Temptation

7

Mi tía estaba al teléfono mientras me hablaba por el baile provocador que circulaba por todas las redes, mi prima Arabella también estaba en la llamada escuchando.

—Has visto los comentarios, son tan vulgares, ¿en qué estabas pensando? 

Hablaba mientras me arreglaban para la dichosa cena de caridad

—Dijeron que el que ganaba se llevaba una canasta y un día en el spa, y yo quería ganar y lo hice —Arabella se rio y mi tía se molestó más —Además tú dijiste que me integrara lo hice

—Sí, pero no poniendo las hormonas de los presentes en niveles críticos por el baile provocador que en el que has participado. Eres una princesa, y las princesas deben ser recatadas, no andar provocando a la gente de esa manera

—Hay por favor tía, solo fue un baile, no es para tanto si los demás no pueden controlarse, es que es inaudito, ¿qué querías? ¿Que no bailara? Te hubieras enojado peor

—Espero que en este evento al que asistirás no termines armando otro escándalo —Colgó

—No le hagas caso, a mí me ha gustado, es más, no puedo dejar de verlo —Sonreí —Escuche que conociste a tu jefe de seguridad

—Así que lo sabías

—Algo, para nuestra tía siempre ha sido como un hijo, así que pensé que solo estaba pasando mucho tiempo con él hasta que lo deduje ¿Cómo van las cosas?

—Normal, como debería ser la relación entre una princesa y su guardaespaldas

—Rouses…

—Arabella, no puedo ¿Sí? Debo dejarte, tengo que ir a esta cena o lo que sea

—Que te vaya bien, trata de sobresalir lo máximo, te quiero

—Yo igual —Pague el teléfono y mire a Mateo —¿Crees que me excedí?

—Hay para nada, solo demuestras porque eres una de las mujeres más cotizadas del mundo, pequeña

—Supongo que ella no hacía cosas así —Hable refiriéndome a mi madre. Él alzo las manos intentando evitar entrar en ese tema 

—Mira cariño —dejo dos conjuntos en la cama —Una falda negra más arriba de las rodillas, una blusa blanca de mangas largas y una chaqueta del mismo color que la falda —tomó el otro —Este, buzo verde, pantalones cafés y chaqueta del mismo color —Mire los dos atuendos 

—Cuál crees tú —Lo mire —Cielo elegiría el primero, te verán y se caerán de espaldas —Mire a Cami y Lucia 

—Está bien

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Alessio me explico tres veces el procedimiento de seguridad mientras íbamos en el auto, mientras que los flashes de las cámaras ya comenzaron a proyectarse por el doble vidrio del auto, ellos no me podían ver.

—Estamos por llegar, solo no prestes atención —Me indico Lucia. Cami se acercó y le dijo algo —No te estreses

—Mañana nos vamos a Milán —Me dijo la pelirroja

—Rouses es hora —Anunciaron al mismo tiempo. Alessio le dijo algo a los hombres de al frente —Recuerda sonreír —Las miré sería —O mejor no 

Salimos y el grupo de paparazzi gritaron caminé normal, no podía correr y no tenía permitido usar el aparato de ondas con el cual las cámaras dejaban de funcionar; yo solo salude, recogí un poco de los obsequios de la gente que estaba parada detrás de una barrera de seguridad.

—Y que se supone que se hace aquí —estábamos esperando a que iniciara

—Bueno, es un concierto para recaudar fondos, serás espectadora, se presentarán algunos artistas, tú solo observarás

—Cuanto pagaran por esto —Cami revisó

—Es una transmisión televisada y por computadora

—Bien quiero saber cuanto sube y cuál es la meta

—Habrá una pantalla con todos los datos —asentí, tocó su oído para escuchar por su audífono —Es hora —asentí —Beyno está aquí 

Sonreí, salimos a un largo pasillo. Alessio hablaba por el auricular mientras avanzamos, pude divisar a mi amigo a lo lejos. Vestía un traje azul, camisa blanca que resaltaba sus ojos color gris y su cabello oscuro

—Bella hermosa, te he extrañado mucho —Me abrazo y yo a él, me miró de arriba abajo —Esa diadema te hace ver más angelical —Me reí

Era la típica diadema romana, griega, de laurel, hecha de oro, mi madre había mandado hacer diversas para mí desde el día de mi nacimiento, tenía cientos de diferentes tipos, tamaños y de diferentes partes del mundo, Grecia, Italia, Egipto, de la edad Media. Estas no eran iguales a las coronas que llevaba la reina, eran un poco más sencillas, por así decirlo, el hecho se dio porque no tengo permitido utilizar ninguna corona o tiara hasta después de casarme.

—Sabes que solamente es parte del encanto, y tú luces bien —Miro a mi lado y después a mí 

—Alessio —Dijo Admirado —No pensé verte por aquí, es más, nunca más pensé verte tan cerca de ella y…

—Hola Beyno, a mí también me da gusto verte —Mi amigo me miro 

—¿Qué carajos paso? 

—Te presento a mi jefe de seguridad, el señor Alessio Caruso 

Beyno chillo y Lucia lo golpeo en el brazo para que se callara, mientras Camila negaba. 

—Qué fuerte lo tuyo —Se abanicó Beyno —Después de lo que te costó deshacerte de él —Lo mire —Ups, lo siento. Supongo que aún no hablan. Es bueno verte Alessio, a ver si se le quita esa idea de casarse con el aburrido de Zayden, tal vez puedas llevártela

—¡Beyno!

—Oh, vamos cariño, yo te quiero, pero las cosas como son, me agrada Zayden, pero es muy soso. —Miro a Alessio —Si le vuelves hacer daño te acabaré ¿Entendiste?

—Fuerte y claro

Caminamos hasta la entrada al anfiteatro, después de aquel raro reencuentro. Estábamos en la parte superior, en el balcón, donde observamos por completo el escenario y donde las demás personas estaban.




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