-Aquí yace lo que alguna vez será la justicia, determinación y decisión.
¿Es que este mundo carece de ser justo?
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Una fuerte lluvia cae sobre la madrugada de una ciudad, gatos y perros buscando refugio de la tormenta. A la lejanía sobre una calle empinada, se escuchan pasos fuertes y rápidos: una persona está corriendo bajo estos fuertes vientos.
—¡Vamos, vamos! ¿Por qué tengo que vivir tan lejos de la escuela?, con estas lluvias no llegare a tiempo, además, ¿Qué tan imprudentes pueden ser los rectores para permitir clases aun con este revuelo natural? ¿¡EH?! No puede ser, ya está amaneciendo ¿Qué hora es?, este no puede ser un día peor. —Dijo la chica regañándose y lamentándose. —Al fin paro de llover, aunque fue dos horas después de que llegara... Veamos... me toca... Química, luego Física y... Democracia. Odio esa clase, pero me tengo que aguantar si quiero pasar bien los semestres.
En la lejana cercanía, tres chicas se encontraban conversando sobre aquella que casi llego tarde.
—¿Ven? Les dije que la encontraríamos peleando sola los lunes.
—Sep. Ya podemos predecir los movimientos de la mejor del salón.
—Pero ya hablando en serio, no creo que haya alguien que le guste esa clase con "ese" profesor.
—Si dejaran de hablar de el a sus espaldas les subiría el promedio. —Dijo Sara con humor.
—pero tu también lo haces, no te hagas. —Acuso una de sus amigas, Lilia.
—Así es. siempre que tocan sus clases solo te vemos lamentándote de estar ahí. —Dijo Emá, rechistando.
—Es que sus clases son aburridas. Todo lo que dice ya lo sé... —Contestando Sara, evasivamente.
—¿Ves? Hasta tu estar harta de ese viejo, ¿y si le hacemos algo? —Dijo Reyle, mientras miraba su teléfono.
—A veces me preocupa hasta donde pueden llegar las tres...
¡RING!.........¡RING!.......¡RING!
—Tch, ya empezara la segunda mitad de Química. A veces pienso que los profesores dividen sus clases solo para tenernos aquí amarrados. —Dijo Emá con fastidio.
—¿Quién no habrá pensado eso? querida. Vamos de todos modos. No quiero perder el semestre tan rápido. —Contesto Reyle, mientras guardaba su teléfono rápidamente.
Estas tres chicas son mis mejores amigas, aunque a veces pueden ser altamente revoltosas y alocadas... por alguna razón me caen bien.
Siempre he sido aquella a la que llaman la "inteligente del salón", como prácticamente todos los que reciben ese nombre, nunca se los atribuyen para no "subir el ego", y como siempre, no me considero alguien inteligente en sí; simplemente soy alguien que le dedica demasiado tiempo a su futuro. Hasta mis padres me reprochan por solo andar estudiando, dicen que convertí mi responsabilidad en un vicio.
—es la primera vez que pienso esto, pero esta clase parece eterna... Aj, ya quiero llegar a casa y leer algo. —Dijo mientras observaba al lejano horizonte detrás de aquel cristal. —¿Eh? ¿y eso?
al otro lado de una ventana se observa como cae un objeto liviano y pálido.
—¿Eso es...? ¿Una pluma?
—Señorita Sara, ¿está prestando atención a la clase? —Dijo la profesora en tono de regaño.
—¡Ah, perdón! me despiste con algo.
—Bien... este más atenta en el futuro.
—Claro que sí, profe...
Sali cabizbaja del salón.
—Uff, no puedo creer que me hayan llamado la atención. bien... sigue Física.
—¡Ah! Señorita Sara, que coincidencia verla por acá.
—... Diría que es más coincidencia verlo por esta parte del campus, profesor Kleiren.
—Jeje, ya sabes, ser profesor de una clase aparte a las regulares me tiene ocupado.
—Si mal no recuerdo era autonomía... esa es una de las únicas clases que no dan regularmente. Debe mantenerlo ocupado con la preparación.
—Si, así es. Tengo que preparar tanto materiales como el aula misma. He estado muy ajetreado por esto, casi y no tengo tiempo para nada. En fin, fue un gusto verle, señorita Sara. Espero verla pronto.
—Claro. Fue gusto hablar con usted.
No me gusta que me llamen "señorita", con "Sara" está bien. Ya se los he dicho a mucha gente y parece que solo lo siguen diciendo por molestar.
—Mmm, parece que ya llegaron casi todos, excepto el "trio rebelde" y algunos. Todos están.
—!Oh! Estudiante Sara, puede tomar asiento. Empezaremos la clase en unos minutos. —Dijo el profesor organizando su escritorio con una sonrisa notable.
Esta clase seria mi favorita, si no fuese porque el profesor mete demasiado de su religión en un tema donde no entra ni por asomo.
—cada vez está más cerca las clases de política... ¿Mm?... otra vez esa pluma. Espera, en este salón no hay ventanas y parece que... fuera la única que la viera... NO... no puedo desconcentrarme otra vez por una simple pluma, si no, me volverán a llamar la atención.
Como siempre pasaba, esa clase es bastante pesada debido al intento de "meter una religión en una materia de ciencia". Y aun con todo, logre soportar otro día de esta clase. Los lunes si son complicados...
De pie frente a una gran puerta y sin entusiasmo, estaba Sara.
—Bien aquí vamos...
al entrar estaba él, con una mirada tajante y un rostro serio. La gran mayoría odia a este profesor puesto que es demasiado estricto, hasta incluso si el mismo director nos da clase, sería como el "profe buena onda" comparado con él. Tampoco es que sea de esa mayoría que lo odia, pero ese profesor hace difícil quererlo.
—Buenos días, estudiantes. Entes de empezar la clase, les aviso que para nuestro encuentro de la próxima semana tendrán que hacer una presentación completa de los temas que daré a cada grupo. Vayan formándolos mientras decido que tema les daré a cada uno.
Si, así de directo como siempre; siempre sin falta, siempre sin gana.
—Disculpe profesor, pero, ¿no podría ponerlo para la próxima semana luego de esa? Para esa semana tendremos bastantes trabajos y puede que no los terminemos todos. —Dijo un estudiante con poco ánimo, esperando con mirada decaída lo que próximamente vendría.
Editado: 09.06.2025