Tell Me You Love Me.

Capítulo 24.

Maverick.


 

Entramos a mi departamento después de haber pasado por el de ella para buscar algo de ropa, ella deja la ropa sobre un mueble que tengo y se da la vuelta para sonreírme.


 

—¿Y esa sonrisita? —Ella camina hasta mí y me da un beso en la barbilla, la abrazo por la cintura y ella me abraza por el cuello.


 

—Porque Te amo. —Me susurra.


 

Entrecierro los ojos, —Pensé que me odiabas.


 

—Lo hacía pero como dicen... pase del odio al amor. —Sonrío, la cargo haciendo que rodeé mi cintura con sus piernas, caminó con ella hasta la cama y la dejo en esta para ponerme a su lado acostados los dos, —En serio, no creo que sea necesario ir a esa fiesta.


 

—Yo tampoco pero tenemos que acabar con esto, yo quiero un final contigo, Cielo. —Digo poniéndome de lado al igual que ella, pongo un mechón de su cabello detrás de su oreja.


 

—Lo dices muy triste, Amor.


 

Miro sus labios y paso mis dedos por estos, ella es tan perfecta, su mirada y todo en ella es tan único. Lo ojos se me cristalizan.


 

—Es que no te quiero perder amor, te has convertido en lo más importante en mi vida. —Ella sonríe y me agarra la mano para poner en sus labios y besarla, —No quiero que nada ni nadie te aparte de mí.


 

—Nada lo hará y tampoco nadie, tú y yo contra el mundo.


 

Sonrío, —Cásate conmigo. —Le pido, sus ojos se abren tanto que pienso que se le van a salir.


 

—¿Estás hablando en serio? —Me río cuando ella se sienta en la cama de golpe, la sigo, —Estás en broma ¿Verdad?


 

—No, Cielo, mejor ve a la nevera y trae un vaso de agua por favor. —Ella se muerde el labio inferior y si mirada se baja como si estuviera triste, asiente y camina hasta la nevera.


 

Abre esta y se queda paralizada, ella se levanta de nuevo y mira una cajita de terciopelo, camina hasta la cama nuevamente y se queda mirándome.


 

—Dime que es mentira, Te lo pido. —Las lágrimas empiezan a esparcirse por su rostro, —Dímelo.


 

—Ábrela, Cielo. —Ella abre la caja y cae de rodillas al ver lo qué hay dentro, yo la sigo poniéndome igual que ella, —No llores, Cielo, esto es para que te pongas feliz.


 

La abrazo y ella lloran en mi hombro. —Es que estoy feliz, Amor.


 

Sonrío, —Entonces ¿Te gustaría casarte conmigo?


 

—No, no me gustaría. —Dice, —Me encantaría casarme contigo.


 

—Te amo...


 

—Me amas...


 

La beso y la levanto hasta la cama, me quedo de rodillas, agarro el anillo y se lo coloco en el dedo Sin dejar de mirarla a los ojos.


 

—Prometo, Señorita Bowers, amarla, respetarla y serle fiel hasta que la muerte nos separe y si no estamos juntos antes de la muerte pues será en nuestras próximas vidas.


 

Me agarra de las mejillas y me da un fuerte beso, me levanto echándola hacia atrás, mis besos bajan a su cuello, ella cae sobre la cama de espaldas, separa sus labios de mí y me mira con una sonrisa.


 

—No te atrevas a dejarme nunca, no te lo perdonaría. —Dice.


 

—El día que te deje... prometo volver por ti, te lo prometo, Cielo.


 

Se sienta en la cama y se saca la blusa por encima de la cabeza, la tira a un lado y me sonríe, me quito mi camisa y ella besa mis abdominales, pasa su lengua por estos y yo me bajo para poder besarla en los labios, sus manos se apoyan de mi pecho haciendo presión ahí. Mis manos bajan hasta sus piernas para subir y bajar por estas, se arquea haciendo que sus senos choquen contra mí. Pasó mis manos por detrás de su espalda y desabrochó su corpiño, quito mi cinturón junto con el pantalón y lo tiro a un lado.


 

Damos la vuelta en la cama y ella queda acostada sobre mí, sus labios quedan firmes sobre los míos, el deseo que transmite su cuerpo al mío se hace más fuerte, la beso despacio, quiero y debo grabar cada uno de sus movimientos, sus besos, los latidos de su pulso cuando estamos juntos. Quiero seguir sintiendo como sus manos pasan por mi cuerpo.


 

—Yo también prometo volver por ti... —Susurra en mis labios.


 

Sonrío, —Ay, Cielo, cuanto daría porque este momento nunca acabe.


 

Ella me abraza y yo cierro mis ojos sintiendo el momento, no necesitamos del Sexo para sentirnos conectados, con tan solo tenerla así es más que suficiente.


 

\/


 

La noche llega pero nosotros seguimos acostados, desnudos y disfrutando de la respiración del otro, ella está pasando su mano por mi pecho como lo suele hacer siempre, deja besos en este.


 

—¿Te imaginaste alguna vez estar enamorado? —Pregunta.


 

—Jamás me imaginé tan siquiera sentir la mitad de lo que siento por ti, Mi cielo. —Ella se Mira el anillo y sonríe, —Tú eres a la única que he amado.


 

—Seré la envidia de todas las chicas porque fui la única que cazó al increíble y mujeriego; William Forbes.


 

—Uhhh... con permiso, va pasando ella.


 

Me da un pequeño beso, —Amor, deberíamos ir cambiándonos.


 

—No quiero, quiero quedarme para siempre contigo aquí, encerrados mientras los demás mueren de vejez.


 

—Bueno, venga ya, vamos que si seguimos así nosotros también moriremos de vejez.


 

Me levanto con ella y la llevo al baño, abrimos la ducha riéndonos, le lavo el cabello y yo me siento para que ella me lo lave a mí ya que es muy pequeña y no alcanza, pasa el jabón por todo mi cuerpo y yo sé lo paso por todo el cuerpo.


 

Cuando por fin salimos de la ducha ella se cambia y yo me pongo uno de mis trajes, se pone un vestido rojo corto de mangas largas y unos tacones de punta igual de rojos. Cuando le gusta el rojo a este niña.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.