Sentía que a través de su dulce y al mismo tiempo apasionado beso la hacía olvidar todo, lo que la estaba lastimando, incluso el hecho de que estaba enojada con él. Lo quería. Estaba enamorada de él y siempre, al final, le perdonaría cualquier cosa por lo amaba. No soportaría perderlo, que él se alejara de ella. Era toda su vida y sabía muy bien que si Nick quería, podría destruirla fácilmente. Eso era. Ese hombre era su destrucción.
Su guardaespaldas se alejó un poco de sus labios rojos e hinchados simplemente para tomar un respiro. Le dio una sonrisa encantadora y la besó una vez más, ésta vez no fue un beso lleno de pasión sino de ternura. Por el lado de Lizbeth era obvio que lo amaba, su corazón se lo decía. Pero por el lado de Nicholas…, estaba bastante confundido, temeroso de confesar todo lo que sentía. Intentaba, con simples excusas, ocultar lo que estaba sintiendo. Adoraba a su chica, cada vez que se acercaba a ella sentía algo extraño creciendo dentro de él. Lo llamaba pasión o quizás cariño especial. Pero, cualquiera que los viera juntos, diría que es un sentimiento llamado amor.
¿Realmente amaba a Lizbeth? ¿Estaba enamorado de ella, o simplemente con ésta forma reemplazaba la mujer que tanto ha amado en el pasado? Ésta era la pregunta más difícil y sin respuesta. ¿Nick ha superado a Eva? Su psicólogo, le había dicho que la superó tan pronto como dejó a otra mujer acercarse a él, para entrar en su vida. Nicholas creía algo diferente…
Aunque haya superado a Eva, siempre estaría dentro de él, muy profundo, para estar atormentando su alma. Lo sentía. Hoy tenía un presentimiento. Era algo extraño, pero sentía que su ex esposa estaba a pocos metros de distancia. Ésta vez no era un sueño sino una intuición.
Está en Italia y no en éste país. Está lo suficientemente lejos de mí y no tiene el descaro de venir a España para perturbar mi calma y también a la suya. Se fue con su amanta, y eso significa que quiso hacerlo. Nunca volvería a mí. Pensó Nicholas.
Un gesto de sorpresa apareció en el rostro del hombre cuando sintió las pequeñas manos de Liz tocando su abdomen. Tragó con dificultad. Debía darse urgentemente una ducha fría cuando el beso iba a terminar. Por parte de ella, todo lo que quería hacer era seguir presionando sus labios sobre los de él, necesitaba su toque, su caricia…porque aún no estaba lista para dejarlo alejarse. No quería romper el beso porque no sabía que reacción iba a darle. ¿Positiva o negativa? A pesar de que Nicholas se había acercado a ella y unió a sus labios, no tenía ni idea cómo reaccionaría. Puede que la haya besado solamente para que no siguiera hablando, para evitar que abra el tema “no tengo una relación”. ¿Cómo estaría viendo su escolta la cercanía que en éste momento tenían y la relación llena de sentimientos? ¿Realmente sentía algo, al menos un poco, por ella?
Yo estoy enamorada de él, pero Nick…no lo sé. A veces sus acciones y sus palabras me muestran que se preocupa por mí. Eso no es suficiente. Quiero que me hable sin tener miedo, decirme cómo siente. Y eso sucederá solo si lo consume el miedo de perderme. Pensó Lizbeth.
Ella no quería planear algo así, estos juegos no le gustaban. Pero, Nick no se daba cuenta de que estaba loca por él. Lo quería mucho y sería capaz de vivir con él para siempre. Lo pondría celoso, pero sin enredar a Christian en ello. Él era su ángel guardián, el que la estaba protegiendo y amando durante tantos años, no quería romperle el corazón.
La chica escuchó un gruñido salir de la boca de su guardaespaldas y decidió romper el beso. Tenía que hacerlo…
“Mi niña, no me hagas esto, ésta larga distancia me vuelve loco.” Dijo y se pasó una mano por el pelo.
Los ataques de pánico, al parecer, han cesado...
“Nicholas, primero tenemos que hablar, necesito contarte sobre Christian y, además, quiero saber dónde estuvo mi madre durante tantos años y porqué razón se estaba escondiendo. Quiero ver a Alicia Heat.” Le dijo tan rápido que la boca de su guardaespaldas se abrió ligeramente.
Tomó una respiración profunda y decidió comenzar a decir verdades. Ya tenía que dejar de esconderle cosas. Después de todo, para que tengan una relación saludable, debería haber confianza entre ellos.
“Tu madre vive aquí, en España. Pero es por un tiempo limitado. No sé más, Lizbeth. Tan pronto como la vi frente a mí, en la consulta del psicólogo, simplemente me dijo que cuando te enteraras de la verdad acerca de ella, te diría todo esto.”
“Quiero verla.” Dijo en un tono serio y Nick notó su expresión severa.
“¿Ahora?” Preguntó él, con los ojos desorbitados. Liz asintió con la cabeza.