CAPÍTULO XXXIII VERDADES OCULTAS (Parte 3)

-Entra al auto que ya nos vamos. Caroline entra y enciende el auto… -Disculpa este incómodo momento Ángela, dale mis despidos a Wyatt-…. Ángela asienta con la cabeza confirmando que lo hará. Ángela se voltea y ve a Josh que estaba en la ventana, le sonríe, entra a la casa, se acerca donde él y le dice: -Dijo que encontró la manera de detenerme, ella lo dijo, lo dijo.-

Josh trata de calmarla: -Tranquila amiga nadie puede vencerte, eres muy fuerte. Si así fuera no crees que ya habrían atacado?-

Entonces llega Denise y le dice: -Ángela, ten cuidado, al abrazar a tu madre tuve una premonición y vi tu destrucción, no tu muerte pero sí tu destrucción-

-Eso me dijo, que encontró la manera de detenerme pero no puede matarme porque no la deja su madre- responde Ángela.

-Entonces, esa señora, Lucy está de tu lado?- pregunta Josh.

-no lo sé Josh, sólo debo de estar muy pero muy atenta de un posible ataque.

Eline y Wyatt se acercan hacia donde está Ángela y le preguntan lo que pasó. Su hija les comenta todo lo que platicó con Caroline. Denise le dice en el oído a Eline:

-Ya sé que estás esperando otro bebé-

-Pero ¿cómo lo supiste?- Eline.

-Cuando me abrazaste tuve una premonición y te vi en el suelo en medio de una lucha de poderes muchos más poderosos que la primera batalla. Además, sentí un nuevo ser que crece en tu interior, dos latidos de corazón-

-Sí, tengo tres meses de embarazo, no lo puedo creer que nuevamente vaya a ser madre. Aún no se lo pienso decir a Wyatt ni a nadie, esta es mi verdad oculta y espero que me ayudes guardando silencio-

Eline le dice a Denise que le guarde el secreto y éste la apoya. La fiesta sigue y las personas comen y ríen, ya siendo muy noche los invitados comienzan a irse cada cual a su casa.  Wyatt se sube al auto y espera a Eline que se despida de todos para regresarse a su casa e irse de luna de miel. Al llegar a casa, el deseo ardiente de Wyatt de querer estar con su esposa era intenso. La carga hasta la cama y la recuesta muy suavemente. Empieza besando sus pies con tal delicadeza de un hombre enamorado primerizo, el cual no quiere perder nunca a su amor; continúa besándola y sube lentamente hasta su ombligo. Eline comienza a desvestirse y Wyatt hace lo mismo, se saca la camisa y ayuda a su mujer a sacarse el vestido de novia. Las caricias eran lo primordial. Suavemente las manos de Eline subían y bajaban por la espalda de Wyatt, quien estaba acostado encima de ella. Se desvistieron completamente y comenzaron a consumir sus deseos sexuales.