Tell Me You Love Me.

Capítulo 19.

Skylar.


 

Me tiro en mi cama cansada y con dolor de cabeza, en cuanto llegué intenté no hacer ruido, no quiero que nadie me vea en este estado. Mi hermano ya debe estar durmiendo y mis Padres seguro ni se despertaron, las lágrimas caen sobre la almohada. Es que no entiendo por qué hace eso, porque tiene que alejar a las personas que están a su alrededor.


 

En estos momentos es en los que me pongo a pensar de él de verdad vale la pena o da pena. Soy una persona que en este momento quiere no sentir porque me duele, me duele saber que estuvo con otra chica mientras yo estaba lejos de él.


 

Pensar que lo llamaba todas las mañana y todas la noches y le mandaba mensajes de textos para que me respondiera pero no lo hizo, creo que no siquiera los vio. Cuando llegué a ese departamento y lo vi con esas mujeres y medio desnudo fue como que la vida se me haya caído arriba, ver como desvío la mirada cuando le pregunté si había estado con otra mujer en mi ausencia, las ganas que tenía de pegarle, quería que sintiera dolor pero es que si le pego no será igual a lo que yo sentí por dentro. Porque puedo asegurar que una herida del corazón es lo mismo que una herida física.


 

Sollozo aún abrazada a mi almohada, yo sólo Quiero descansar, sólo Quiero pensar que este día nunca pasó y que no conocí a William Forbes. Un hombre que sólo se ve asimismo. No tiene ojos para nada más que no sea él.


 

Cierro mis ojos y caigo en un sueño profundo, tratando de no pensar más.


 

\/


 

Miro la hora en el reloj, tengo una hora miramos hacia fuera por la ventana, no quiero pararme de aquí, no me siento tan bien, enciendo mi teléfono y todas las llamadas de William me empiezan a llegar. Lo tiro a un lado y me levanto poniendo mis pies en el piso frío, me miro en el espejo y hasta yo me espanto, tengo todo el rimel corrido. Caminó hasta el baño y me adentro a la ducha, me doy un baño de agua caliente y luego me cepillo los dientes, lavo mi cara con un jabón.


 

Salgo de este y camino hasta mi Closet, no puedo rendirme así, tengo que demostrar que no me importa lo que haga o deje de hacer William Forbes, aunque nadie sabe quiero que él ves que ni me detendrá. Lo que hizo ayer sólo fue para hacerme más fuerte y que puedo con esto, yo no debería sentirme mal pero es que... En el fondo sentía que lo quería, sentía que me estaba enamorando perdidamente de él. No sé que era, no sé si era lo sensible que era a veces o las noches de pasión que me regaló.


 

Cuando me sonreía o tal vez esas veces en las que yo sonreía cuando pensaba en él. El celular me suena en la mesita de noche, miro este pero lo ignoro, no sé quien sea pero ahora no estoy de humor. Ahora algo que haré es ponerme mi mejor vestido, un perfume increíble y maquillaje para tapar las ojeras.


 

Saco un vestido corto con vuelo alto blanco, unos tacones de punta blancos y me pongo una capa para no manchar este. Me doy un maquillaje ligero pero bonito, me pongo un brilla labios y le sonrío a mi reflejo, antes de salir me pongo un poco de perfume. Suspirando agarro mi cartera y salgo de mi habitación. Bajo con cuidado hasta que llego al comedor donde están mis Padres y Mi hermano.


 

—Buenos días. —Todos me dan los buenos días, mi hermano frunce el ceño mientras come sin dejar de mirarme.


 

Me sirvo un poco de jugo y agarro un poco de queso metiéndolo a mi boca. Me quedo mirando a una esquina fija, todavía tengo sueño, anoche no deje de despertar a cada hora, era como si algo no me dejará dormir.


 

—Bueno, tú y yo tenemos que irnos a la empresa, ya le conté a Papá como fueron los cosas... —Dice Noah parándose de su silla.


 

—Pero...


 

Hace un ademán con la cabeza hacia afuera, —Vámonos.


 

Me despido de mis padres y salgo con Noah, sé que quiere hablar, él sabe cuando me pasa algo y me da coraje que me conozca más que mis propio Padres, a veces es bueno tener un hombro y un amigo con quien hablar pero es que a veces hay cosas que no se quieren hablar. Hay cosas que te hacen daño y prefieres dejarlas atrás para que no te atormenten más.


 

Cuando estamos ya en el auto y él lo puso en marcha todo se queda en silencio, me mira un par de veces como queriendo decir algo pero no termina de decirlo.


 

—Cuéntame. —Dice simplemente.


 

Suspiro acomodándome en el asiento, —¿Qué quieres que te cuente?


 

Aprieta tanto el volante que sus nudillos se ponen blanco, —No soy estúpido, sé que algo te pasa, te sentí llegar y estabas corriendo hasta tu habitación.


 

Carraspeó, —No pasó nada, simplemente no quería pasar la noche con él.


 

—No me digas. —Suelta con sarcasmo, —Dile ese cuento a los patos pero a mí me dices la verdad.


 

—¡Estaba con otras mujeres! —Le grito enojada y con los ojos cristalizados.


 

Él se queda callado por un rato, no dice nada, no hace nada más que manejar. No quería hablar de esto, no quería porque sabía que terminaría llorando, terminaría mal, no quería decirle porque sé como es él.


 

—Es un imbécil, un reverendo imbécil. —Susurra.


 

—No quiero hablar más de esto, cada vez que pienso en eso me siento peor.


 

Noah niega, —Le voy a dar su merecido.


 

—No, tú no vas a hacer nada...


 

Me corta furioso, —¡Claro que lo haré y no me detendrás!


 

—Déjalo estar, no pienso volver con él.


 

Noah se queda callado pero algo que tengo muy en claro e él es que lo hace cuando sabe que no necesita palabras. Lo hace porque sabe que tiene la razón y porque sabe lo hará, él suele decir que sus actos hablan mas que las palabras y que no las suele usar a menos de que piense hacer algo.




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