Maverick.
—No tengo nada que decirte, no me dijo absolutamente nada, simplemente llegué cansada y ahora que ya pasó lo que tenía que pasar pido que te vayas. —Dice caminando hasta la cocina, la sigo y la pongo contra la meseta.
—Deja de correr, deja de ser tan cobarde ¿Por qué de la nada quieres que me aleje de ti? —Mira mis labios y después a mis ojos, sus ojos color avellana brillan, es como si quisiera decir algo que no puede, -—Habla, Skylar.
Niega, —No tengo nada que decir.
La suelto y hago sonar mis manos con los pantalones, —Perfecto, no me dirás, entonces lo averiguo yo.
Caminó con rapidez a su cartera para sacar su celular, debe tener algún mensaje ahí. Un sobre amarillo cae de esta, lo cojo y me quedo mirándolo.
Skylar camina hasta llegar a mí y estirar su mano, —Dame eso.
Frunzo el ceño, —¿Qué es esto, Skylar?
—Que te importa, deja de meterte en mi vida.
Dejo su celular en el mueble pero mantengo el sobre en mi mano.
—¡Me preocupo por ti, te quiero a mi lado pero tú me alejas, ya no hay nadie que nos separe! —Grito Exasperado.
—¿¡Te parece poco tu Esposa, Maverick!? —Me grita de vuelta.
—¡No la amo! No siento nada, joder, ¿Cómo mierdas te lo tengo que decir? ¿Cómo hago que se te meta en los putos oídos? nadie me puede obligar a estar con alguien a quien no amo, Skylar.
Sus hombro caen, es como si la verdad hubiera pasado por su cara, estoy harto de que me tengan como a un muñeco decidiendo por mí y por más que la quiera no me puede hacer querer volver a ese lugar donde era infeliz. Miro el sobre de mi mano y luego la miro a ella y sin más lo abro, miro las fotos que están dentro, mis ojos se abren sorprendido.
Ella baja la mirada, yo tiro las fotos enojado, maldigo.
—¿¡Por qué no me dijiste esta mierda!? —Grito, juega con sus dedos, —Es que juro que lo voy a matar, lo voy a matar.
Avanzó hasta la puerta y Skylar me detiene, —¡No, no lo hagas, Maverick!
—Suéltame, no te lo digo más.
Niega, —Si él se llega a enterar que tú lo sabes esas fotos pueden salir y yo no quiero eso y te pueden perjudicar.
Maldigo, —Es un hijo de puta, es un maldito hijo de puta.
Choco mi puño contra la pared, —No hagas eso, te puedes romper la mano.
—¡Qué me importa! Él quiere alejarte de mí, quiere hacer que te alejes pero primero lo alejó a él, no permito que me dejes.
—Mave, tengo que hacerlo.
—No, joder, no te vas a alejar. —La abrazo por detrás y entierro mi cabeza en su cuello, —No me dejes, te lo suplico.
—Lo siento, Maverick, pero tengo que... No puedo seguir así, tengo que saber que es peligroso está relación que tenemos.
Auch.
Me separo de ella, se da la vuelta y me mira a los ojos, —Está bien, si eso es lo que quieres, eso haré, me alejare de ti, no te buscaré. Pero que conste me alejo porque tú me lo pides, no porque yo quiera. —Abro la puerta de su departamento pero antes de salir digo, —: Y eso no significa que volveré con ella, así que mi Padre no ganó nada con separarme de ti.
Antes de irme veo como lágrimas se deslizan por su mejilla. Salgo de su departamento y bajo para montarme en mi auto. Lo enciendo y me alejo de ahí.
—No te buscaré, Si quieres volver a verme vas a tener que buscarme tú, Skylar Bowers, no te volveré a buscar. —Me susurro a mí mismo.
No lo haré y sabré si en realidad ella me quiere en su vida que dudo que lo haga porque me sacó ahora mismo como si nada, como si no sintiera nada. Abro la capota del auto, aceleró más el carro, suspiro, estoy cansado de que decida por mí, ya logró lo que quería, ahora va a tener que enfrentar las consecuencias, ahora voy a revolver un poco el pasado para ver quien es que tiene el poder, te vas a arrepentir querido Padre, claro que lo vas a hacer y de eso me encargo yo.
Me detengo en su gran y prodigiosa casa, Escupo la entrada y después abro esta con mi llave, la puerta es tan grande y exagerada, las ventanas dejan que entre la luz, está casa dejo de llamarse casa desde que mi Madre murió. Sonrío con tristeza, esos años eran únicos, esos años en los que me cantaba y me contaba historias, su sonrisa cuando yo llegaba del colegio.
—William... —Una Señora mayor se me acerca y yo la saludo cortésmente. Es la ama de llaves.
—¿Se encuentra mi Padre?
—Sí, está en la biblioteca.
Asiento, corro hasta llegar a esta, abro la puerta pero sin dar un portazo ni nada por el estilo, cuando la abro la cierro normal, con toda la calma que se puede tener. Su mirada se levanta, ahí está él, con su porte de hombre impecable, como si no dañara a nadie.
—Que honor el que me haces William... —Dice abriendo los brazos para después quitarse sus lentes.
Le sonrío con falsedad, —Sí, querido y preciado Padre, es un honor verme. —Deja de sonreír para ponerse serio.
Caminó hasta donde se encuentra el whisky, le echo hielo a un vaso y luego le echo la bebida, sus ojos siguen todos mis movimientos, me siento en la silla que está frente a él. Me mira sin decir nada, tomo un trago y me quedo viendo el vaso.
—Es increíble lo hijo de puta que eres. —Suelto tranquilamente mirando mi vaso.
—¿Qué te pasa, William? Respétame. —Dice poniendo voz fuerte.
Me río con ironía, —Respeto. —Me mofo de él, —¿Respeto, Padre? ¿Sabes tan siquiera lo que es eso?