Capítulo X

MI PASADO

Lucy se sienta en su silla, se pone melancólica y lágrimas caían de sus ojos. Caroline la ve y le pregunta por qué llora, su madre le responde:

-Hija hay algo que debes de saber de mi pasado- comienza a romper en llanto y abraza a su hija.

-Ya mamá, tranquilizate. Cuéntame qué es lo que te tiene así- le dice su Caroline.

Lucy la mira a los ojos y comienza a contar su pasado. - Hace mucho tiempo yo hice algo muy malo hija. Desobedecí las leyes gitanas al salir embarazada-

Caroline comienza a verla con cara de sorprendida y quedando con la boca abierta.

-Me enamoré de un chico del vecindario, obviamente él no era gitano y no conocía nuestras leyes. Salíamos, nos divertíamos éramos tan felices. Creí que con este muchacho me iba a casar pero me engaño. Una noche salimos y me llevó a su casa, estábamos solos y me comenzó a besar y yo accedí...- Lucy es interrumpida por su hija.

-Ya mamá, no me cuentes con detalles, ya sé que pasó. En esa noche quedaste embarazada, ¿verdad?- pregunta Caroline.

-Sí hija. Yo no lo sabía hasta después de tres meses que comencé a ver los cambios. Tenía miedo, estaba tan asustada y preocupada por la maldición que caería sobre quien la desobedezca. Le dije a Daniel, mi novio y padre del bebé pero él negó que ese hijo era suyo y se fue de la ciudad. Mis padres comenzaron a notar mis cambios pero yo no les dije y tomé la decisión de irme de la casa ya que estaba tan decepcionada. Llegué donde una señora, ella vio mi estado y se preocupó por mí. Me dio posada en su casa y me cuidó por un tiempo- Lucy contaba la historia de su embarazo pero venía la mejor parte. -Mientras mi bebé iba creciendo, sucesos extraños iban aconteciendo. Las cosas se movían de su lugar. La cocina desordenada, los platos salía lanzados en frente de mis ojos-

-¿Pero cómo, tú lo hacías? Pregunta nuevamente Caroline y su madre le responde. -No era yo, el bebé lo producía, yo sólo era su canal para que emane la magia. Habían momentos en donde cambiaba de estados de ánimos y me ponía muy furiosa. En una ocasión mi ira fue tanta que mis poderes se incrementaron y todas las cosas de la casa comenzaron a salir lanzados de un lugar a otros, la cocina, las ollas, platos, sillas, etc. Por desgracia, la señora que era tan amable regresaba de su trabajo, y cuando abre la puerta se asusta y antes de salir corriendo un cuchillo cae directo en su corazón. Yo quedé impactada, me levanté y salí de esa casa. Sabía que eso era la maldición de los gitanos; tenía ya ocho meses de embarazo, con todo lo sucedido el parto se me adelantó, caminé y caminé tratando de llegar al hospital pero no pude; el dolor era insoportable. Caí en un basurero, comencé a alumbrar a mi bebé. Fui valiente y cobarde a la vez; tenía tanto miedo de esa maldición porque vi que era real que decidí dejarlo ahí y sólo pensaba en librarme de todo para regresar a casa- cuenta Lucy con lágrimas en sus ojos y agarrándole las manos a su hija.

-Mamá, lo que me estás diciendo es horrible. Abandonaste un niño recién nacido, mi hermano- Caroline le suelta las manos a su madre y se agarra la cabeza. Desde ese momento comenzó a sentir un poco de desprecio y frialdad por su lo que su madre había hecho.

- Hija perdoname. Yo era joven y sólo quería terminar con todo y comenzar de nuevo. Por eso, ese niño no debía de existir y lo dejé botado para que se muera-

-Y a nosotras nos hubieras hecho lo mismo? A tus tres hijas? - le pregunta Caroline indignada por la historia que acababa de escuchar.

-No hija, tú, Celine y Cristal son nacidas en matrimonio sagrado. Por lo tanto, no les caería la maldición- le responde a su hija tratando de hacerla entender que lo que hizo lo hizo por un bien mayor.

-Pero es es inhumano mamá. Pobre angelito. Debería de darte vergüenza.- le dice Caroline mientras le da la espalda a su madre y se va a encerrar a su cuarto. Muy enfadada por la historia, Caroline busca su álbum familiar y comienza a ver las fotos de todos y los recuerda. A sus hermanas cuando eran pequeñas, su tío, etc.

Mientras tanto, Lucy sigue sentada en su sillón llorando por lo sucedido. Hala su mesa de lectura de cartas y lee su futuro. Pone todas las cartas boca abajo sobre la mesa y escoge cinco que serían su futuro. Al voltear la primera carta, ve hay un caballero que trae muerte. Alza la segunda y observa dos caballeros peleando entre sí. En la tercera lee que dice destrucción, mucho fuego y una reina con sus brazos alzados. Al alzar la cuarta carta, ve a la reina muerta y un caballero de negro por encima de ella. Pero en su quinta, ve a la reina resurgiendo y una princesa dándole la mano.

Lucy se asusta y tira las cartas. Piensa que ya llegó su hora de partida. En su mente dice: