Capitulo 24: Un cuarteto de abandonados de su Luz: Parte 4.

Para ti que solo ríes sin parar, sin importar la desgracia: ¿Eres tonto?

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Acto 4: Caminar hacia donde todo empezó y encontrar el ansiado descanso lleno de risas.

—Y bien, ¿le gusto su paseo por nuestro precioso castillo, su majestad~?

Esas fueron las bellas palabras que me recibieron... queria volver a salir del cuarto y seguir caminando, pues este Bufón no me agradaba. Sin embargo, pese a que caminar me relajaba, dormir era lo mas efectivo, pero con este payaso chistoso ahí, mis deseos de descansar se alejaban.

Ahí estaba, posado en un ventanal con espacio a un balcón, Nikolái, quien con una sonrisa me recibió, como si hubiese preparado con antelación su llegada. No le respondí y seguí mi camino hacia la cama, ignorándolo. Estaba cerca de caer en la placida comodidad de aquella cama, pero una mirada penetrante me detuvo en seco. Nikolái se acerco sin que lo percibiera. Dude si continuar; a nadie le gusta que otro lo vea dormir y menos si es un completo desconocido como este tipo que no hay momento en que no pare de sonreír... repulsión era lo que me causaba.

Para evitar mirarle la cara, camine a otro lugar, dando vueltas por la habitación. No paro de seguirme con la mirada. Para acabarla de arruinar, mi dolor retorno como si de una brisa parcial se tratase, causando un espasmos en mi cuerpo, cayendo, luego de tambalearme, en aquel balcón. Hacia tanto que no sentía algo así. Tan doloroso, tan constante. Incluso en las pocas batallas que he tenido, la única que vez recuerdo sentir tal nivel de dolor fue momentos antes de fallecer por primera vez.

—¿Tan mal se siente, su majestad? Déjeme ayudarlo a recomponerse~.

Se acerco a mi con delicadeza, ofreciéndome su mano. Lo observe fijamente —él hacia lo mismo— sin quitarle la mirada. Con rudeza, rechace su mano y volví a reposarme en el balcón hasta que el dolor cesara.

—¿Cómo es que siento tanto dolor? Esto es el Infierno...

—Oh, jaja. Seguro que sí.

Ignoro la retorica en la pregunta, disfrazándola de chiste. En efecto, este tipo puede ser aun mas raro que Veliel.

—Ugh... Tú fuiste el que me trajo de vuelta aquí ¿Cierto?

—¿Eh? Por supuesto ¿Quién mas si no? Lo cargue gozosamente en mis brazos, apartándolo de la vil mirada del monstruo que lo acechaba con repulsión.

—¿Monstruo? ¿Qué monstruo?

—Veliel.

—Si... claro... En fin, no paso nada mas ¿No? Dijeron que Asmodeus aun sigue con vida ¿Qué fue de él?

—Pues no estoy muy seguro, su majestad, pero es probable que en estos momentos aun se este recuperando luego de recibir tal desintegración corporal de sus preciosas manos.

—No me digas "majestad". Se escucha raro.

—Ja, ja, pues disculpe mi falta de consideración... su majestad.

—Ugh, esta claro que lo hace por que quiere —susurro para sí mismo—. Ya ve al grano, llevas observándome con una cara de intrigado desde que desperté ¿Qué es lo que quieres?

—Solo estar en su merecida gloria oscura de pecador, mi gran líder —Se arrodillo con benevolencia.

—Sera mejor que intentes otra cosa para hacerme expresar algo. El estilo de Leviatán no te queda.

—Ah... bueno, al menos lo intente, ja, ja~ —Rápidamente se levanto, riéndose un poco—. Sinceramente no creía tanto en esa perdida de emoción de la que tanto se le atribuye, pero parece ser cierta.

Nikolái dio pasos ligeros, casi saltando, hasta acercarse a Dariel. Tan cerca estaba que casi se rozaban ambos.

—¿Podrías dejarme volver a ver esa preciosa sonrisa macabra que mostraste en aquella pelea? Enserio me cautivo.

Dariel lo miro queriendo expresar asco, pero nada pasaba, al igual que ninguno se apartaba de su cercanía. Luego, aparto la mirada, viendo fijamente el cielo descolorido que ambientaba el Infierno. Giro su cabeza y permaneció pensativo; Nikolái permaneció esperando alguna respuesta.

—¿Y entonces? ¿Me dejaras verla? —Su sonrisa se torno en una expectativa.

—¿Entonces, que? Yo no se la razón de eso. Y a pesar de que recuerdo lo que paso, no logro visualizar bien los momentos en que "enloquecí" —expuso, posando su mano en su cabeza—. Esto mismo me sucedió en la pelea contra Ulrein. Creí que era a causa del control de Fallen Rose, por lo que no le di mucha importancia... pero ahora empiezo a dudar de esa decisión.

—¿Entonces no me darás mi sonrisita? —dijo, decaído.

—Claro que no ¿por que mejor no te largas a hacer otra cosa? Yo necesito descansar, y contigo aquí mucho no puedo hacer.

—¿Descansar? Oye, je, je. Parece que te esta gustando vivir aquí.

—¿Gustarme? Lo único que quiero es largarme. Estoy aquí en contra de mi voluntad, ¿sabes?

—Sí, lo se. Pero eso no quita el hecho de que te ves bastante cómodo, je, je —Con lentitud, se recostó en los muros del balcón—. además, ¿A donde iras? Tengo entendido que ustedes, los Seleccionados, no hacen mucho contacto con la humanidad ¿Volverás a tú mundo una vez que salgas?

—Mi mundo —observo el horizonte—... Yo ya... no tengo nada ahí por lo que volver. Ni familia, ni amigos, nada.

—¿Eh? No entiendo... Entonces ¿A donde quieres ir luego de salir de aquí?

—Bueno... creo que es la mejor pregunta que me han hecho hasta ahora —Su mano se poso en su rostro—. Debe ser gracioso. Querer salir y no haber pensado en el "cómo" en primer lugar... maldita sea, ya ni me entiendo.

—Pues, sí, es bastante gracioso, ja, ja. Por cómo te plantearon en toda la información que papá recopilo, eres alguien que, pese a lo poco que actuó, suele pensar demasiado y actuar mucho después, o que directamente no hace nada ¿Cómo es que alguien que piensa tanto en sus propias cosas olvido un detalle tan importante? —dijo entre pequeñas risas.

—¿Cómo es que saben eso..? —cancelo lo que decía, tomándolo sin importancia—. Buena pregunta. Han pasado tantas cosas tan rápido que casi no pienso tanto. Ahora solo actuó por inercia. Ya suponía que era demasiado el hecho de haber elegido venir aquí...