Tell Me You Love Me.

Capítulo 12.

Skylar.


 

—No irás, él no es muy de fiar. —Me dice Maverick deteniéndome en la puerta.


 

—Sea o no de fiar debo de ir, comprende, es algo que tengo que hacer por la empresa...


 

Me agarra de cintura, —Hazme caso, quédate aquí o vamos a mi departamento.


 

Niego apartándolo, —No, está dicho, me voy.


 

Le doy un beso corto en los labios y salgo de la oficina dejándolo sólo ahí, no pienso dejar de ir a esa reunión por Maverick, el Señor Forbes dijo que tenía algo urgente que hablar conmigo, veremos que es. Mientras sea sobre la empresa todo está bien, ¿Se habrá enterado de lo que tenemos su hijo y yo? No, no puede ser, hemos sido discretos.


 

—No puede ser. —Susurro para mí misma.


 

Pasan unos minutos y por fin llegó a su empresa, la miro desde mi auto para después bajarme, cierro mi coche y caminó hasta llegar a recepción, la chica me sonríe y me dice que pase. Por lo menos es simpática, hay algunas que parece que les calló la Luna encima por no decir algo peor, suspiro parándome frente a la puerta, toco esta suavemente con los nudillos, abro la puerta cuando escucho un Pase, asomo la cabeza y luego el cuerpo, que manía la mía pero todo el mundo hace eso. O sea que si te dan un disparo lo primero sería la cabeza, no lo hagan.


 

—Buenos días, Señor Forbes. —Este me mira y sonríe con falsedad, empezamos mal, se levanta de su silla pero sin moverse de detrás del escritorio estira su mano para que la coja y así lo hago, la aparto inmediatamente.


 

—Buenos días, Señorita Bowers. —Dice sentándose nuevamente, —Por favor tome asiento. —Me siento incómoda, este lugar no me da buena espina, —Usted no sabe porque la llame o cite aquí, pero, es un tema un tanto grave que no discutiré con William, mi hijo mayor que supongo que ya lo conoce con profundidad.


 

Me acomodo en la silla, —Vaya al grano, Señor Forbes.


 

sonríe con hipocresía, —Pero por favor, no me diga así, tengamos confianza, Mejor dime Dallas, me siento menos viejo.


 

—Prefiero seguir llamándolo Señor Forbes.


 

Se encoge de hombros, —Como prefieras, Señorita Bowers, pero vamos a lo que yo quiero llegar. —Se baja en su escritorio y saca un papel amarillo, mis ojos se dirigen a este y siento que se viene lo peor, —ábrelo, Vamos a verlo juntos.


 

Con timidez agarro el sobre y lo abro, ahogo un grito al ver todas las fotos mías que hay con Maverick, una besándonos en el estacionamiento de mi empresa, otras entrando a mi departamento juntos, tiro estas fotos en su escritorio y me levanto de golpe.


 

—¿Qué diablos piensa hacer? ¿En qué coños pensaba cuando eso? ¿Qué tan enfermo debe estar para mandar a seguir a su propio hijo? —Está enfermo, este hombre está loco.


 

Él Junta sus manos, —Nada, no estaba pensando nada, ahora, ¿que pienso hacer algo?... Pues sí. Estoy cansado de ver como William le es infiel a una mujer increíble que lo quiere, él puede estar con ella y darle todo el amor del mundo, yo no sé porque hice que se casará con ella. —En sus ojos hay tristeza cuando dice lo último.


 

Frunzo el ceño, —Usted está enamorado de la esposa de su hijo por eso hace lo que hace. —Afirmo.


 

Sonríe, —Adivinaste, William en todo este tiempo ni cuenta se dio, eres muy interesante, inteligente y hermosa, Señorita Bowers, pero no puedo permitir que mi hijo le haga más daño a la mujer que yo quiero.


 

—Podría ser su hija. —Digo horrorizada.


 

—Eso a mi no me importa, yo quiero que sea feliz y ella ama a mi hijo y te tengo que quitar del medio. Así que, tengo copias de esas fotos, te las puedes quedar, quiero que te alejes de él sin decirle lo que acaba de pasar aquí.


 

Me echo el pelo hacia atrás, —¿Cómo? Su hijo es demasiado insistente.


 

Asiente, —Lo sé, pero sé que a ti te hará caso en cuanto le empieces de demostrar que lo quieres lejos o que no lo quieres.


 

Frunzo el ceño, —¿Por qué cree que me hará caso?


 

—Porque está enamorado de ti, Bowers, se enamoró de ti desde el primer momento en el que te vio. —Mi boca se abre y niego, no puede ser, él no se enamora, —Lo hizo, dejó las calles, no quiere a ninguna otra mujer, cuando menciono si hay alguien en su vida el se rehúsa a hablar y aguanta una sonrisa, está enamorado de ti.


 

—Eso es imposible, su vida es de mujeriego, él no puede ni debe estar enamorado de mí.


 

El Señor Forbes aplaude y yo fijo mi mirada en él, —No sé como lo hiciste, pero mi hijo cayó muy rápido, hagamos algo, si te deja en cuanto le dices que ese aleje, yo miento, pero si se rehúsa a irse y te dice que te necesita en su vida... Yo dije la verdad.


 

Trago saliva, —No puede ser, ya verá que se equivoca.


 

—No lo hago, es mi hijo, lo conozco demasiado, Aléjate de él y ahora más que No lo amas, si esas fotos salen te verás muy perjudicada no sólo con toda la empresa si no también con tus Padres y novio.


 

Cierro los ojos, quiero que esto sea un sueño, me aguanto las lágrimas, agarro el sobre con las fotos y me las llevo en mi mano mientras en la otra tengo mi cartera. Esto no me puede estar pasando a mí, tiene que ser un maldito sueño, sí, debe ser eso. Él no puede estar enamorado de mí, no puede porque yo no siento lo mismo que él, no lo amo.


 

Choco mi mano contra el volante tratando de aguantar las lágrimas pero una traicionera se desliza por mi mejilla, no lo amo pero tampoco puedo alejarme de él, eso me haría daño pero me haría más daño que todas las personas vean esas fotos y más si eso fue cuando estaba de novia, no me conviene. Tampoco quiero hacerle un mal a Maverick, eso lo destruiría.




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