Seis deseos: Liry.

-Aquí yace lo que alguna vez será la Conservación y Preservación.

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-Sientes una cálida corriente de aire golpearte suavemente, escuchas el aleteo de pájaros volando. El sonido se detiene. Suavemente, abres los ojos, presenciando el basto cielo azul. El dorado que te rodea, los arrozales que se extienden hacia el horizonte, estas sola en el gran paramo, y aun así, sientes la calma que resuena con el aire. La cálida brisa, se estrella con tu suave piel. Nada puede alterar la dicha de la calma... Ahora, es tiempo de despertar, bella durmiente~

—Eje, que buena brisa~ —murmuraba en un inexplicable gozo de calma pura.

—... —en un silencio molesto permaneció—.Esto no es posible... ¡Hey, dormilona! Ya despiértate, hay tareas por hacer.

—Un ratito más~. —pronuncio la chica aun somnolienta.

—Que rato más te voy a dar. Prometiste qué harías el aseo de este fin de semana.

—Mmm... Vamos Ruffy, solo unos minutos mas —continuo renegando sin levantarse de la cama.

—¡No me llames Ruffy, y levántate ya! —Exclamo Ruff con enfado mientras estiraba las sábanas para sacar a Liry.

—Que fastidioso eres... Bien, ya me levanto.

—¡No tardes! Hay mucho por hacer.

Las mañanas de sábado siempre son las más complicadas para levantarse, y lo son aún más cuando te esperan tareas del hogar por hacer... Ah, que buen sueño tuve, espero se repita. En fin, ya es hora de volver a este bello mundo. Mmm, a ver, que me tocaba...

—Tres, dos, uno —Contando al otro lado de la habitación estaba Ruff, esperando el momento justo.

—¡¿PERO QUE ES ESTO?! —dijo Liry mientras sus ojos se anchaban de la sorpresa, arrebatándole la somnolencia en un santiamén.

—jeje~ —rio levemente, satisfecho.

—Oye Ruffy~ ¿Qué es todo esto? Ni siquiera veo la mitad del desastre que marca esta lista.

—Primero: Estoy cocinando. Segundo: Todo eso es porque alguien decidió hacer un experimento escolar en la casa el cual no pedí que hiciera. Tercero: Es Ruff. Por el amor de Dios.

—Eh, si... me olvide de eso... es la primera vez en años de esto que me toca tanto. Bueno, la segunda luego de que nos mudamos... Hay, ver esto me quita los ánimos...

—Hablando de eso... ¿Sabes cómo estará mamá? Digo, hace mucho que no la vemos

—En un psiquiátrico, eso es seguro. No hablemos de eso, tengo una lista interminable de cosas que hacer y tú tienes que ir a tus prácticas.

—Bien, bien. Asegúrate de terminar todo. Que no pase como la ultima vez que tiraste gran parte del desperdicio en el patio trasero... que también tienes que limpiar.

—Ja, me indignas, hermanito. Como crees que voy a holgazanear sabiendo que tengo semejante responsabilidad.

—Eso me sonó a sarcasmo... —termino de cocinar para luego permanecer observándola fijamente, sin creer ni una palabra de lo que decía.

—Pues no lo es. Ya vete, tengo mucho que hacer.

-Este se marchó sin más, con un rostro pensativo caminando las calles, y con el tiempo, entre el bullicio se perdió.

Bien, tengo todo el día para "mi"... que diablos, terminemos rápido con esto rápido. Que viene primero... el patio... Mmm, no creo que se vea tan mal, solo habría que recoger hojas por aquí y por allá... ¿Eh? ¿Eso es un animal muerto? Que asco...

Me costó sacar a las treinta razas desconocidas que encontré muertas, pero lo logre a duras penas, ¿Qué seguía...? El baño. Que recuerde no estaba tan mal, podría estar peor...

-La mañana lenta y pacifica paso, aquella que en su hogar permaneció, estuvo en todo ese tiempo limpiando cada rincón, sin falta. Movía por ahí, quitaba por allá. A pesar de que limpiaban a fondo cada semana, esta termino siendo una tediosa y atareada, acumulando mas desastre del esperado. Finalmente, para cuando se hicieron las doce de mediodía, esta termino su labor.

—Liry, ya llegué ¿Terminaste toda la lista? ¿Qué haces tumbada en el sillón? ¿Tanto te cansaste?

—toda... — dijo débilmente intentando obtener la cantidad de oxígeno suficiente.

—¿Eh?

—¡TERMINE TODA LA MALDITA LISTA!

—Okay... ya es bastante tarde, ¿comiste algo?

—No te preocupes, querido Ruffy... ya comí.

—¿Qué comiste? —pregunto mirándola fijamente.

—Pues lo que hiciste, termine hace unos minutos.

—Me alegro —adentrado un poco en sus pensamientos este decía—: Pensaba que tenía que recordarle que tenía que comer... pues, conociéndola... —Dando un cambio ligero al tema, este dejo su mochila a un costado, dirigiéndose a la cocina para prepararse algo—. Ahora que lo pienso ¿No deberías de irte ya a tu trabajo?

—Déjame un rato aquí. Además, hoy es sábado, entro más tarde...

—Ya veo...

—Tú... Fuiste ¿Verdad? —En un sinsentido esta pregunto, suponiendo que de algo se había percatado.

—¿A qué te refieres? —pregunto nuevamente, confesó, mientras rebuscaba en la nevera.

—Tú lo sabes: fuiste a ver a mamá. Te dije que no fueras, no hay nada que buscarle a esa mujer.

—Es nuestra madre. Por lo menos deberíamos de hablar con ella de vez en cuando. Tú también tendrías que ir a visitarla —un sentimiento leve de ira y desentendimiento se empezaba a hacer evidente.

—Esa psicótica a la que llamas madre, mato a nuestro padre por "accidente". Nos destruyó la infancia solo por su estúpida adicción a las drogas y, para estar más contenta, también nos destruyo la vida. Estamos viviendo solos gracias a esa... perra —Decía con fuerza, evidenciando su gran resentimiento.

—Pero aun así...

—Aun así, debemos olvidarnos de aquella que nos dañó nuestra forma de vivir —aproximándose hacia Ruff, coloco sus manos en los hombros agachándose levemente —. Escúchame Ruff, se bien que aun con eso... aun sabiendo eso, sigues amando a nuestra madre pero, como tu hermana mayor, quiero protegerte. Quiero mantenerte a salvo sin importar que. Por favor, por lo menos dime cuando vayas a visitarla, ¿si?