PRÓLOGO
La suave ventisca azota suavemente haciendo que pequeños granos de arena se arremetan contra mi rostro causando una leve picadura en este, ya no siento partes de mi cuerpo, mi mano desde hace aproximadamente una hora dejaron de hormiguear y mis ojos arden del sobre esfuerzo de permanecer despierta. El arma en mis manos flaquea en un punto, mis fuerzas no son las mismas que desde el principio llevando ya más de cinco horas en esta posición puede resultar agotadora. Unas suave interferencia en mi radio hace que mire a mi compañero, George Winston, tomó la radio al darme cuenta que el cadete no había hecho ni siquiera el amague de tomarla, novatos.
- Cadete Monroe reporte situación, cambio- la grave voz de mi teniente se escucha a través del parlante interrumpiendo el silencio que está instalado.
- Teniente Percker, los mismos movimientos. Cambio de guardia cada dos horas y media, siempre diferentes personas, hace exactamente cinco minutos llego el camión de armas, es hora señor, cambio.-
- Entendido cadete, empieza por los guardia, trate de mantener el elemento sorpresa, cambio.-
Es hora de la acción. Acomodo mi fusil para poder empezar, un M110, respiro despacio tranquilizando mi corazón, estoy tan acostumbrada a esto que ya lo puedo hacer con los ojos vendados, revisó que el silenciador este puesto correctamente Y las balas cargadas y comienzo. Estoy a 1000 metros del enemigo, sino estaría segura de mi no lo haría , este fusil tiene un alcance efectivo de 800 metros pero para esto me entrenaron, no debo fallar.
Apuntó a la cabeza del primer guardia poniendo la mira unos centímetros más arriba para que la bala llegue a destino. Pop uno abajo quedan 10, así sigo hasta que no quedé ninguno y feliz porque la alarma no se halla activado. Veo por la mira que mi pelotón a entrado en acción, ayudó desde la distancia matando dos soldados que salieron de la nada, veo el agradecimiento de mi teniente desde lejos. Los veo entrar y los perdí de vista, ya termine mi parte ahora queda todo en sus manos.
Ah pasado media hora y no veo movimientos adentro, ya empecé a preocuparme, Winston está todo tembloroso y sudado por los nervios, no le digo nada yo estaba igual en mi primera misión, con tan solo 23 años he llegado más lejos que ninguno de mis compañeros a mi edad, con varias medallas de honor colgadas en mi pared y dos reconocimientos me sentía en la cima, con sólo 17 años había logrado entrar al ejército alejándose de la mala vida en las calles, dejando atrás amigos de infancia y una familia que se preocupaba por mi, no voy a decir que tuve una infancia desastrosa porque no es así, tal vez no como la de otros niños pero fue feliz con lo poco que tenía, trabajando en las calles desde temprana edad me las intentaba para poder divertirme y hacer los que los niños hacen, aunque ser soldadito* desde que tenía cuatro era difícil.
Siento ruidos detrás de mi hojas siendo pisadas, el leve crujir hace que me de vuelta inmediatamente levantando tierra, apuntó rápidamente pero la bajo al darme cuenta que estamos rodeados, más de cinco soldados nos rodean, tiro el arma en el suelo levantando las manos, mi compañero se encontraba en manos enemigas siendo apresado con un M16, maldición debo haberlo previsto no me sorprendería que mi equipo este muerto, o incluso peor secuestrado, lo que nos iban a hacer no tenía precio, ni imaginación, las ganas de llorar estaban por sobrepasarme pero tenía que ser fuerte, un soldado agarro mi arma y al guardo en una de los vehículos, ponen y mi cabeza una bolsa negra y ya no siento nada aparte del dolor que atraviesa en mi parte frontal de mi cabeza logrando que me desmayo de inmediato.
He dejado de contar cuántas veces me torturaron, hace tiempo que me he rendido y ni fuerzas han de quedarme, se que pasó mas de un año, marco en una pared líneas para guiarme, todo este tiempo me alimentan con pan y agua, si tengo suerte un tipo de comida desconocida pero no puedo negar que cualquier cosa viene bien en estos momentos, estoy tan lastimada y desnutrida que no si pueda aguantar mucho. Los diferentes métodos para hacerme hablar difieren depende del humor del general de este lugar, un paño en mi boca y nariz y el agua me ahoga hasta desmallarme, los golpes viene y van abriendo heridas que se cierran con el tiempo, me bañan con una manguera con una presión muy alta y elevada temperatura, ya no se cuántos hombres han violado mi integridad deje de contar después del tercero, mi cansancio es tan notorio que ya no puedo más, el frío ya se ha vuelto mi compañero y la soledad mi amado esposo. No he visto a George ni ninguno de mi equipo desde hace meses a excepción de que me han dicho que ya dejaron de respirar, ellos se rindieron antes de tiempo, me abandonaron a mi juicio y el dolor que siento es inmenso. Estoy tan sola que ya alucino, me imagino a mi familia y amigos, y como habría sido mi vida si no me hubiera metido a la Marina , aunque no me arrepiento he conocido a fantásticas personas desde entonces.
Cierto los ojos y relajo mi cuerpo en el sucio suelo.
Ya estoy lista para irme.
Ruidos de disparo y golpes se escuchan, puertas siendo azotadas y Afganistánes gritando cosas en su idioma que por lo poco que llevo algo he de entender. La puerta siendo abierta y una Luz cegadora que quema mis ojos.