba ausente tanto tiempo? Si se encerró en su habitación, lo llevaría a sus límites. No soportaba más este comportamiento inmaduro suyo. Miró a Erika, que estaba hablando con su hermano. Ambos tenían una expresión de ansiedad en sus caras. Si Nicholas le hizo algo a Lizbeth, esta vez no se contendría. Se acercó a ellos después de despedirse de los últimos invitados, disculpándose por el espectáculo que ocurrió hace dos horas.

 

 

“Erika, ¿Dónde está mi hermana?” Preguntó enojado mirando a Nicholas con una mirada de soslayo.

 

“Liz no está en su habitación. Mi amor, algo ha sucedido.” Le dijo preocupada.

 

“¿¡Qué le hiciste idiota!?”Levanto el tono de su voz dando un paso amenazante hacia adelante.

 

“Bebe, cálmate. No es hora para peleas y amenazas, lo importante es encontrar a Liz.” Trató de tranquilizar a su marido.

 

“¿¡Qué le has hecho!?” Insistió Aris y Nicholas negó con la cabeza.

 

“Aris ya sabes que tengo mucha simpatía a tu hermana y nunca le haría daño. Además, yo estaba con ustedes cuando ella desapareció.” Explico y suspiro solo al pensar que su pequeña estaba en peligro.

 

“Te diré algo y póntelo bien en tu mente. Nos ayudaras a encontrar a Lizbeth, pero esto no cambiara mi decisión. Seguiré queriéndote lejos de ella.” Dijo entre dientes.

 

 

Nicholas asintió. Haría todo lo posible para encontrar a Lizbeth, incluso si eso lo alejaría de ella. Por mucho que trataba de eliminar los pensamientos que rodeaban su mente después del primer beso que dieron, era inútil. Le seria inolvidable. Sentía como si sus labios permanecían sellados con los de ella, su cuerpo tocando el suyo. No creía que después de Eva llegaría a un punto de sentir algo por una mujer. ¿Merecía la pena de darse una oportunidad de ser amado? Tal vez. Pero, ahora ya no importaba si valía la pena o no. Aris estaba claro con la distancia que insistía en poner entre ellos.

 

 

“Si llamamos a la policía nada cambiara, tienen que pasar veinticuatro horas desde la desaparición.” Comento Aris nervioso, pasando una mano por su pelo.

 

“Esta vez continuaremos sin la policía. Llama a todos los guardaespaldas de la familia para que ayuden.” Hablo Erika e inmediatamente Aris asintió.

 

“Tienes razón mi amor, pero dejare a unos de ellos en la mansión para cuidar a ti, a Michael y la pequeña Freezer.” Sonrió. Le dio un beso tierno en los labios y después se giró para mirar a Nicholas, quien estaba callado, como si estuviera pensando un plan. “Tu ven conmigo.” Le ordeno serio.

 

 

Nicholas se puso de acuerdo y lo siguió al exterior de la casa, pero no antes de acercarse a su hermana y pedirle que cuide a su hija.

 

Por otro lado, Aris sentía que ardía por dentro. Estaba muy cabreado y se pelearía con los escoltas. ¿Dónde estaban ellos cuando Lizbeth se marchó? Cuando llego justo en frente del primer hombre, lo agarró del cuello de su camisa y lo haló hacia él.

 

 

“¿Dónde estabas Ángel cuando mi hermana se fue?” Gritó. “¿Por qué no se lo impediste? Debías de notificarme.” Continuó con un tono de voz más tranquilo.

 

“Señor…” Trato de hablar, pero Aris siguió culpándolo.

 

“Señor nada. Estas despedido.” Dijo decidido, y Ángel lo miro con los ojos desorbitados, al igual que Nicholas.

 

“Aris espera. Él estaba aquí, en este lugar y no en el otro lado donde se encuentra la habitación de Liz. No tiene la culpa de nada.” Nicholas puso la mano sobre su hombro, pero la mirada enojada que Aris le lanzó cuando se giró hacia él, le hizo retirar la mano.

 

 

Aris respiró hondo y luego dejó libre al guardaespaldas. Aunque no quería admitirlo, Nicholas tenía razón. Sin mirar al sorprendido Ángel, caminó hacia la parte de atrás de la mansión donde estaba el dormitorio de su hermana. Cuando notó que el escolta que debía vigilar a esa parte de la casa no estaba allí, cubrió el rostro con las manos.

 

 

“¿¡Donde diablos esta Patricio?!” Gritó, pero no recibió ninguna respuesta excepto la mirada inquietante de Nicholas.

 

“Por eso Liz pudo irse, porque el guardaespaldas que se suponía que estaba en esta parte, en realidad no estaba.” Se quedó pensativo. Después de unos segundos de silencio, Nicholas rompió el silencio preguntando: “¿Crees que él puede ser un hombre de la mafia?”

 



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En el texto hay: peligro, mafia, secretos

Editado: 28.09.2019

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