Tell Me You Love Me.

Capítulo 1.

Me levanto de la silla en la que estoy, cansada de estar casi todo el día ahí. Muevo mi cuello de un lado a otro, hago sonar mis dedos y caminó hasta la puerta de mi oficina después de haber agarrado mi cartera. Hago resonar en todo el pasillo mis tacones.

Me detengo frente a mi Secretaria.


 

—Ludmila. —Ella levanta la cabeza atenta a lo que le voy a decir.


 

—Sí, Señorita Bowers.


 

—Quiero que posponga todas mis reuniones, las apuntes en mi agenda, no tengo tiempo ahora y quiero que le avisé a mi Hermano que venga a ocuparse de sus labores.


 

Asiente apuntando todo lo que le digo, —¿Algo más, Señorita Bowers?


 

—No, Ludmila, pasa buenas tardes.


 

Ella me sonríe, —Gracias, igualmente, Señorita.


 

Salgo sacando las llaves de mi auto, mi Lykan HyperSport. Es el último que he comprado y es uno de mis favoritos, abro la puerta de este y me subo. Enciendo el auto y dejo que el motor suene. Sonrío y dejó que la velocidad me domine. Me encanta la velocidad, me dejo llevar por ella haciendo que todos mis problemas y cargas se las lleve el tiempo.


 

Llego a mi casa y las puertas se abren, entró el carro y salgo de este. Cansada caminó hasta la puerta de esta. Una de las amas de llave me abre la puerta, le sonrío en forma de agradecimiento. Entro a la sala y visualizo a mi hermano que está tirado en el mueble arreglando sus zapatos de vestir. Este levanta la cabeza y me sonríe.


 

—Tuviste que decirle a tu Secretaria que me mandará un mensaje, sabes que esa pobre chica sólo de verme se le acelera el pulso. —Dice burlón.


 

Entrecierro los ojos, —Por favor, deja de dártelas de Macho y mejor vete a la empresa. En la noche tenemos que ir a la fiesta de los Forbes, después de tanto tiempo están celebrando de que aceptamos la Asociación.


 

Se levanta del mueble y se acerca a mí para darme un beso en la mejilla, —Está bien, Cuídate, Hermanita.


 

—Tú también Cuídate.


 

—No hagas como que me quieres. —Dice riéndose.


 

Ruedo los ojos, —Bueno, lo intenté.


 

Nos reímos y él sale dejándome sola en este casa. Suspiro y subo las escaleras, mis tacones siguen resonando por toda la casa haciendo un poco de eco. Entro a mi habitación y cierro la puerta detrás de mí, dejo mi cartera donde se encuentran mi colección. Caminó hasta mi Closet y sacó uno de mis vestidos, lo tiro en la cama y me dirijo a mi baño, lleno la tina de agua caliente y le echo uno de mis gels. Me quito la ropa y entró a esta, me relajo en el agua dejando que mis pensamientos se despejen.


 

Estoy cansada de tanto trabajar, mis músculos se sueltan. De tanto estar sentada, mis piernas se habían encogidos. Me río de lo estúpido que suena eso pero creo que puede pasar. La espuma se va deshaciendo mientras juego con el agua.


 

Después de tanto tiempo Mi Padre se decidió por hacer una Asociación con los Forbes, una familia de millonarios, todos siguen ese linaje de hombres y mujeres perfectos. Si no me equivoco está el hermano menor que es Luke Forbes, es un Chico de Veinte años y con el que tuve el placer de conversar al igual que Elijah Forbes de 23 años. Son chicos simpáticos y que pueden hacerte soltar una carcajada con una de sus muchas tonterías y como no, son muy guapos. Al que no tuve placer de conocer fue al mayor, Maverick Forbes.


 

Según he escuchado es el más serio y el más mujeriego. Las chicas lloran por él y los hombres lo envidian. Nada de él me ha llamado la atención nunca, sólo su fama de troglodita es suficiente para no quererlo a mí lado y menos estar de socia con él. Lo hice por su Padre y sus hermanos. Son un amor.


 

\/


 

Abro los ojos de golpe en la tina, miro mis manos que están a arrugadas. Miro por la ventana de mi baño y ya está oscuro. Debería ir saliendo, estaba tan cansada que ni cuenta de que me había quedado dormida. El cansancio me ganó, pero, ahora me siento mucho más relajada. Me levanto dejando que el agua se deslice por mi cuerpo. Amarro una toalla a mi alrededor y otra alrededor de mi cabello que se mojó un poco.


 

Caminó hasta mi habitación y dejó caer mi toalla. Me pongo una de mis lencerías más cómodas y coquetas. Me pongo un poco de crema en las piernas y luego en mis brazos, agarro el vestido negro largo y me lo paso por las piernas dejando que se amolde a mi cuerpo. Me siento frente el espejo de mi habitación y me pongo una toalla que es para que mi vestido no se manche. Me maquillo un poco, me coloco un poco de perfume y luego me levanto para caminar hasta el espejo de cuerpo completo. Me arreglo el cabello, me hago alguna que otra onda en la punta de mi largo cabello. Este me llega hasta los codos y me encanta así.


 

Me pongo mis tacones y me doy un ultimo repaso en el espejo. Estoy perfecta. Bajo las escaleras y veo a mi hermano esperándome en esta y al lado está Nathan Odam, mi Novio. Este me da una sonrisa y yo se la devuelvo.


 

—Estas hermosa, Hermana. —Noah me da un beso en la mejilla y luego abre paso a Nathan.


 

—Creo que está de más decir lo que ya sabes. —Le sonrío. Me da un beso largo en los labios.


 

—Guácala. —Nathan y yo nos reímos.


 

—Amigo, tienes que irte si no quieres ver más.


 

Mi hermano hace cara de asco, —No, no quiero ver más. Mejor vámonos, en el auto están los antifaces.


 

Nosotros asentimos y le seguimos el paso. La limusina se detiene frente a nosotros, Nathan me agarra de la mano y me sonríe. Nos subimos a esta. Cada uno coge su antifaz, el mío es uno negro al igual que mi vestido. Me lo coloco y acomodo este. Noah y Nathan se colocan los suyos. Siento como la limosina se pone en marcha. Por alguna razón las manos me sudan cosa que nunca pasa, siento que está noche no va a traer nada bueno.




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