-Aquí yace lo que alguna vez será la erudición y discípulo del gran escriba.
• ────── ✾ ────── •
—¿Lo dice enserio? Y pensar que mi esposo me engañaba desde hace tanto... ¿Cuánto le tengo que pagar?
—Serian treinta dólares, espero y verla pronto —un hombre detrás de una mesa que encima tenia una esfera de cristal, contesto con una resplandeciente sonrisa.
Cuando tenía nueve años, solía sentía espasmos leves cada tanto. Cuando los doctores me revisaban, veían que no tenía ninguna malformación o algún problema; intuyeron que era un problema psicológico, pero tampoco fue así. Para poder controlarlos, me daban una menta especial que ayudaba a relajar los músculos.
Un día de tantos, estaba en la escuela con mis amigos. Por descuido, choque con uno de ellos. En ese momento, vi como el morirá, día y hora. Faltaba una semana para su fallecimiento.
Desde que recuerdo, siempre he tenido este "maravilloso" don de clarividencia, nunca me molesto tenerlo, aunque... si me preguntaba quién me había concebido tal habilidad. Quizás Dios, un ser extraterrestre... creo que me estoy volviendo un poco loco. de todos modos, es la única forma que tengo de vivir, como si fuera a morir y volver a nacer.
Mi familia me tomo por raro y simplemente me exilio con desprecio. Siempre fueron exigentes hasta la medula. Cuando detectaban un "factor de error", despreciaban a cualquiera, por mas cercano que fuera. Aunque, gracias aprovechar esta deslumbrante habilidad y a la buena reputación, puedo ganar más de doscientos dólares en un día. Las personas esta dispuestas a pagar cuanto fuese con tal de saber su futuro...
Esa señora... es posible que muera a manos de su esposo pronto... tampoco es que me pueda meter en eso, además, no es mi problema. Ella se lo busco, "la curiosidad mato al gato" dicen...
En una tarde cálida donde las personas apenas y pasaban, una pequeña tienda de campaña dedicada a la "adivinación" estaba levantada con una vista hacia el horizonte a mar abierto. De reojo, se hace notar levemente la figura de una persona...
—¡Sabía que estarías aquí! —dijo una chica contenta, acercándose rápidamente a aquel hombre.
—¡Elise! Oh mi bella dama, ha llego a hora tardía. Es mi trabajo después de todo, ¿Por qué estaría en otro lugar? —dijo el hombre recostado a una barandilla.
—Otra vez con la misma respuesta.... y el mismo alago. De todos modos ¿Cuánto te falta para que cerrar? Me prometiste que saldríamos un rato hoy.
—Para ser el único familiar que me dirige la palabra... preferiría seguir en la ignorancia de ellos. —decía aun recostado en el barandal, moviendo de un lado a otro, en su boca, una helada menta.
—Pues te aguantas. Soy tu hermana, debemos pasar más rato juntos. —pronunciaba sin parar, intentando mostrar superioridad a pesar de su inferioridad de edad y, el hombre, solo reía ligeramente observándola.
—Oh vaya, que fatídico problema me has hecho presenciar, adorada hermana... Como tu digas. espera y recojo las cosas de la tienda —dijo, dirigiéndose nuevamente a su tienda de campaña.
-Sin mediar palabra, la chica saco de su bolsillo una especie de folleto turístico. Mientras Louis recogía sin pedir ayuda, esta permanecía inspeccionando detenidamente aquel folleto.
—Jeje... mm, veamos... ¿Y si vamos a un parque de diversiones? Dicen que pasara un eclipse a cierta hora de la noche. Hay un parque especifico donde se puede observar bien. Ahí sería mejor para apreciarlo.
—¿Un eclipse? No había escuchado de eso... quizá he estado demasiado enfrascado en el trabajo. No importa, solo vayamos y ya...
—Que seco eres... Se ha estado hablando de ese eclipse durante meses. Es es primero en siglos ¿Cómo no has escuchado de el?
El camino muy extenso no era. Al estar mi tiendo ubicada cerca de la costa, el camino hacia aquel parque no era poco mas de algunos kilómetros que pudieron ser recorridos a pie. Mi hermana, a pesar de mi negada familia hacia mi presencia, siempre ha sido quien mas cercanía me ha mostrado. Aunque mis padres la amenazan con desecharla si sigue viéndose conmigo... no son tan tontos como para deshacerse de un segundo hijo. La brisa marina se notaba aun si estábamos tan lejos de la costa, y aun así...
—¿Qué se supone que estoy viendo? —pronuncio desconcertado— ¿Este parque no estaba cerrado? —dijo mostrando la mayor cara de confusión que había puesto en toda su vida.
—... Eso fue hace tres meses, ¿Qué tan desactualizado estas? —lo observo con una mirada, tanto de desconcierto como de lastima.
El ocaso había cesado y se asomaba el fuerte brillo de la luna nueva, la cual, al marcar media noche su blanqueado color tomara una tonalidad que el mundo nunca presencio...
Bien, faltan poco más de dos horas para ver aquel eclipse aunque... por alguna razón me siento... ¿preocupado? No entiendo para nada esto. Elise parece estarse divirtiendo; quizá también debería de relajarme un poco pero... ¿Qué es esto que me inquieta tanto?
—¡Oye! Baja de las nubes, que te estoy hablando —exclamaba a todo pulmón Elise, mientras agarraba de mechones a su hermano.
—Ah, perdón, ¿decías algo? —respondió sin mucho problema, ignorando su pelo estirado a un costado.
—¡Toma! —con ánimo y sin desdén, le entrego un pedazo de papel.
—¿Un boleto?... Mmm, no parece de alguna atracción, ¿Para qué es?
—Jeje, es para ver el eclipse cerca del lago que es propiedad del parque —en su rostro solo se presenciaba un brillo cegador, muestra de su animo.
—¿Cómo conseguiste esto?
—Lo estaban dando si conseguías cierta puntuación en uno de los juegos. Me costo la mayoría del dinero que me diste... ¡Pero valió la pena! Aunque había muchos boletos así que no seremos los únicos. En fin, hay que ir al lugar de encuentro a las once y media, el viaje no es tan largo así que llegando en quince minutos.
Editado: 07.07.2025