TEEN TITANS
THE
SINNERS
Por
Wingzemon X
CAPITULO 15
"Tarjeta en Blanco"
- No... - Fue lo primero que Raven logró susurrar luego de que al fin su cerebro pudo procesar lo que acababa de ver.
Todo su cuerpo temblaba sin control, su corazón latía a mil por hora, y su rostro estaba tenso y le dolía. Sintió una enorme, enorme presión en el pecho, como una dolorosa punzada. Miedo, enojo, angustia, desesperación, dolor, todo lo que se suponía jamás debía de dejarse sentir, lo estaba sintiendo, y en exceso... Sólo habían pasado un par de segundos, pero para Raven había sido casi una eternidad, antes de que al fin pudo reaccionar por completo.
- No, no, ¡no! ¡¡Starfire!! – Gritó cada vez con más fuerza, y acto seguido se elevó en el aire sin reparó. Sus ojos y sus manos brillaron con gran intensidad, básicamente todo su cuerpo lo hacía. Alzó sus manos al frente y en un segundo toda esa enorme esfera de piedra y metal se desprendió en miles de pedazos, mismos que fueron arrojados hacia un lado con rapidez. Tanta era su consternación que ni siquiera le importó que todos esos pedazos chocaran de frente contra otro edificio, rompiendo sus ventadas y atravesando sus paredes.
La esfera había dejado un cráter marcado en el concreto. El suelo se había abierto, y los escombros del edificio derribado se habían rotó en pedazos más pequeños, o vuelto polvo. En medio de todo eso, se encontraba Starfire. Inmóvil, aún con gran parte de su cuerpo sepultado. Raven rápidamente retiró también todo esos escombros, arrojándolos a todos lados. No le importaba a qué le golpeaba, no le importaba siquiera si llegaba a golpear a Robin, o a Cyborg o a Chico Bestia, que estaban de pie a un lado del cráter. Sólo le importaba sacar Starfire.
Una vez que la desenterró, descendió de inmediato, colocándose de rodillas a su lado. Starfie estaba boca arriba, con su cabeza ladeada hacia la derecha, y casi todo el resto de su cuerpo ladeado hacia el lado contrario, con sus brazos y piernas doblados en posiciones extrañas. Tenía los ojos cerrados, y su boca ligeramente abierta. Estaba llena de polvo, su ropa estaba rasgada, y tenía heridas sangrantes por todo el cuerpo.
- Starfire, Starfire. – Repitió varias veces en voz baja. Algo dudosa, la tomó y la alzó un poco, para hacer que se sentara. Su cuerpo no oponía la menor resistencia, era como levantar una muñeca de trapos. – Starfire, mírame, reacciona por favor. ¿Me escuchas? ¿Starfire?
Le voz de Raven se quebraba un poco sin que lo notara. De pronto, sus ojos se humedecieron ligeramente, y empezó a ver un poco borroso... Cuando vio a Chico Bestia llorar en la playa unas semanas atrás, había pensado para sí misma que nunca había llorado en su vida, o más bien no recordaba ningún momento en especial en el que lo había hecho... Una pequeña gota se deslizó por su mejilla y tocó ligeramente el rostro de su amiga; ese era uno de esos momentos.
- Starfire... Respóndeme, dime algo, lo que sea... Por favor... ¡Starfire!
Sin que ella se lo ordenara conscientemente a su cuerpo, la abrazó con fuerza, pegando su mejilla contra la de ella. Unas cuantas más lágrimas recorrieron su rostro sin que pudiera detenerlas.
¿Qué había hecho? ¿Cómo había sido capaz de hacer algo tan horrible? Ella podría haberla salvado. Estaba en el lugar adecuado, en momento adecuado. Podría haberla salvado, y lo único que necesitaba era quererlo... Pero no había querido. ¿Por qué?, ¿Por qué pasó eso? ¿Qué le había hecho reaccionar de esa forma...? Por su culpa, Starfire...
Sintió en ese momento que la boca la de Starfire soltaba un fuerte gemido, y luego una profunda inhalación, como de alguien que se estaba ahogando, y a último momento logra tomar una fuerte bocanada de aire. Luego, tosió con fuerza por unos segundos, y después volvió a quedarse en silencio. Raven rápidamente rompió su abrazo, y volvió a colocarla en el suelo. La Tamaraneana seguía totalmente inconsciente, y con su cuerpo desplomado... Pero ahora respiraba, muy lentamente, pero lo hacía.
- Starfire... - Susurró con hilo de voz, sonriendo ligeramente.
Estaba viva, Starfire aún estaba viva. Eso debería de alegrarla y tranquilizarla por completo, pero no era así... Porque eso no cambiaba en lo más mínimo lo había hecho.
Robin, Cyborg y Chico Bestia se aproximaron rápidamente al cráter. Robin de inmediato empezó a revisar su cuerpo, su cuello, sus brazos, mientras Cyborg hacía una lectura de sus signos vitales en su computadora.
Editado: 25.11.2018