Teen Titans: The Sinners

Capitulo 16. Feliz San Valentine...

NOTAS PREVIAS: Hola a todos, espero se encuentren bien. Quiero agradecer a todos aquellos que han estado siguiendo esta historia durante ese par de años, y aquellos que han esperado ver cómo termina. No acostumbro seguido poner notas antes del capítulo, pero éste en especial creo que lo amerita, ya que será un capítulo... Un tanto especial. Será muy importante, y espero que una vez después de haberlo leído la mayoría pueda ya entender por completo hacia dónde he querido llegar con toda esta historia (sino es que claro, ya lo adivinaron hace mucho). De aquí en adelante prácticamente ya es el Comienzo del Final. Luego de este capítulo, las cosas se irán un poco más rápidas y sin desvíos hacia el final, que yo calculó tomará tal vez unos cinco o seis capítulos más (al menos que alguno se me alargue más de la cuenta como suele pasar). Así que mejor empecemos de una vez.

TEEN TITANS

THE
SINNERS

Por
Wingzemon X

CAPITULO 16
"Feliz San Valentine..."

Sintió que tan rápido como había cerrado sus ojos, estos se habían vuelto a abrir; pero la realidad era que habían pasado al menos unas diez horas entre un momento y otro. Esas largas noches de sueño, en las que caía en su cama totalmente agotada, se estaban volviendo bastantes habituales últimamente; y siempre al despertar, se encontraba con la misma incomoda y confusa sensación. Pero no esa mañana en especial; ese despertar se sentía diferente a los otros. El cuerpo no le pesaba, ni le dolía la cabeza, ni se sentía desorientada. No tenía problemas para reconocer que se encontraba en su cama, o en el oscuro y seguro interior de su habitación, ni tampoco para recordar cómo había llegado ahí o lo que había pasado el día anterior. De hecho, se sentía... Bien. No sólo bien, se sentía realmente bien.

Raven se sentó en su cama y estiró sus brazos hacia arriba al tiempo que soltaba un ligero bostezo con el que se deshizo del poco sueño que le quedaba encima. Para ser mediados de febrero, la temperatura era perfecta: no muy caliente, no muy fría, como si fuera un día agradable de primavera. No tuvo problema alguno en levitar fuera de las sabanas y dirigirse, sin que sus pies tocaran su alfombra, hacia las cortinas que cubrían su ventanal y correrlas hacia los lados con su magia. El día estaba soleado, el cielo de un perfecto tono azul, al igual que el mar frente a la torre. Normalmente un escenario así no significaría nada para ella, pero en ese momento no pudo evitar quedarse un par de minutos frente a la vista... Y sonreír.

No sabía qué pasaba, y ni siquiera se molestaba en preguntárselo. Simplemente sintió las ganas inmensas de sonreír con entusiasmo, pero no sólo por la vista. ¿Qué más era lo que le provocaba esa extraña alegría? Por qué sí, eso era lo que sentía: alegría, energía, entusiasmo, emoción. Así era como muy seguramente Starfire siempre se sentía, como cualquier otra chica normal se sentía... Y le gustaba.

Sin razón aparente, se elevó más en el aire, y empezó a girar un poco sobre sí misma. ¿Qué era ese sonido que escuchaba mientras giraba? Eran risas... Sus risas. ¿Ella estaba riendo? Así parecía, y al igual que su sonrisa, era algo que no podía evitar. Quería saltar, bailar... ¿Que le provocaba todo eso? ¿En verdad importaba?

Se dejó caer boca arriba en la cama, haciendo que su cuerpo rebotara un poco contra el colchón. ¿Qué pensaría la gente de Azarath si la vieran así?, ¿qué pensaría Azar o su madre?, ¿qué pensarían sus amigos?, ¿qué pensaría Malchior que en esos momentos debía de estar ya ahogándose en el mar? De seguro se sorprenderían, o se sentirían confundidos. ¿Y cómo no estarlo? Después de todo, para todos ellos, no era más que la fría, sombría, amargada y callada hechicera, Raven. La chica sin emociones, sin sentimientos, con un corazón frío como el hielo. Pero la verdad, la única verdad que ninguno de ellos comprendía, era que en verdad no era nada de eso. No era una chica sin sentimientos, sino todo lo contrario. Su corazón era como el de cualquier otra persona. Sentía alegría, entusiasmo, tristeza, enojo... Podía sentirlo todo lo que cualquier otra persona podía, o incluso más. Podía... Pero no debía.

Desde niña, estuvo prácticamente atada de manos. Su maestra, Azar, le enseñó desde siempre que debía limitarse, reprimirse. Perder el control de sus sentimientos, era la llave por la cual Trigon podía tener control sobre ella, y sus poder podrían lastimarla a sí misma, y a quienes la rodeaban. Por ello, desde que tenía memoria, debía prohibirse de todo ello. Debía meditar, y tener su mente siempre clara y en control. La Raven que todos conocían, era sólo una máscara, una máscara que se había visto obligada a ponerse para protegerse. Se había acostumbrado tanto a ella, a tenerla encima, a que fuera lo único que las personas vieran de ella, que le asustaba la idea de quitársela. Pero ya no más...



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En el texto hay: teen titans, raven, robin

Editado: 25.11.2018

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