Capitulo 7: Libro de la Ley.

-Pronto iniciará una guerra que dará como resultado la aparición del peor enemigo de los tres bandos. La primera parte de esta historia está por terminar.

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Nos declararon la guerra luego de dos meses de ausencia, eso fue muy repentino, pero, aun con tal acto, Dios no se inmuto. Simplemente dio órdenes a todos los combatientes para que se prepararan para la guerra que está por venir, ni más ni menos. Supongo que no había razón de alarmarse, al final, el tiempo no es un impedimento para el; no obstante, su rostro evidenciaba cierto desconcierto. Creo que está ocultando algo, pero aun no puedo estar seguro de ello. Aun me falta información.

Entonces, tenemos un año y dos meses para que llegue "ese día". Aun necesito comprender a Fallen Rose. los otros seis ya se estaban preparando. Todos están a la alerta de si se cumplirá el tiempo estimado. Con todo eso, ya había pasado una semana de la declaración, y en todo ese tiempo Dios no salió de su habitación, no se comunicaba con nadie. Nadie lo había visto en ese tiempo, como si se estuviera escondiendo.

A pesar de los problemas que surgieron, varias de las actividades siguieron su curso normal, lo que significaba que aquella segunda ascensión aún estaba en proceso. En lo personal, solo me preocupaba por una cosa, y no era entrenar. Tenía que entrar en aquel palacio del que Dios no salía y encontrar información para responder mis dudas. Por ello, me dispuse a mejorar aquel "As" que me serviría para entrar al palacio, ya que ni siquiera las Siete virtudes tienen permitido el acceso, lo que aumentaba aún más las incógnitas.

Solo necesitaba extender el tiempo que podía detener con el Ojo del Orden. Tras días de intenso esfuerzo, apenas lograba un minuto. Para investigar con calma, requería al menos treinta minutos. Pero al ritmo en que avanzaba, alcanzar esa meta antes de que terminara el año parecía imposible. No tenía muchas personas a quienes recurrir para aprender sobre el ojo; los pocos que conocían su existencia solo sabían describir sus habilidades, no cómo potenciarlas. Me encontraba en un callejón sin salida, sin soluciones claras a la vista.

Pasé un buen tiempo pensando en cómo avanzar. Consideré sobreexponer la energía temporal o llevar mi energía al límite intentando superar el tiempo que podía detener. Ninguna solución me daba buenos resultados. Ya estaba al borde del estrés sin encontrar algo útil para progresar.

—Te vez desesperado por algo, quizá te pueda ayudar en lo que sea que estés haciendo. —Dijo una voz femenina.

—Ahora que te escucho, quizá tu me puedas ayudar. —Respondió, sintiendo una efímera esperanza.

—Y bien, ¿Qué necesitas? —Dijo con cierto desinterés, contrastando al momento en que hizo presencia.

—¿Conoces el Ojo del Orden?

—¿Orden?... sí, algo conozco. Dijiste que tenias ese ojo raro. ¿Por qué preguntas?

—Necesito mejorar el tiempo que puedo detener con él, pero últimamente no logro un progreso rápido o constante.

—Bueno, según lo que me cuentas, la verdad es que detener el tiempo por mucho tiempo no es fácil. Y, según como me lo explicas, tratas de detener el tiempo de forma universal en lugar de aplicarlo a un objeto concreto, lo cual hará inestable el tiempo si no se controla bien. Sin mencionar el gran drenaje de energía Celeste que esto ocasiona. Y tu no tienes una buena cantidad de energía que digamos. Incluso tus compañeros tienen mas.

—Entonces es imposible... —Cayo al suelo en un instante, colocándose en cuclillas cabizbajo.

—No dije eso. Solo que hay muchas cosas a tener en cuenta. Es complicado, pero no imposible. Te ayudaré a completar el tiempo que necesitas.

—Gracias... —Dijo entrecortado, haciendo un esfuerzo en mencionar la palabra.

—Eso... eso se escuchó forzado. Veo que no acostumbras a decir gracias...

—Tampoco es que fuera de la mejor persona en vida. No acostumbraba a saludar a las personas muy seguido.

—Lo que tu digas. Quizá necesites que te enseñe algo de cariño.

—No es que te conozca demasiado, pero, por como suenas, no pareces la mejor en eso.

—Tch, eres demasiado aburrido.

Gracias a la ayuda de FR, el tiempo detenido aumentó mucho más rápido que antes. Debía concentrarme en el tiempo y solo en el tiempo. No podía distraerme con nada más. Solo existíamos yo y el tiempo.

Diez minutos... Doce minutos... Veintiún minutos... Treinta y tres minutos... Cuarenta minutos.

Después de varios días de cansancio y casi morir por culpa de una mala entrenadora que a gritos mandaba, logré alcanzar cuarenta minutos de tiempo universal detenido. Era más que suficiente para infiltrarme en el palacio.

Me aseguré de que nadie, ni siquiera Fallen Rose, se diera cuenta de lo que iba a hacer. A media noche, con casi ningún destello encendido y apenas unos pocos ángeles a la vista, observé el palacio divino ante mí. Solo el lienzo nocturno me acompañaba.

Orden: Universalis Paralisis.

Cuarenta minutos en marcha. Avancé sin complicaciones hasta la entrada. Debido a una extraña energía, era imposible volar sobre o cerca del palacio, pero esa energía se "desvaneció" debido al tiempo detenido. Como nunca antes había entrado, no conocía ninguna ruta en concreto. Solo podía guiarme con un viejo mapa encontrado en un libro permitido. Muchas de las habitaciones marcadas en el mapa ya no existían o tenían otra función, lo que complicaba aún más encontrar algo útil.

El tiempo corría. Ya llevaba veinte minutos dentro sin encontrar nada. Entonces, hallé algo parecido a una biblioteca. Solo había un libro en el centro, rodeado de grandes columnas repletas de pergaminos. Siempre que algo está en el centro, significa que es importante, y sustituirlo por una copia no sería inteligente... hasta que recordé algo útil.

—Veras, Ojo del Orden tiene varias habilidades, pero incluso así, la manipulación del tiempo es, por así decirlo, la más básica. Ese ojo guarda el poder de crear y recrear cosas sin necesidad de saber cómo funcionan, como orden que es, registra todo lo existente en la creación, siendo capaz de replicarla en la nada.