TEEN TITANS
THE
SINNERS
Por
Wingzemon X
CAPITULO 25
"Los Pecadores"
Raven aguardó pacientemente, sentada en una de las bancas del gimnasio. Robin le había indicado que esperara, que no tardaba mucho; por alguna razón, sin embargo, la espera le pareció lo suficientemente larga. Ya habían pasado varios minutos desde que Starfire y los otros se fueron a recorrer la ciudad con Supergirl, dejándolos a ambos solos en la Torre. Robin había mostrado de manera muy tajante que no se encontraba feliz por la presencia de la kryptoniana, por lo que decidió seguirlo y ver de qué se trataba ese asunto exactamente.
Hace no mucho tiempo atrás, ella nunca había sido precisamente la mejor opción para hablar cuando se trataba de un problema de ese estilo, y eso ella y todos lo sabían muy bien. Por ello siempre procuraba mantenerse alejado de situaciones que pudieran ponerla en una posición como esa. Sin embargo, últimamente se había llegado a sentir un poco más cómoda al respecto. Las últimas experiencias que había vivido, sobre todo desde su pasado cumpleaños, de cierta forma la habían hecho cambiar un poco.
Pero aun teniendo en cuenta todo lo anterior, esa ocasión con Robin era especial. Realmente sintió de inmediato que debía hablar con él, qué debía saber un poco más sobre lo que fuera que le molestaba, e intentar ayudarlo de alguna forma. No fue como en otras ocasiones con sus otros amigos; ese momento fue... diferente... Fue más que una sensación de deber; realmente deseaba hacerlo.
Escuchó la puerta del gimnasio abrirse, y eso la puso en alerta; se tranquilizó, sin embargo, al ver a Robin, aproximándose a ella con pasos cautelosos, cargando en sus manos un maletín metálico.
- ¿Recuerdas esto? – Le preguntó cuándo ya se encontraba cerca de ella. En un inicio no lo reconoció, pero al verlo ya de cerca y notar la "R" amarilla en la tapa, de inmediato se le vino a la mente.
- Tu maletín, el que Ding Dong Daddy te robó. En donde guardas...
Él asintió, y entonces se sentó en la banca a su lado. Abrió los seguros del maletín con sus dedos, y abrió la tapa superior, revelando su contenido.
- Todas mis posesiones previas a que formáramos este equipo; algunas incluso previas a convertirme en Robin.
Raven echó un pequeño vistazo al interior del maletín. No era la primera vez que lo veía; luego de aquella casi mortal, aunque algo ridícula, carrera, él mismo se los mostró, hace sólo unos cuantos meses atrás. Fue la primera vez que compartió tan personal con ellos, incluido su verdadero nombre. Aun así, le era tan extraño ver todas esas cosas que hablaban de una persona casi extraña para ella, aunque fuera en realidad uno de sus mejores amigos. En su mayoría eran fotos, y en casi todas aparecía un niño, de cabello negro y corto, y hermosos ojos azules.
- Batman me hubiera asesinado si esto hubiera caído en manos equivocadas, o si supiera siquiera que lo tengo.
- Fue una suerte que pudiéramos recuperarlo, entonces.
- La suerte poco tiene que ver con esto, la mayoría del tiempo.
Pareció buscar algo en específico entre las cosas del maletín. Revisó quizás unas cinco fotos, antes de elegir una, la cual le extendió para que pudiera verla mejor. Raven tomó con sumo cuidado la fotografía entre sus dedos, como se tratara de un artefacto tan antiguo y delicado, que el menor toque pudiera romperlo. En la imagen, se encontraban tres personas: dos chicos y una chica. Los tres se encontraban sentados uno a lado del otro en un sillón; no se alcanzaba a ver mucho del fondo, pero al parecer era la estancia de alguna casa, y al menos por el puro sillón de apariencia fina y tapiz de un rojo muy elegante, uno podría adivinar que no era una casa cualquiera.
Los tres eran jóvenes, de diez o máximo doce años. La chica, de cabellos rojos sujetos con una cola de caballos y ojos verdes, se encontraba sentada en el centro, y sonreía ampliamente y con emoción. Traía unos grandes anteojos de armazón café, una camiseta verde de mangas cortas, pantalones pescadores cafés y sandalias. El chico a su derecha, era el mismo que aparecía en casi todas las otras fotos, e igualmente sonreía, aunque de forma mucho más reservada. Traía puesto un suéter azul y pantalones negros. El chico de la izquierda, sin embargo, no sonreía. Él tenía una expresión bastante fría, y miraba hacia la cámara en un casi forzado intento de parecer indiferente. También tenía cabello negro, aunque dividido por la mitad, y ojos azules. Usaba una camiseta roja estilo deportivo, y pantalones grises. Él era quien se veía más joven de los tres, pero no por más de un par de años.
Editado: 25.11.2018