TEEN TITANS
THE
SINNERS
Por
Wingzemon X
CAPITULO 02
"Supergirl Go!, Parte 2"
La Torre Titán no acostumbraba recibir muchas visitas. Muchos pensarían que era por seguridad, pero de hecho se debía a que rara vez alguien iba a visitarlos. El único familiar de Starfire que se paraba de vez en cuando en el Tierra, era su hermana Blackfire, y sus visitas nunca eran del todo amistosas. De Raven, sus amigos no estaban muy seguros si tenía familia o conocidos anteriores a unirse al equipo. Durante la invasión de Trigon, se enteraron de era hija de éste y de una mujer humana, pero no sabían más. Los padres de Chico Bestia habían muerto, y de la Patrulla Condenada hacia mucho que no sabían algo. Cyborg de seguro tenía familia en la ciudad, sus padres, tal vez hermanos, pero tampoco iban a verlo a la Torre; más bien era él quien iba a verlos a ellos. Por último, Robin, pese a que era bien sabido por algunos de sus compañeros lo que fue su vida antes de llegar a Jump City, desde la muerte de sus padres hasta con quien trabajó todos los años siguientes a eso, tampoco había recibido alguna visita en todo el tiempo que habían estado juntos, al menos no hasta ese día.
Así que, excepto por alguno de los Titanes Honorarios, o algún villano ocasional que los quisiera molestar en su propia casa, las visitas externas a la Torre Titán eran pocas. Por lo mismo, el tener sentada en su sala a alguien, que encima de todo era la famosa Súper heroína Súper Chica, causaba un gran revuelo en algunos de los chicos. Luego de verla en acción derrotando con gran facilidad a Adonis y su armadura mejorada, Starfire, Cyborg y Chico Bestia se encontraban realmente emocionados con su presencia, y sin dudarlo la invitaron a pasar la tarde en su hogar. En verdad era como tener a una celebridad en casa.
- ¡No puedo creer que realmente conozca a Súper Chica en persona! – Exclamó con fuerza Chico Bestia, continuando con su sonrisa embobada. Rápidamente sacó de entre sus cosas varios artículos que tenía de Súper Chica, enseñándoselos mientras los enumeraba. – Soy tu fan, ¡enserio! Tengo tus posters autografiados, tu autobiografía, y estas tazas chistosas con tu cara.
La joven de cabellos rubios y ojos azules rió divertida al ver lo que el Titán hacía y decía; le parecía realmente una persona divertida. Ella estaba sentada en el sillón rojo circular de la sala, con Starfire a su derecha y Cyborg a su Izquierda. Raven también estaba sentada, pero en uno de los extremos del sillón, algo alejada del grupo. Pero el más alejado era Robin, que miraba todo desde la puerta de la sala, con sus brazos cruzados y su mirada seria; seguía sin verse muy contento por la visita como los demás.
- Gracias, eres muy amable. – Agradeció sonriéndole ampliamente. – Pero yo nunca he escrito una autobiografía.
- Fue tan impresionaste lo que hiciste allá. – Agregó Starfire inmediatamente después; su expresión no era mucho mejor que la de Chico Bestia. – Es tan inspirador ver a una heroína de tu altura en acción.
- ¿Eso? No fue nada. – Comentó divertida, y entonces se paró del sofá de un salto, elevándose en el aire frente a ellos. – Una vez tenía a todo un ejército de bárbaros con garrotes y espadas, todos contra mí. Todo fue golpes, patadas, gritos y llantos. – Mientras contaba esto, comenzó a tirar golpes y patadas al aire, mientras era seguida por los ojos de su impactado público. – Pero no quiero aburrirlos con viejas historias como esa.
- Por favor, ¡abúrrenos! – Exclamó Cyborg rápidamente, aunque luego se sonrojó apenado al darse cuenta de lo que dijo. – No, quiero decir...
Súper Chica volvió a reír, y ante las peticiones de sus nuevos amigos, accedió a comenzar a contarles algunas historias, flotando frente a ellos de un lado otro, apoyada de algunas mímicas y movimientos mientras narraba; los tres Titanes la miraban fijamente con expectación.
Raven parecía un poco indiferente al asunto. Toda la emoción desbordante de sus compañeros era un poco exagerada para ella, pero lo que más le interesaba era la actitud de Robin. Mientras Starfire y los otros seguían en lo suyo, ella optó por ponerse de pie y caminar hacia su líder, que no se había movido de enfrente de la puerta desde que llegaron. Tal vez esperaba la primera excusa para salir de ahí, o simplemente quería mantenerse alejado.
- ¿Estás bien? – Le preguntó con seriedad, parándose a su lado.
- Sí, claro.
La voz de Robin no apoyaba para nada su respuesta. Se le veía una notoria molestia y seriedad, incluso más de la que normalmente lo caracterizaba. Al voltear a ver de nuevo a los demás, Súper Chica estaba imitando que giraba con rapidez a un enemigo en el aire, y los otros giraban sus cabezas en la misma dirección y ritmo.
Editado: 25.11.2018