-Muere dos veces, vive una vez y renace mil veces.
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—¿De qué se sorprenden? esta es una guerra, la perdida esta por todos lados. Pensar que quedarán intactos es lo más ingenuo que podrían pensar.
En un parpadeo, Kain fue atravesado. Los demás no reaccionaban ante aquella escena; nadie podía mover ni un musculo. Esa fue la primera vez que vi a alguien morir frente a mí, aun así, sabía que algo así sucedería.
—No se nota muy sorprendido, ángel Dariel, ¿O es que también le arrebataron ese tipo de emociones? —La decencia junto a un aura maligna se hicieron presentes. Ulrein, se dirigió a Dariel sin molestarse por estar atentos a los otros.
—¿No se podría decir lo mismo de ti, demonio? —Dariel permanecía con la guardia elevada, y aun sin mas, respondía de su insensibilidad.
—Yo he nacido así. Fui creado con el propósito de matar sin vacilar. —Hablaba mientras, delicadamente, limpiaba su lanza repleta en sangre divina.
—Para tu desgracia, hasta aquí llegaste. —Levanto la lanza a son de reto, con una mirada tanto determinada como desinteresada.
—¿Crees poder matarme con un pedazo de metal con una punta? —Comento a razón de burla, no obstante, su rostro expresaba el mismo desinterés.
—No te apresures. Para hacer las cosas más interesantes... ¿Qué te parece esto? —Elevando aun mas la lanza y, apuntando al despejado firmamento del cielo, proclamo en toda la escena. —: ¡Te reto a un desafío ante los ojos del Cielo e Infierno!
Luego de decir aquellas palabras, la mitad del cielo visible se tiñó de oscuridad, mientras que la otra mitad se aclaró aún más. El cielo se partió en dos. De la división descendieron dos esferas: una de luz resplandeciente y otra envuelta en sombras densas. Estas esferas representaban la presencia de Dios y Lucifer. La razón de su manifestación era precisamente la declaración anterior.
-Ley 532: "Desafío ante los ojos del Cielo e Infierno". Dicha declaración solo surtirá efecto si un demonio de alto rango lo proclama o en caso contrario. esto solo lo puede declarar si un ángel es candidato a arcángel, si se cumplen los requisitos, tanto un ángel como demonio ascenderá a sus respectivos rangos si alguno de los dos gana el enfrentamiento.
—He de suponer que conoces las reglas, Ulrein. —A pesar de tan dramática escena haya pasado, su rostro permaneció impasible.
—No tuve en cuenta que alguien como tu conocería un acuerdo de esta magnitud. ¿Cómo lo sabes?
—¿Acaso eso importa? Estamos frente a los ojos que dominan este mundo, lo mejor sería darles un gran espectáculo, ¿no crees?
Ulrein guardó silencio, observándolo detenidamente.
—Supongo que lo tomare como un sí. —Bajo rápidamente la pesada lanza, preparándose para la inminente batalla.
—¿Cree usted poder ganarme? —La lanza limpia ya se encontraba, preparada para la próxima victima.
—La verdad, creo tener ventaja de alguna forma, pero, aun si tengo la mayoría en mi contra, aun así tengo que hacerlo.
—Entiendo. En ese caso, prepárese. En esta pelea... uno de los dos morirá.
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-Dos meses antes del inicio de la guerra-
—¿Eh? A ver si lo entiendo bien.... Tú, un demonio con un poder inmenso, ¿me estas pidiendo ayuda a mí, un ángel, ¿para derrocar a tu Señor? ¿Que clase de locura es esta? ¿Lo estas traicionando?
—No quiero hacer esta conversación larga. Escape temporalmente del Infierno solo para llegar aquí, otra vez. Necesito que gane la batalla a como dé lugar. Por supuesto, yo no me contendré; mataré a tus compañeros si es necesario. pero, aun así, es imprescindible que ganes.
—¿Cuál es tu verdadera intención con todo esto?
—confórmese con saber que será para una "liberación". En lo que respecta, usted y yo somos iguales, tanto nuestros propósitos como nuestra lógica. Ambos sabemos que esta guerra es una tontería, pero la continuamos únicamente por nuestro líder. Pongo en sus manos mi futuro luego de la batalla. Gane a toda costa.
Tal como la primera vez, desapareció sin dejar rastro alguno. Como una molestia, se sentía en el aire una mirada; alguien estaba observando.
—Con que somos iguales, ¿eh? Me pregunto en que...
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-Actualidad: 2 horas luego del inicio de la guerra-
-El campo de batalla retumbaba con los constantes choques de armas. Para un espectador externo, esto podría parecer un gran espectáculo; para un participante, era una batalla inolvidable; para los dos luchadores, una confrontación sin retorno que definiría el destino de la lucha de más de un milenio.
Llevaba rato intercambiando golpes y solo parecía que yo era quien los recibía. Ulrein no se inmutaba mientras yo intentaba medir cada golpe. Apenas podía soportar el choque de nuestras armas y con cada intercambio retrocedía un poco más. Ventarrones instantáneos provocaban cada choque. Sabía que no se contendría y también que no tenía ventaja en esta pelea. No podía permitirme desconcentrarme.
—¿Qué pasa? Lo noto cansado. ¿Es que esto es todo lo que tiene? —Con el mismo rostro inamovible, revoloteaba su lanza de un brazo a otro, como si se tomase el enfrentamiento como un mero calentamiento.
—No, claro que no. Apenas estamos comenzando. —Dijo permaneciendo adolorido por el golpe del esqueleto y los rasguños recientes.
—Con simple esfuerzo no lograra ganarme.
—Sí, lo sé. Pero ¿Qué tal esto?
Fallen Rose: Vites animarum amissarum.
Tal como paso al inicio de la guerra, del suelo emergieron raíces que se dirigían hacia los enemigos, sin embargo, estas eran negras. Las mismas que usé por primera vez, aquellas que consumían vida. Podría no ser efectivo contra él, pero...
—Un cambio de color no hará ninguna diferencia. —Con movimientos medidos, impecables y conteniendo desenfreno, Ulrein cortaba cada una de las raíces sin problema alguno.
Editado: 09.06.2025