TEEN TITANS
THE
SINNERS
Por
Wingzemon X
CAPITULO 04
"Una Semana Después"
Una semana después de la visita de Súper Chica, todo estaba normal en Jump City. Esa tarde, los trabajadores salían ansiosos a su hora de comer, para recobrar energías y luego volver al trabajo una vez más. Los niños salían rápidamente de sus escuelas, emocionados por jugar un poco antes de ir a casa, comer y tener que hacer la tarea. Los autos se movían con tranquilidad por las calles, junto con los autobuses y motocicletas, al mismo ritmo que los peatones en la acera. Las luces de los semáforos cambiaban en su eterno ciclo de verde, amarillo y rojo, una brisa ligera soplaba, las nubes se movían lentamente en el cielo, y una fuerte explosión se suscitaba en el Banco Principal de Jump City, cubriendo todo el interior con una densa neblina verdosa, que de inmediato comenzó a hacer que todos los clientes, cajeros, y guardias comenzaran a toser, se acercaran poco a poco al suelo, hasta que uno a uno cayó inconscientes por causa del gas somnífero que se encontraba en la bomba de gas que había explotado. En efecto, todo estaba normal en Jump City.
El causante de dicho alboroto caminó tranquilo desde la puerta hasta las cajas, esquivando con la mayor indiferencia a las personas tiradas tras su bomba de humo. Su silueta oscura avanzó por la neblina con despreocupación, mientras aquellos que quedaban aún algo conscientes intentaban seguirlo con la vista.
- Disculpen el escándalo damas y caballeros, sólo vengo a hacer un retiro rápido. – Comentó con sarcasmo el asaltante, pasando de un sólo salto las cajas y cayendo del otro lado como si nada.
Era un hombre, aparentemente joven, delgado, con un peculiar disfraz totalmente negro que le cubría todo el cuerpo, incluyendo su cabeza, y en su rostro llevaba una máscara que simulaba a una calavera, con una "X" roja en la frente. Usaba capa, también negra, larga y un poco maltratada. Usaba guantes de apariencia metálica, y un cinturón del mismo estilo en la cintura.
Uno de los cajeros pareció intentar levantarse y presionar el botón de alarme debajo de su lugar, pero rápidamente el extraño de negro lo tomó de la muñeca, deteniéndolo.
- No se levanten, me atiendo solo, gracias. – Comentó seguido de una risa burlona. El gas terminó de surtir su efecto y el cajero se desmayó.
Sin más espera, caminó directo a su objetivo: la bóveda principal. Se paró frente a ella, inspeccionando la enorme puerta de acero de arriba abajo hasta posar sus ojos en el panel de la derecha, compuesto por un teclado de números, una ranura para las llaves electrónicas, y una pequeña pantalla de leds.
- Que dilema, creo que olvide mi clave. – Dicho eso, se acercó al panel, y sacó de su cinturón lo que parecía ser un pequeño dispositivo con una luz roja que tintineaba: una bomba. – Por suerte, siempre vengo preparado.
Una vez colocado el dispositivo en el panel, se dio media vuelta, se alejó varios pasos de la bóveda, justo antes de que la bomba explotara, haciendo pedazos el panel de seguridad, y haciendo que la compuerta se abriera de par en par. Sin espera, se abalanzó de un salto al interior de la bóveda, mirando todo el dinero ahí guardado en bolsas, y éstas en estantes a la vez.
- Oh sí, vengan con papá.
Tomó dos de las bolsas y las amarró a su espalda, para luego tomar otras dos más con sus manos. De seguro no podría cargar más, pero con eso era más que suficiente, por lo que se dispuso a dejar el lugar antes de que la policía llegara o el efecto del gas se esfumara. Pero apenas y había puesto un pie fuera de la bóveda, cuando notó como un objeto se dirigía a toda velocidad directo hacia él. Con los agudos reflejos que lo caracterizaban, se hizo a un lado, sólo para ver como el objeto se clavaba justo en la pared a su lado, lo que le facilitó el poder verlo mejor: una especie de búmeran, rojo y amarillo.
- Creo que no tienes suficientes fondos, Red X. – Escuchó como una voz desagradablemente familiar le decía justo desde la puerta del banco.
El villano al que acababan de llamar "Red X", volteó por simple inercia hacia dónde provenían dichas palabras. Claro, no tenía necesidad de voltear para reconocer de quién, o más bien quienes se trataba: los Jóvenes Titanes, con su líder Robin al frente, Cyborg a su derecha, Chico Bestia a su izquierda, Starfire y Raven suspendidas sobre ellos.
- Oigan, como que me está empezando a dar un poco de... sueño... - Comentó de pronto Chico Bestia, seguido de un largo bostezo y poco a poco se fue recostando en el suelo, hasta aparentemente quedarse dormido; a diferencia de sus otros cuatro amigos, era el único que había olvidado ponerse su máscara antigás.
Editado: 25.11.2018