Ya habiendo terminado su relación con Yuliet Denise sigue siendo el mismo de antes. Ángela, Eline y Wyatt se van a casa de Holly, quien ha vivido sola por mucho tiempo desde la muerte de sus seres queridos.
-Sabes que antes de que me lleven a prisión, yo iba a dejarle víveres a la señora Holly para que se alimente. Nunca dejé de pensar en ella como suegra-
-Gracias amor- responde Wyatt
Ángela ya había vuelto el tono rubio a su cabello, que hermosa se la veía sonriendo. Con Wyatt se sentía feliz, ya que él siempre estuvo ahí para ayudarla a controlar su poder. Llegan al la casa de Holly y Ángela lo reconoce y dice:
-Pero este lugar me es familiar, no es donde resucitaste?-
-Sí, mi mamá vive más allá- Wyatt
-Y por qué ese día no fuimos a verla?- Ángela
-No era el momento oportuno hija, Wyatt estaba muy débil y necesitaba descansar, comprende por favor.- Eline.
Llegan a la casa y pitan. Holly se asoma por la ventana y ve bajar a Ángela, se impresiona porque se parece mucho a Wyatt. Sale corriendo a abrir la puerta y cuando está afuera de la casa, Ángela la queda viendo y la saluda sonriente. Después se impacta más porque ve a Wyatt bajar del auto con Eline. La impresión fue tanta que se desmaya. Corren a auxiliarla y la meten a la casa. Va recobrando el conocimiento y al abrir sus ojos ve a Wyatt parado frente a ella. Sus lágrimas no cesaron de correr por su cara, no podía creer que su difunto hijo esté de regreso. Tenía muchas preguntas pero todo le fue explicado. Ángela se acerca y la abraza y Holly le dice:
-Eres el vivo retrato de mi hijo. ¿Por qué no sabía que existías?-
-Me fue arrebatada de los brazo porque fui a presión, usted sabe de eso pero mis padres la criaron sin contarle nada de nosotros y cuáles son su verdadera familia.- Eline le comenta Holly, quien responde -Oh ya entiendo.-