Aun puedo escuchar los gritos en mi mente, el modo en que mi piel ardió y lo solitario que se sintió saltar envuelta en llamas hacia el mar.
Pude ver como el fuego comenzó a calmarse poco a poco, hasta que se redujo a nada, y entonces paso. Una balsa llego y de apoco vi cómo empezó a quitar cada una de las malezas consumidas por mi fuego, el humo inicio a cesar, y yo estaba cada vez más lejos, con cada brazada que quise dar, me aleje más, y con cada lágrima que derramé, el mar se agito más.