Capitulo 20: Ascendidos de la redención y Pecado de la Agonía: Parte 2.

-¿Donde se ha de llegar para saber lo que se puede desear? ¿Hasta donde se puede llegar hasta cambiar y poder reír de verdad?-

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Acto 2: Para aquel que solo sonríe para la muerte. Para aquel destinado a solo sentir la amargura en su paladar: Conviértete en la estrella que oscura se obligó a teñir, destinada a que el destino le prohíba sonreír.

—Ya se está volviendo más lento. Al fin se está cansando —Con un rostro a cejas fruncidas, pronuncio Veliel, atenta a la batalla que presenta un cercano final. Dirigió, de reojo, su mirada hacia Nikolái, quien posaba con una mirada inmutable y seria, contrastando con su actitud despreocupada y exultante—. Nikolái, hay algo que tengo que preguntarte, seriamente.

—¿Eh? Claro, dime lo que quieras, hermanita~ —En si volvió, con la vuelta de su sonrisa de oreja a oreja.

—Antes de que Padre muriera, me dio la misión de encontrar y dominar a bestias poderosas para formar un ejército. Estuve de un lado a otro en todo el Infierno; en cada circulo.

—Debió costarte mucho conseguirlas, hermanita. Al final, no fueron usadas en la invasión de Ulrein. Debes estar frustrada por esto —Extendió sus brazos queriendo darle un abrazo de consuelo a Veliel, el cual fue rotundamente rechazado con una mirada filosa—. Entonces... ¿Cuál es la pregunta?

—Por lo general, siempre que padre nos daba una misión, llamaba a los tres al mismo tiempo, pero, esa vez solo llamaba uno por uno. Siendo yo la última en recibir su misión.

—Entiendo... ¿A dónde quieres llegar con esto, hermanita? ~

—Nikolái, en mi búsqueda de bestias, escuche de ti en cada circulo, como si estuvieses de visita en cada uno —Su cuerpo se dirigió hacia Nikolái, con brazos cruzados y su mirada incambiable, continuo con su monologo—. Sera mejor que respondas con veracidad si aun valoras tu desgraciada vida ¿Cuál fue la misión que te dio Padre?

—¿Eh? No creo que eso sea muy importante de responder ahora, hermanita~. Puede ser cualquier misión simple...

-El aire circundante azoto con fuerza en una dirección. Tan imperceptible como había sido siempre, una afilada guadaña amenazaba a Nikolái con decapitarlo.

—¡Responde! No estoy para tus juegos ahora —Su estado iracundo volvió dejando su calma analizadora en el pasado. Sus ojos evidenciaban su ansia de una respuesta y su ira siempre incontenida.

—¡Vaya, querida! ¿No estas exagerando? —La guadaña no retrocedió, acercándose más a culminar su tarea—. ¡Bien, bien! ¡Te lo diré! Aun quiero mantener mi preciosa cabeza. —Nuevamente, la guadaña no se retiró, sin embargo, no se acercó más.

—¡Entonces habla de una vez!

—Si, sí, claro. Lo que quieras, hermanita. Sinceramente esperaba esta situación tarde o temprano. Siempre has sido perspicaz y atenta en estas cosas.

—En ese caso, ya deberías saber lo que te conviene.

—¡Por supuesto! Después de todo, es una tragedia cuando tienes a alguien en tu mira —Se mantuvo calmado a pesar de tal amenaza. Su sonrisa no desaparecía, en cambio, se expandía cada vez más—. Ejem, retomando con tu humilde pregunta, la misión que Padre me encomendó fue: "Buscar un buen contendiente para él".

—¿Un buen contendiente?

—Así es, hermanita. Según lo que me comento Padre, necesitaba que encontrara a un combatiente que colocara a Dariel al límite. Uno que este logre aborrecer más que a nada. Todo esto con el objetivo de sacar "algo" en él.

—¿Qué se supone que significa eso? No importa ¿Qué te hizo elegir a Asmodeus?

—Nada en particular, sinceramente. No se le había visto lo suficiente en acción, así que tuve que tomar referencia de algo más... similar.

—¿Similar? —La guadaña permaneció inamovible y su portadora cayo en el pensamiento—. Fallen Rose...

—Exacto. tuve que corroborar información con cualquiera que la haya conocido, ¿sabes? Era un arcángel sanguinario que arrasaba con todos, según sus malas lenguas. Aquellos a los que pregunte habían sobrevivido de pura suerte. En fin, elegí a Asmodeus por el simple hecho de ser alguien que vive por y para el placer, diferenciándose de Dariel y Fallen Rose que, directamente parecen no poseer emociones, jaja. Pensé que un opuesto de este estilo sería la mejor opción y, hasta ahora, no me ha decepcionado haberlo elegido. Y bien, ¿Te ha convencido mi respuesta, hermanita?

-La guadaña, antes carente de movimiento, se apartó rápidamente de su cuello. Veliel permaneció en un abrupto silencio por un momento. Retorno a su posición inicial para continuar observando aquella gran batalla.

—Deberías alegrarte, tendrás un día más de vida.

—Hay, hermanita ¿Cómo puedes ser tan cruel con tu hermano mayor?

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Maldición, maldición, maldición. Ya no puedo más, me estoy quedando sin energía y mi cuerpo se está empezando a entumecer. Es la primera vez que me siento tan cansado de solo esquivar ataques. Este desgraciado no parece que vaya a abandonar su molestia hasta que me aseste algún golpe. Donde reciba alguno, será mi fin. Carajo... ¿Qué puedo hacer? No me da tiempo a hacer nada más que esquivar, y el cansancio se empieza a notar como nunca antes. ¿Es que hasta aquí llegare?... no, no, no, no. Aun no, aun no puedo llegar aquí. Aun necesito descubrir cosas, aun necesito conseguir... conseguir... que... ¿Qué debo conseguir? Espera... ¿Por qué estoy luchando con este? ¿Por qué no lo recuerdo? No puede ser... ¿ahora que sucede?

No puedo hacer nada para enfrentarlo, no puedo hacer nada para salir de esta. ¿Por qué sigo luchando? Si nada de esto me interesa, si nada de esto me incumbe, ¿por qué sigo luchando? No lo entiendo... no lo comprendo... ¿Qué se supone que es lo que quiero...?

-El chico continúo evadiendo, esta vez, con mucha más lentitud que antes. Se notaba desconcentrado, perdido, olvidado de sí mismo. Asmodeus continuo de un ataque a otro, notando que sus ataques cada vez se acercaban más a asestarle. Habido notado eso, su molestia y aburrimiento fueron cesando poco a poco, no obstante, la cadencia consecutiva de sus ataques solo aumento. En su rostro, una sonrisa excitada se veía, como si a punto de saborear un bufet estuviera. Dariel continuo sin hacer mucho, llegando al punto de saltar de un lado a otro por puro instinto, en él ya no se notaba algo de pensamiento, por inercia se movía evitando... ¿Evitando... que?